Sergio Bordoni es intendente de Tornquist, la localidad visitada el miércoles por el gobernador Axel Kicillof.  Su peso político se hizo notorio cuando declaró que el actual mandatario debe volver a ser candidato, y cuenta con una historia personal y política muy particular. Afiliado justicialista desde 1991, acompañó durante años al intendente Gerardo Ratero, que después fue diputado provincial. A fines de esa década, por diferencias con la conducción del PJ local, se fue a su casa y continuó con su actividad bancaria: es el tesorero de la sucursal local del banco Provincia, actualmente de licencia. 

En 2009, volviendo de una excursión con su hija, encontró el pueblo “hecho una mugre", según define. "Me puse a putear y ella me contestó: ¿en vez de quejarte, por qué no hacés política y lo resolvés? Le hice caso y acá estoy”, cuenta a Buenos Aires/12. 

Ese año, dice, Carrió le "revoleó por la cabeza" la boleta de la Coalición Cívica, que no tenía representación en el distrito. Con una campaña corta y austera, metió dos concejales. Metió dos más en la elección siguiente. Luego acordó con los radicales y esa alianza lo llevó al ejecutivo en 2015. En 2019, a pesar de las diferencias con la conducción de Juntos por el Cambio, obtuvo un segundo mandato. Rompió con esa fuerza a comienzos de la pandemia de coronavirus. Lo que nunca rompió fue su ficha de afiliación al peronismo.

"Me fui de Juntos por el Cambio por una diferencia con Jorge Macri", cuenta a este medio. Buenos Aires/12 se comunicó con el equipo del actual ministro de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La respuesta fue que "a Jorge Macri no le interesa contestarle nada" al intendente de Tornquist. "Cuando se para el país por la cuarentena, se paran también las transferencias de coparticipación", relata Bordoni, que recuerda que en ese momento, la principal preocupación de los intendentes pasaba por la resolver cómo pagar los sueldos municipales. 

"En mi caso, en marzo de 2020, necesitaba 7 millones de pesos, yo ya había acordado con la gobernación, pero después me informan que, para agilizar la llegada de los recursos, habían hecho un acuerdo con cada fuerza política y que yo iba a recibir los fondos de las autoridades partidarias", rememora. Allí es donde aparece, Jorge Macri, entonce presidente del PRO boanerense. "Lo que pasó es que me transfirió 5.300.00 pesos, pero y faltaba 1.700.000 pesos de sueldos de los trabajadores y no me daban ninguna explicación", cuenta el intendente que, en ese momento, decidió irse del espacio oficialista. "Le comuniqué la ruptura al gobierno provincial y desde entonces me manejo directamente con ellos", resume. 

--¿Hay una buena respuesta por parte del gobierno?

--Siempre. Es lo que más destaco. Nosotros somos un municipio rural. Por suerte no sufrimos tanto la sequía como otros distritos, que están peor, pero siempre hubo para los chacareros contención, respuesta, subsidios, lo que hiciera falta. Ayer estuvo el ministro Augusto Costa con los apicultores, porque ellos también sufren la sequía. Eso, el impulso a los caminos rurales.

--El otro ingreso importante es el turismo, ¿cómo fue la temporada?

--La temporada de verano fue muy buena, con una ocupación promedio arriba del 60%. Pero nuestro fuerte no es enero y febrero, porque la gente elige el mar, que está acá cerca, en Monte Hermoso. Nuestra temporada alta son todos los fines de semana, largos o no, a partir de carnaval y semana santa. Este fin de semana, tuvimos plena ocupación.

--¿Y qué representa eso para la economía local?

--Te lo ejemplifico con un dato social. Nosotros asistimos, de manera estable, a 350 familias en todo el distrito, ninguna de Sierra de la Ventana ni de Villa Ventania, que son las localidades turísticas. Con la cuarentena, la actividad que más sufrió fue el turismo. Entonces pasamos de 350 familias a 1.500. Ahora, con el turismo activo, volvimos a 350. La diferencia entre los dos números es el aporte del turismo. Es la mitad de nuestro PBI.

--¿Qué papel juega el Banco Provincia?

--En más de treinta años de bancario, vi de todo. Recuerdo cuando le sacamos cuatro ceros a la moneda con la convertibilidad, recuerdo el corralito, que creímos que era el fin del sistema bancario, pero a los dos meses la gente traía de vuelta sus depósitos. La gente confía especialmente en los bancos públicos. Acá en Tornquist no hay bancos privados, porque no están dispuestos a perder un centavo. El Provincia, en cambio, está para atender a los jubilados, las maestras, los policías... A todos.