La semana que comienza el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se volverán a ver las caras. Será el miércoles, durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional. En las escalinatas de la entrada del palacio legislativo, CFK, como presidenta del Senado, recibirá al jefe de Estado, que se encuentra escribiendo el discurso. La última vez que el presidente y la vice hablaron fue para el cumpleaños de CFK, el 19 de febrero, cuando Fernández le mandó un mensaje por Télegram que ella le agradeció. La alocución del mandatario en el Congreso el primero de marzo, según contaron desde su entorno, estará centrada en la defensa de su gestión y anuncios de algunas leyes que el Ejecutivo quiere que se traten este año. Es una incógnita qué harán los jueces de la Corte Suprema y, aunque desde el Senado les enviarán invitación, desde Casa Rosada ya casi descartan que vayan a asistir por el pedido de Juicio Político que enviaron al Congreso.
La apertura de sesiones de este año será especial porque se tratará de la última del mandato de Fernández. Tal como sucedió en las anteriores, el clima estará enrarecido por las internas que transita hoy el oficialismo. Desde el entorno de la vicepresidenta, sin embargo, confirmaron que ella volverá de El Calafate para ese entonces y que estará presente. Por supuesto, ese día la gestualidad de CFK acaparará todas las miradas. En Casa Rosada ya ven venir esta situación y dicen que esperan que ese día "todo transcurra con normalidad".
Hasta el fin de la semana pasada la secretaría general de la presidencia, que lidera Julio Vitobello, un hombre de extrema confianza del Presidente, estuvo recolectando información que le fueron enviando desde todos los ministerios para armar informes. Luego de eso, los distintos equipos estuvieron confeccionando borradores del posible discurso que llegaron a las manos del Presidente. Tal como se hizo los años anteriores, con la diferencia que en aquellas ocasiones el mandatario tuvo el acompañamiento de uno de sus asesores, Alejandro Grimson, que ya no está más en su cargo.
Desde Balcarce 50 explicaron que el Presidente es el que definirá los lineamientos, como ocurrió siempre, y que, cerca de la fecha, terminará de escribirlo en soledad. Según supo este diario, al cierre de esta edición el Presidente se encontraba realizando esa tarea. Desde el entorno del mandatario no quisieron adelantar el contenido del discurso porque explicaron que sino "perdería la gracia", pero que, más allá de eso, el objetivo formal de esa visita anual al Congreso por parte del Presidente es rendir cuentas de la gestión y no hacer anuncios.
En esa línea, dicen que este año no habría anuncio de proyectos importantes, como sí hubo años anteriores, cuando Fernández anunció que enviaría la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo o la reforma judicial. El escrito que leerá el Presidente este primero de marzo, dicen, estará centrado en los logros del gobierno del Frente de Todos para revalorizar la gestión, especialmente en aquello vinculado a vivienda, obra pública, salud, educación y destacar el posicionamiento internacional.
Una parte importante estará dedicada a los 40 años de democracia que se cumplen en este 2023 y a la necesidad de seguir buscando la igualdad, mediante la redistribución de la riqueza. La economía, por supuesto, tendrá un lugar central. Habrá un "reconocimiento de lo que falta", centralmente todo lo vinculado a los problemas de inflación y caída del poder adquisitivo. "Es lo primero que hay que solucionar", dicen cerca del Presidente y adelantan que va a ser difícil llegar a la meta que se puso el propio ministro de Economía, Sergio Massa, del 3 por ciento de inflación en abril. Se espera que el titular de la cartera esté presente. En las aperturas de sesiones ordinarias de los años anteriores, Massa estuvo sentado al lado del Presidente y de CFK porque ocupaba el cargo de presidente de la Cámara de Diputados. Este año la foto será distinta porque en su lugar estará Cecilia Moreau.
Abajo, entre el público, además de los ministros, solían estar los jueces de la Corte Suprema, algo que también cambiará en las fotos de ese día porque será muy difícil que asistan. No cuentan con su presencia desde el oficialismo, aunque igual serán invitados de manera formal. Cerca de los supremos informaron que todavía no llegaron invitaciones y que no van a adelantar si van a ir o no hasta que lleguen.
Una vez superado el primero de marzo, desde Casa Rosada volverán a convocar a una reunión de la mesa política. Esta vez el Presidente se reunirá con los representantes de los partidos que forman parte del FDT y que no estuvieron en la primera mesa, hegemonizada por el PJ y el Frente Renovador. Desde el oficialismo, sin embargo, quieren dejar que corra un poco de agua bajo el puente porque después del primero y último encuentro hubo algunas rispideces y cruces públicos entre las distintas terminales oficialistas.
Por más que en el documento se explicitó que la vicepresidenta era víctima de una proscripción, algunos de los que no estuvieron esa noche, como el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, salieron a decir que eso no era cierto y que CFK no está proscripta. Además, opinó que quienes dicen eso estaban intentando proscribir al Presidente para que no busque su reelección.
En la mesa que se llevó a cabo en el PJ, según cuentan algunos de los que estuvieron allí esa noche, Fernández dijo que para él no había que centrarse en la proscripción de CFK sino en la inocencia y en las inconsistencias jurídicas de la causa que se llevó adelante porque, caso contrario, pareciera que el problema del peronismo se resuelve si desde el Poder Judicial deciden condenarla, pero sacarle la inhabilitación para ejercer cargos públicos. Cosa que no es cierta. Recordó que él, como exjefe de gabinete, fue a declarar y dijo que era necesario insistir en ese punto. "Hay que insistir con que ella es inocente", lo escucharon decir.
Cerca del mandatario también resaltaron que Fernández "no está en campaña por su reelección", sino que lo que quiere es asegurar es el triunfo del peronismo y que "les causó gracia", que en distintos medios hayan leído el mensaje que dio la semana pasada desde la Antártida en esa línea porque no tenía ese objetivo. Aclaran que existe la posibilidad de su candidatura, pero que aún falta tiempo para las definiciones. El mandatario insiste con la necesidad de realizar unas PASO y que el candidato no sea puesto "a dedo" por nadie. "Lo que está decidido a hacer el Presidente es a mostrar la gestión. Es lo que está haciendo y lo que tiene pensado para el primero de marzo", remarcaron desde su círculo íntimo.