La manija mundialista no para. A más de dos meses de que un Lionel Messi encapotado levantara la copa en Qatar, la Argentina intentará sumar ya no la tercera estrella, sino el tercer Oscar para una producción nacional luego de los conseguidos por La historia oficial, de Luis Puenzo, y El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella. Para ello, claro, habrá que esperar hasta el 12 de marzo, cuando la Academia de Hollywood lleve adelante la 95º edición de su premiación: en ese momento se sabrá si Argentina, 1985 logra imponerse a la alemana Sin novedad en el frente, la polaca EO, la belga Close y la irlandesa The Quiet Girl en la categoría Mejor Film Internacional. Mientras tanto, y para amenizar las vísperas, un repaso por cómo les fue en el Oscar a los países campeones del mundo en la temporada de su consagración.
El primer Mundial se disputó en julio de 1930 en Uruguay, 18 años –y una guerra mundial– antes de la instauración del rubro Mejor film internacional, que hasta 2019 se llamó Mejor film en lengua extranjera. Quedan afuera, entonces, los tres campeonatos disputados en la década del ‘30. Entre 1948 y 1950 fue un premio especial, es decir, sin competencia entre películas, y hasta 1955, uno honorífico. Lo que no cambió fue la hegemonía europea (seis ganadoras repartidas en producciones italianas y francesas) y japonesa (tres) durante esa primera etapa. La final de 1950, la del Maracanazo, fue entre Brasil y Uruguay; la de 1954, entre Hungría y Alemania Federal, con triunfo para la última: nada de Oscar para los vencedores.
La primera gala con varias candidatas para la categoría internacional fue celebrada en 1957, en la que ganó La Strada, de Federico Fellini. En junio de 1958 se disputó el Mundial de Suiza, donde Pelé llevó a la selección brasileña hasta el primer puesto tras imponerse en la final ante Suecia. El Oscar de esa temporada tuvo lugar en marzo de 1959 y el Mejor Film Extranjero resultó el francés Mi tío, de Jacques Tati. Cuatro años más tarde, la verdeamarela alzó su segunda copa en Chile luego de ganar el último partido contra Checoslovaquia. Hubiera sido una fiesta total si en abril de 1963 O Pagador de Promessas, de Anselmo Duarte, se llevaba un Oscar que finalmente fue a las vitrinas de los productores de Sibila, del francés Serge Bourguignon. La Copa del Mundo de 1966 quedó en manos del local, Inglaterra, que venció en la final a Alemania Federal. Pero la estatuilla otra vez fue para Francia gracias a Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch.
El caso de Italia en 1970 fue inverso al de Brasil en 1962. Si el gigante latinoamericano había ganado el Mundial y perdido el Oscar nueve meses más tarde, el país con forma de bota sufrió un baile histórico contra el equipo de Pelé en la final de México y tuvo su pequeña, ínfima revancha en abril del año siguiente, cuando Investigación de un ciudadano sobre toda sospecha, del realizador Elio Petri, se impuso en el rubro internacional de la 43º ceremonia. El torneo disputado en Alemania Federal en 1974 marcó el segundo título teutón y la derrota de la “Naranja mecánica” de Holanda timoneada por Johan Cruyff, mientras que el 8 de abril de 1975 Federico Fellini volvía a encumbrarse en Hollywood al ganar un nuevo Oscar por Amarcord.
Holanda, se sabe, volvió a perder en 1978 ante la Argentina de Mario Alberto Kempes y compañía. La Copa quedó en Latinoamérica, pero el Oscar a lo mejor de esa temporada se fue otra vez para Europa. Más precisamente hasta Francia, cuna de Preparen los pañuelos, de Bertrand Blier. El Mundial de 1982 se disputó en España. La selección local no tuvo una buena performance y el título viajó hasta Italia, que venció en la final a Alemania Federal, pero los españoles al menos pueden ufanarse de haber albergado el torneo y obtenido el premio audiovisual más importante del mundo con solo unos meses de diferencia, ya que la ganadora de la categoría internacional de la 55º gala fue Volver a empezar, de José Luis Garci.
Lo ocurrido en 1986 es conocido: el Maradona supremo, la Mano de Dios, la cardíaca final ante Alemania, el Oscar para La historia oficial. Si bien la película de Luis Puenzo ganó en marzo, vale aclarar que correspondió a películas de 1985 y no al año en curso, por lo que para este recorrido hay que mirar la gala de 1987. Y lo que pasó allí es, otra vez, un triunfo europeo. Porque Holanda podrá no ganar mundiales, pero al menos sabe cuánto pesa un Oscar. Lo sabe gracias Fons Rademakers, responsable de El asalto.
Los teutones tuvieron su revancha ante el equipo de Maradona en Italia ’90. Fue el puntapié para un doblete que, finalmente, no pudo ser: Una chica muy rebelde, de Michael Verhoeven, quedó entre las cinco seleccionadas de la premiación de 1991, pero la estatuilla fue para la suiza Viaje a la esperanza, de Xavier Koller. Cuatro años después, el Mundial de Estados Unidos terminó con un bodrio entre Italia y Brasil, que tuvo que ir a los penales para volver a campeonar después de 24 años. A los europeos ni siquiera les quedó consuelo del Oscar, porque en marzo del año siguiente la coproducción Farinelli, de Gérard Corbiau, cayó ante la rusa Quemado por el sol, de Nikita Mijalkov. Sí ganó un film de ese país (La vida es bella) poco después de que Francia sumara su primera estrella tras imponerse de local en 1998 ante Brasil, cuya representante -Central do Brasil, de Walter Salles- llegó hasta las cinco finalistas.
Disputado en Corea del Sur y Japón, el primer mundial del siglo dejó la astilla de la eliminación del equipo de Marcelo Bielsa en fase de grupos, una nueva copa para Brasil y una nueva derrota de Alemania en una final. Todavía con sabor agrio en la boca, los bávaros vieron, como los italianos en 1970/71, que una producción local -En algún lugar de África, de Caroline Link- se llevaba el Oscar de esa temporada. Un triunfo que repetirían cuatro años después con La vida de los otros, de Florian Henckel von Donnersmarck, cuando todavía estaban tibios los recuerdos del torneo que habían albergado entre junio y julio de 2006 y que terminó con Italia consagrándose por penales ante Francia. El partido definitorio del Mundial de Sudáfrica en 2010 tuvo a España y Holanda como protagonistas. Al año siguiente del primer título de los de casaca roja, el Oscar internacional viajó desde Hollywood hasta Dinamarca, casa de la productora principal de En un mundo mejor, de Susanne Bier.
La Argentina estuvo muy cerca del doblete en 2014. En términos deportivos, porque cayó 1 a 0 en la final en Brasil ante Alemania. En materia cinematográfica, porque Relatos salvajes, de Damián Szifron, llegó hasta la noche dorada con chances de darle el tercer Oscar al país, algo que tampoco pudo ser porque ganó la polaca Ida, de Paweł Pawlikowski. El antecedente más cercano es el de 2018 y tuvo a Francia como campeón en Rusia y a la mexicana Roma llevándose el premio en marzo de 2019. ¿Podrá la Argentina convertirse en el primer país en ganar el Mundial y el Oscar en la misma temporada? ¿O terminará quedándose con una estrella, pero sin el Oscar? En un par de semanas se sabrá la respuesta.