Con más de 400 toneladas de drogas incautadas en los últimos dos años, Ecuador es el tercer país del mundo donde más estupefacientes se decomisan, solo superado por Colombia y Estados Unidos, según el último Informe Mundial sobre las Drogas de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). A pesar de estos crudos números, las autoridades del país recurrieron al ingenio e implementaron una revolucionaria idea: convertirla en hormigón.
Según lo que se puede observar en las imágenes difundidas por la agencia alemana Deutsche Welle (DW), se aprecia el novedoso procedimiento llamado encapsulamiento para aprovechar los kilos de estupefacientes secuestrados y trasladarlos a la industria de la construcción.
Hasta el momento ya fueron procesadas más de 350 toneladas de cocaína con este método, que terminó por convertirse en un elemento "esencial" para la industria de la pavimentación.
"Encapsulamiento" para convertir la droga en hormigón
Para utilizarla en los materiales de construcción, la cocaína atraviesa un proceso en el que es triturada y mezclada con otros materiales descartados, como fármacos caducados o basura.
Cientos de bloques de droga incautada llegan semanalmente a una planta de tratamiento de residuos del país ecuatoriano para ser procesados y mezclados con vidrio, desechos médicos y aceite, entre otras sustancias.
Una máquina pulverizadora convierte todo en polvo, que luego se mezcla con cemento, arena y agua para producir el concreto. El proceso, luego del consecuente fraguado y decantado del material triturado, convierte a la cocaína en una materia impenetrable y no permite que la droga se filtre al suelo o pueda ser recuperada.
Este encapsulamiento resulta cuatro veces más rápido que incinerarla, procedimiento que quema una tonelada de cocaína cada 12 horas.
"Es la virtud de Ecuador"
Edmundo Mera, subsecretario de control de Drogas del Ministerio de Interior del país gobernado por Guillermo Lasso, manifestó que “por las cantidades de droga que se han venido incautando, tuvimos que ser innovadores en procesos para destruirla”, debido a la inseguridad que representa que los estupefacientes estén encerrados en bodegas.
"Esa es la virtud de Ecuador en este momento", resaltó Mera, en diálogo con DW, quien también señaló que en el país tomaron el procedimiento y "lo hicimos a lo grande, tal vez por desesperación de destruir las drogas”.
Tonelada secuestrada y destrucción de un laboratorio
Este jueves, más de 1,1 toneladas de cocaína que tenían como destino presuntamente Europa fueron incautadas en Ecuador durante una operación que dejó dos personas detenidas, según informó la Policía Nacional.
El decomiso se realizó al allanar un inmueble ubicado en el municipio de Santa Lucía, perteneciente a la costera provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil.
La droga se encontró dentro de cajas ubicadas en uno de los dormitorios de la vivienda, que albergaban en su conjunto 1.132 paquetes rectangulares de cocaína, cuyo peso total fue de 1.128 kilos.
En tanto, el pasado domingo, las Fuerzas Armadas de Ecuador destruyeron un laboratorio de procesamiento de pasta base de cocaína, localizado en la provincia amazónica de Sucumbíos, fronteriza con Colombia. Según los militares, el laboratorio "tenía una capacidad de producción de dos toneladas mensuales aproximadamente y la capacidad de alojamiento para un estimado de 25 ó 30 personas".
Detuvieron a una persona y se decomisaron 4.000 galones (15.000 litros) de acetona, 100 galones (378 litros) de destilado, una carabina, cuatro cartuchos calibre 16, nueve microondas, quince sacos de cloruro de calcio, cinco canecas de ácido y cuatro balanzas.
Además, una empaquetadora al vacío, un generador eléctrico, 110 galones de diesel, una camioneta, dos cilindros de gas y dos poleas.