Hace tiempo que el reclamo por la aparición de Tehuel de la Torre, de quien no se sabe nada desde el 11 de marzo de 2021, dejó de ser un significante aislado. En literatura, la figura retórica de la sinécdoque se usa para hablar de una parte por el todo, la materia por el objeto, lo abstracto por lo concreto. Tehuel es sinécdoque del engranaje de violencias e invisibilizaciones que vive un varón trans en Argentina. Por eso, cuando se dice “Dónde está Tehuel”, también se está diciendo qué hace el Estado y adonde arroja la sociedad a estas vidas.
El sábado 12 de febrero de 2022, la Comisión organizadora autoconvocada de la Marcha del orgullo y lucha de Necochea se reunió en un parque de esa ciudad para hacer un balance posterior a su décima Marcha, que habían celebrado dos semanas antes. En esa asamblea decidieron hacer una pintada por Tehuel. Y que fuera en un lugar bien a la vista, por eso eligieron una pared del anfiteatro del parque Miguel Lillo.
La pared del anfiteatro ya estaba intervenida con graffitis, pero alguien que vio cuando estaban haciendo la pintada colectiva de DÓNDE ESTÁ TEHUEL sintió que eso estaba mal y sacó una foto para quejarse en sus redes sociales. En la imagen se ven tres personas de espaldas, y un medio de comunicación de Necochea tomó esa foto para hacer una nota sobre el vandalismo en la ciudad. Y acá es donde aparece el nombre de Pierina Nochetti.
Invisible es un adjetivo escurridizo, ya que nombra algo que nunca podrá ser porque al escribirse desaparece. Invisibilizar es un verbo que suele aplicarse para poner en práctica el adjetivo, pero también como estrategia normalizadora. A Pierina Nochetti no le queda el adjetivo ni el verbo. Ella es lesbiana, reconocida por su activismo en causas de derechos humanos, LGBT+, sexuales y también ambientales; es madre de tres hijxs y sostén de hogar. Su arte se expresa en el rubro textil y trabaja desde 2017 como empleada del municipio.
Cuando salió la nota sobre vandalismo por el mural de Tehuel, Mariela Cellerino -Directora de Educación del gobierno de Nueva Necochea, una junta vecinal que se presentó como una “tercera posición” en las últimas elecciones-, la acusó a Pierina en sede administrativa, lo que inició un expediente interno. Después, la causa pasó del fuero administrativo al judicial, y le iniciaron una causa penal por el delito de daño agravado que ahora tramita en un Juzgado Correccional a cargo de Ernesto Juliano. “Si cualquiera de nosotrxs pinta una pared se considera una falta contravencional, a Pierina, por ser empleada de la municipalidad, penal. Juicio oral y público. La están acusando en base a una foto donde se ven tres personas de espalda”, dicen desde la Comisión Organizadora Autoconvocada de la Marcha del Orgullo y Lucha de Necochea.
Contextualizando la denuncia contra Pierina, puede leerse como una escalada más dentro de la persecución laboral e ideológica que vive. Según releva la Comisión, “entre sus tareas se encontraban la confección del vestuario para el festival infantil y los talleres de Educación Sexual Integral en barrios populares, pero en 2019 no le renovaron el contrato para esas tareas (es decir, la echaron), y si bien en 2020 fue pasada a planta permanente, fue mal categorizada, la ubicaron en categoría 1 -la más baja- cuando le correspondía estar en la 6, la misma que el resto de sus compañerxs. Como consecuencia de esta maniobra, le disminuyeron en un tercio su ya bajo salario”.
Antes de la primera audiencia, que se realizó la semana pasada, el fiscal de la causa José Luis Cipolletti propuso suspender el proceso a cambio de una “acción reparatoria”. Pierina respondió que no va a asumir la culpa por una acción colectiva y bajo ningún concepto va a tapar un mural que pregunta por Tehuel. “Entendemos que esta solución alternativa es una presión para que Pierina asuma la culpa sin investigación ni un juicio justo, y de esta manera sacarse de encima un caso que es con creces injusto, excesivo y está tomando relevancia pública y siendo observado por numerosos organismos internacionales de Derechos Humanos y defensa de los Derechos LGBTIQ+”, dijeron desde la Comisión, que tiene el apoyo de una solicitada que ya firmaron más de 60 organizaciones de América Latina.
Desaparecer es un verbo largo y un antónimo, porque sin el prefijo des indica lo contrario a lo que dice. Desapareciendo es su gerundio y nombra lo que pasa cuando a personas como Tehuel se les aplica el verbo. Desaparece haciendo eco. Sigue desapareciendo cada vez que no lo buscan, o cuando los dos detenidos imputados se niegan a decir qué hicieron esa noche en la que el joven de 21 años fue a pedir trabajo y no volvió. También sigue desapareciendo cuando por pedir justicia, por tatuarle su nombre a una pared, se inicia una causa penal en contra de una lesbiana.