En enero, la balanza comercial argentina tuvo un déficit de 484 millones de dólares. El rojo registrado sorprendió por su magnitud, si bien se esperaba que empeorasen las cifras del comercio exterior. La sequía, que golpeó primero a la cosecha de trigo, explicó la brusca caída de las exportaciones de productos primarios.
Las exportaciones en su conjunto retrocedieron 11,7 por ciento respecto a igual mes de 2022. En tanto, las importaciones apenas crecieron 2,5 por ciento interanual y registraron caídas fuertes las compras de bienes intermedios y de capital, debido a la administración del comercio.
Según estimaciones privadas, la última cosecha de trigo fue la peor en siete años y de acuerdo a datos del Indec, en enero ingresaron 688 millones de dólares menos por exportaciones de ese cereal.
En los próximos meses deberían ingresar los dólares por las exportaciones de soja y maíz, cuya campaña estimada sería la peor en 15 años. Por eso cada vez son más fuertes los rumores de una nueva versión del “dólar soja”, que garantice la liquidación de esas ventas. Otros productos de origen agropecuario que traccionaron a la baja las exportaciones fueron el biodiésel, el maíz en grano y el aceite de girasol.
Con todo, las ventas externas de productos primarios se contrajeron 42,5 por ciento respecto de enero de 2022, al totalizar 1082 millones de dólares, versus 1882 millones del año anterior. Por el lado de las ventas de manufacturas de origen agropecuario, éstas sumaron 1847 millones de dólares y anotaron un aumento del 1 por ciento interanual, impulsado por una suba equivalente en los precios. También cayeron las ventas de aceites y se conservaron las de pellets de soja.
Las ventas de manufacturas de origen industrial tuvieron una buena performance y alcanzaron 1464 millones de dólares, con un aumento del 12,5 por ciento, impulsado por las cantidades y mejores despachos de oro y vehículos principalmente. Por último, las exportaciones de combustibles y energía sumaron 507 millones de dólares y retrocedieron 5,2 por ciento interanual.
En términos macroeconómicos, el desempeño negativo de las exportaciones, explicado por la sequía y un alza de precios que no llega a compensar las pérdidas ocasionadas por la primera, presiona sobre la acumulación de reservas y tensiona aún más la cotización del dólar en un año electoral.
Cabe recordar el dato que señalaban varias consultoras: en enero de este año la liquidación de divisas del agro tuvo su peor mes desde que se tiene registro, o bien desde 2006 si se contabilizan los datos a dólares corrientes. La acumulación de reservas fue negativa en enero por 3.182 millones de dólares porque al saldo comercial negativo se sumaron los pagos a organismos internacionales. Los especialistas advierten que es difícil el cumplimiento de la meta de reservas del primer trimestre del año con el FMI.
De la mano de la performance de las exportaciones tuvo lugar una desaceleración de la tendencia importadora, regulaciones mediante. Las importaciones totales sumaron 5.384 millones de dólares, lo cual marcó un aumento del 2,5 por ciento respecto de enero de 2022.
Pero el análisis por principales rubros muestra una caída importante en las compras de bienes de capital, del 12,3 por ciento interanual, y bienes intermedios, del 10,5 por ciento. Es decir que en este tipo de bienes se concentra el apretón de divisas que reclaman las empresas para importar, entre los bienes de capital sobresalieron los menores ingresos de computadoras y teléfonos.
Por el contrario, se observó un aumento del 25 por ciento en las compras de piezas y accesorios de bienes de capital, que concentra fundamentalmente a las autopartes. Las importaciones de combustibles y lubricantes aumentaron 96 por ciento interanual por un efecto de mayores precios. Se registraron caídas en las compras de bienes de consumo y vehículos finales: las primeras retrocedieron 8 y las segundas 11,8 por ciento.