Las heladas de noviembre y el granizo de enero impactaron de manera dispar en la producción vitivinícola de Salta. El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) publicó recientemente una estimación de producción de vid que arrojó para Salta una pérdida estimada del 9% en la cosecha 2023. Se trata de una aproximación que impactará en el total de quintales métricos de uva producidos a nivel nacional. El estimado negativo se traduce en la producción provincial, por ahora estimada en 308.400 quintales de uva. El INV contrastó el total producido con el de 2022, que arrojó 338.862 quintales. La cosecha 2023, que se transformará en vinos, formará parte del stock 2023 recién a partir de junio de este año.

El organismo nacional publica dos informes que pronostican la producción de vid, y se elaboran en base a datos proporcionados por organismos públicos e instituciones privadas. El primero de ellos estuvo disponible la primera semana de febrero 2023, y correspondió a las provincias de San Juan, La Rioja, Catamarca y Salta (zona norte). El segundo, publicado el 17 de febrero, estimó la producción para la zona centro, sur y áreas viñateras dispersas por el resto del país.

Serie histórica de producción de uvas en Salta desde 2010 a 2022. Datos INV.

Un sondeo realizado por este medio en algunas de las bodegas más importantes de Cafayate, dio resultados disímiles sobre los efectos climáticos adversos sobre los campos viñateros. Mientras Yacochuya informó que su producción no resultó afectada ni por la helada de octubre/noviembre de 2022, ni el granizo de enero de 2023, desde Domingo Hermanos comentaron pérdidas parciales por helada tardía y granizo. Bodegas Nanni fue más contundente: sus pérdidas rondarían el noventa por ciento. Marcos Patrón, miembro de la Asociación de Bodegas de Salta, confirmó la valoración del daño ocasionado por la helada tardía en esa bodega, la pérdida más grande en los Valles Calchaquíes salteños.

“Las heladas tardías de finales de octubre y principios de noviembre resultaron bastante dispares en todo el sector vitivinícola”, se explayó Patrón al ser consultado por este medio. “La superficie afectada fue de 1800 hectáreas, y 600 fueron denunciadas. Por eso se declaró la emergencia”.

A finales de noviembre de 2022 el gobierno de Salta declaró por decreto (1011/22) “el estado de (…) desastre agropecuario a los departamentos de Cafayate, San Carlos, Molinos y Cachi”. La medida se tomó debido a las heladas tardías que afectaron, entre otros cultivos, la producción de vid. El Ministerio de la Producción y Desarrollo Sustentable salteño informó - también a finales de noviembre de 2022 - que más de 1000 hectáreas habían sido afectadas por la helada tardía del 30/31 de octubre y 1 de noviembre, y que el promedio de la pérdida era superior al 50% en algunos casos.

Fuentes consultadas en el ministerio de Martín De Los Ríos, adelantaron que de 3500 hectáreas cultivadas con vid en Salta durante 2022, se informaron como dañadas por la helada tardía, 533. Marcos Patrón dijo a este medio que 15 bodegas completaron los trámites para acceder a los beneficios que otorga la Ley 6241 que regula la emergencia. Vigente desde 1984, el instrumento regula los subsidios estatales y beneficios impositivos otorgados a productores rurales perjudicados por factores ambientales imprevisibles o inevitables.

Esos establecimientos se encuentran localizados en Tolombón, Cafayate, Animaná y Chimpa (departamento Cafayate). Los miembros de la entidad civil son 36 y el total de bodegas salteñas inscriptas en el Instituto Nacional de Vitivinicultura son 45. “Fueron muy rápidos”, declaró Patrón en relación a la respuesta del gobierno de Salta. “Ahora estamos a la espera de los fondos y los beneficios impositivos”.

La semana pasada concluyó la presentación de declaraciones juradas en el Ministerio de la Producción y Desarrollo Sustentable salteño para acogerse a los beneficios por el evento climático de la helada tardía a finales de la primavera en 2022. No hubo ninguna información oficial del gobierno de Salta, referida a nuevos beneficios por efectos adversos sobre la vid ocasionados por las tormentas graniceras de enero en los Valles Calchaquíes. “Todavía ninguna bodega declaró pérdidas por tormentas con granizo”, aclararon desde la Asociación de Bodegas de Salta.

Panorama nacional y precios de los vinos

Imagen gentileza sitio EstiloDV


En el total nacional, el sur argentino se lleva la peor parte de las estimaciones, con el 52% de pérdida en la producción de uva durante el período 2023. Le siguen Catamarca con el 44%, Mendoza con el 23%, San Juan con el 14% y La Rioja con el 9% de su producción afectada por fenómenos meteorológicos (heladas tardías y granizo), a lo que se sumó la escasez hídrica. Fuera de las regiones próximas a la cordillera, el conjunto de áreas que producen vid dispersas por el resto del país, también sufrieron una baja en su producción. El INV las estimó en alrededor del 30%.

Con la caída en la producción de uva, una pregunta queda picando: ¿impactará en los precios al ser menor el stock general de vinos 2023?. “Resta esperar que los pronósticos del INV se confirmen en la cosecha. La realidad puede ajustar las estimaciones por más o por menos”, explicó Federico Manrique, del área de comunicación y desarrollo institucional de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR). Sobre un eventual aumento en el precio de los vinos dentro del mercado interno, desde COVIAR aclararon que la composición del valor final del ese producto no se forma únicamente con las variaciones en la oferta, es decir, en la producción de vid.

“A partir de junio, cuando se libere la comercialización de los vinos de la nueva cosecha, el stock de 2023 se juntará con los stocks de cosechas anteriores. Que este año tengamos una cosecha más baja”, explicaron desde COVIAR, “no significa un aumento de precios, porque el faltante se podrá compensar con sobrantes de años anteriores”.

Manrique recordó que durante 2022 la comercialización de vinos tuvo inconvenientes. “En el mercado externo, caímos por el dólar atrasado, y en el mercado interno también, porque la gente no pudo mantener su nivel de consumo debido a la inflación”, indicó. “Si se mantienen las variables como hasta ahora”, especuló, “con un dólar atrasado que quita competitividad para exportar y la gente sin capacidad de consumo debido a la inflación, claramente la demanda no va a crecer, sino todo lo contrario”.