“La magia de la magia”, esa que pervive a lo largo de los años, y sigue fascinando aún en tiempos en que las nuevas tecnologías parecen quebrar toda barrera de asombro posible. Eso es lo que pone en valor MATE Campeones de la magia mundial, el espectáculo que reúne a los magos Fernando Arsenian, Carlos Barragán, Sebastián Semba, Saniel Mormina, Henry Evans y Bodie Blake, sumando todas sus destrezas. También Aventuras en el Laboratoons, que en este caso protagoniza sólo Semba, con una impronta más teatral que guía la atención de los más chicos. Ambos shows se presentan hasta el domingo en el Centro Cultural Borges (Viamonte 525), a las 17 y a las 15, respectivamente, haciendo honor al arte del ilusionismo.
La sigla “MATE” refuerza la idea de “un show de magia bien argentino”, pero también designa a “Magos Argentinos Trabajando en Equipo”. “Hacía mucho que soñábamos juntarnos, y al fin lo pudimos concretar. Creo que debe ser único en la magia mundial esto de que seis campeones se unan en un mismo show. Por sobre todo hay un mensaje de amistad, de concreción de sueños y de que es posible un trabajo mancomunado”, asegura Barragán.
Presentados como “tres campeones mundiales y tres campeones latinoamericanos”, los magos de Mate traen las cocardas de los campeonatos que se realizan cada tres años en un país distinto, organizados por la Federación Internacional de Sociedades Mágicas, “el equivalente a los premios Oscar, ya que son de por vida”, aclaran. Cada uno de ellos ha ganado sus premios en distintas categorías de magia, y aquí muestran sus artes en esas disciplinas del ilusionismo: con cartas (cartomagia), prestidigitación, escapismo, las “grandes ilusiones”, entre otras.
En Aventuras en el Laboratoons todo comienza como un show de magia “normal”, hasta que una inesperada situación hace que Semba invite a los espectadores a visitar el lugar secreto donde crea sus inventos mágicos. Su gran computadora permite el acceso al laboratorio donde, junto a los colaboradores del mago, Gigi y Bernardo, también los chicos y los grandes del público atraviesan distintas situaciones.
La mítica escuela de magia de Fu–Manchu es la que toman todos estos magos como referencia; algunos de ellos vienen de familias de generaciones de magos; otros por la atracción que produjo el arte del asombro. Cierta sensación de “magia de la de antes” recobran los espectadores adultos ante este espectáculo, mientas los chicos ponen en juego con naturalidad su capacidad de asombro. “La magia es tan antigua como el hombre y su historia, logra seguir manteniendo viva la esperanza y la ilusión tanto en grandes como en chicos. Es el estímulo necesario para seguir creyendo, en un caótico mundo, que lo imposible es posible, que quizás aun hay un puente entre lo soñado y la realidad” concluye Barragán.