Desde Roma
Una impresionante tragedia ocurrió en la noche del sábado en el Mar Mediterráneo, más precisamente frente a las costas de Calabria (sur de Italia): una barca con más de 100 migrantes se rompió en pedazos y se dio vuelta, tal vez a causa de las agresivas olas o de encallarse en rocas o las arenas cercanas, dejando como resultado al menos 59 muertos. La verdadera causa del naufragio todavía no ha sido descubierta pero lo que es indudable es que la barcaza se hizo pedazos y el mar estaba muy agitado.
Hasta ahora los cadáveres recuperados son 59 pero los muertos podrían ser todavía más cuando la Guardia Costera y las otras fuerzas encargadas completen su tarea, y dado que algunos de los rescatados hablaron de 180 migrantes que venían en la barcaza y otros de 250. Entre las víctimas rescatadas en las playas y en el mar había unos 12 niños y unas 33 mujeres, según la Prefectura de Crotone, la ciudad calabresa cercana a la zona del naufragio.
Unos 80 migrantes fueron rescatados vivos, 22 de ellos enviados al hospital de la ciudad para ser tratados por su estado en algunos casos bastante grave. Los demás fueron enviados a un centro de recepción para refugiados.
La barca había partido hacía 4 días del puerto turco de Smirne con migrantes originarios de Irán, Pakistán y Afganistán. El sábado la barcaza había sido detectada por un avión de la agencia europea Frontex que patrullaba la zona. Pero dadas la complicada situación del mar, se informó, no pudieron hacer nada más que advertir a las fuerzas de tierra.
No es la primera vez que sucede en Italia una tragedia similar. La más tremenda ocurrió cerca de la isla italiana de Lampedusa, en octubre de 2013, donde murieron 368 migrantes. Según datos de la Fundación ISMU (Iniciativas y Estudios sobre la Multietnicidad) desde 2014 y hasta setiembre de 2022 murieron en el Mediterráneo, en su intento por llegar a Europa, unos 25.000 migrantes.
Comentarios y críticas
Ante dramas como éste, nadie se queda callado, especialmente los políticos. Y todos lamentan el hecho, aunque en realidad los de derecha no son favorables a la llegada de migrantes y tratan de bloquearlos a veces firmando acuerdos (como lo hizo recientemente el gobierno italiano) con los países menos aconsejables, como con Libia que detenta uno de los mayores centros de traficantes de seres humanos.
Los exponentes de la derecha que hoy gobiernan el país, como la primera ministra Giorgia Meloni del partido Fratelli d’Italia y Matteo Salvini de la Lega y actual ministro de Infraestructuras, en sus declaraciones han querido mostrarse como gente sensible.
“Siento un profundo dolor por las tantas vidas humanas destruidas por los traficantes de seres humanos -declaró Meloni comentando el naufragio-. El gobierno se ha comprometido a impedir que ellos partan de los distintos países. Así evitaremos estas tragedias. Y el gobierno lo seguirá haciendo, sobre todo pidiendo el máximo de colaboración a los países de donde parten y a donde llegan”, añadió. Sobre el tema migrantes hubo una reunión especial de la Unión Europea el 14 de febrero donde se decidieron una serie de medidas que todavía no se han puesto en práctica.
Por su parte Salvini comentó en Instagram: “Es una tragedia. Los traficantes ponen en el mar barquitos siempre menos seguros pero recibiendo de la gente millones de dólares que invierten en armas y droga. Detener a los traficantes de seres humanos es un deber moral de todos, sobretodo para salvar vidas inocentes”.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, en cambio, que se ha mostrado siempre muy abierto al tema migratorio, apuntó su dedo acusador no sólo contra los traficantes sino contra muchos otros problemas que los gobiernos deberían resolver para evitar que la gente quiera escapar de sus países, problemas de los que a menudo son responsables buena parte de los países desarrollados.
Al expresar su dolor por este nuevo naufragio, Mattarella pidió "un fuerte compromiso de la comunidad internacional para eliminar las causas que subyacen a los flujos de migrantes: guerras, persecuciones, terrorismo, pobreza, territorios que se vuelven inhóspitos al cambio climático". "Es igualmente fundamental -añadió en la nota difundida por la presidencia- que la Unión Europea asuma finalmente la responsabilidad concreta de gobernar el fenómeno migratorio para rescatarlo de los traficantes de seres humanos, involucrándose directamente en las políticas migratorias".
También el secretario renunciante (el domingo se votó por el nuevo secretario) del Partido Democrático (centroizquierda), Enrico Letta pidió en su declaración que la política europea se ponga en movimiento de una buena vez sobre este tema. “Una jornada dramática -comentó-. Hay que detener estas tragedias en el mar. Es necesario que haya políticas europeas y nacionales, es necesario que todos los que pueden evitar tragedias en el mar actúen, tanto las autoridades públicas como los grupos de solidaridad internacional. Lo que sucedió es intolerable. Esta tragedia no puede quedar sin una respuesta, incluso sobre el socorro en el mar, un tema que debe ser analizado”.
Y sobre el socorro en el mar precisamente, muchos se preguntan, sin tener una respuesta, por qué las fuerzas marítimas italianas no actuaron cuando la nave en peligro proveniente de Turquía fue detectada por el avión de Frontex.
La reacción de la Iglesia
"Esta mañana supe con dolor del naufragio que se produjo en la costa de Calabria, cerca de Crotone. Ya se han recuperado 40 muertos, entre ellos muchos niños. Rezo por cada uno de ellos, por los desaparecidos, por los demás migrantes sobrevivientes", dijo el Papa Francisco en el Angelus que el domingo celebra desde la ventana del Palacio Pontificio que da hacia la plaza de San Pedro. "Agradezco a todos los que han llevado ayuda y a los que los están acogiendo”, añadió el Pontífice.
Francisco siempre ha sido muy sensible al tema de los migrantes y en particular a todos los que mueren tratando de atravesar el Mediterráneo. Precisamente por eso ha hecho algunos viajes a lugares donde llegan las barcazas de migrantes, como la isla italiana de Lampedusa que visitó en 2013, tirando coronas de flores al mar para recordar a todos los migrantes muertos.
Pero también la Iglesia de Calabria reaccionó. “La únicas palabras de frente a esta tragedia son dolor y plegaria. Pero también indignación por las causas que han producido todo esto , entre las cuales estamos todos nosotros”, dijo el obispo de Crotone, monseñor Rafaele Angelo Panzetta, después de haber bendecido los restos de los migrantes ahogados.