"Y nadie puede, y nadie debe / vivir, vivir sin amor". La década cínica, la de los noventa, fue desafiada en sus mismos comienzos por un rosarino de 29 años que puso a cantar a todo el país este estribillo. El disco El amor después del amor, de Fito Páez, vendió más de 1.100.000 copias en los 20 años transcurridos entre su edición en 1992 y 2012. Para Buenos Aires puede haber sido una sorpresa. Pero había un periodista que conocía el fenómeno Páez desde sus inicios y más, desde sus raíces, nutridas en aquel rock under de la ciudad de pobres corazones que compartía escena con el canto popular: la Trova rosarina, y antes aún, el cancionero revolucionario que la dictadura prohibió. Antes de aquel silencio hubo canciones, voces como la de Liliana Herrero, voces que aún suenan.
El periodista conocedor de Fito es el escritor y productor musical Horacio Vargas. Jefe de redacción en Rosario/12 y biógrafo del Negro Fontanarrosa, Vargas estuvo siempre cerca de las cosas que le pasaban a Páez y de su entorno creativo. Desde cerca, pero sin perder rigor periodístico, escribió, publicó por la editorial Homo Sapiens y agotó en 1994 las dos primeras ediciones de Fito Páez: La vida después de la vida. El año pasado, al cumplirse cuatro décadas del disco Tiempos modernos, Vargas compiló Las cosas tienen movimiento. 40 años de la Trova rosarina, por varios autores, editado por el Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe. Por entonces también cumplía treinta el disco El amor después del amor, aniversario que Fito Páez sigue celebrando con una gira de conciertos y es el anclaje perfecto para que una nueva generación de lectores tenga acceso a su historia. Antes de que terminara el 2022, Homo Sapiens publicó Fito Páez: La vida después de la vida. Una biografía, tercera edición corregida y ampliada. El libro narra y documenta, con la ágil escritura a la que Vargas tiene acostumbrado al público (escritura y no "pluma", uno de esos arcaísmos que detonan su carcajada como editor), no solo la vida de Fito sino la vida musical, bohemia y cultural de una increíble Rosario de fines del siglo veinte que la historia no registraría y quedaría en el olvido (o en la frágil memoria oral de testigos que irán muriendo) si no fuera por obras como esta.
De lectura imprescindible para quienes deseen conocer a fondo la pata federal del rock nacional (o al menos una de ellas, la de Rosario), el libro suma un bonus track de puño y letra del biografiado y una conmovedora reseña del primer concierto aniversario por Humphrey Inzillo, más un capítulo de "Instantáneas" que enriquece una selección de las fotos de la primera edición con material documental que muestra bellamente cómo se difundía el rock a pura lapicera de dibujo y tinta negra, en el siglo anterior a Instagram.
Raymond Moody posiblemente no sepa que su best seller de 1975 Life After Life, o Vida después de la vida -el libro que popularizó la luz al final del túnel y los FFXX de la agonía, y con cuyo título jugaba el del disco de Fito- tiene un cuasi homónimo en Rosario, donde Vargas juega a su vez con el título del disco y las palabras dan un giro de 360 grados. No es un dato importante, pero vale los minutos de Google ahorrados. Sí importa decir que se trata de "la" vida y de "una" biografía, porque en el mismo año salió la autobiografía Infancia y juventud, por Fito Páez. Ambas obras se complementan en armonía tonal.
Luego del diálogo que abre el juego con un mano a mano entre autor y personaje, el autor avanza capítulo a capítulo, como tracks de un disco muy bien producido, contando desde el principio la historia que Fito desgrana en sus canciones: la madre música, la orfandad, el padre y los otros destinos posibles, la rebeldía, las primeras formaciones musicales que se gestaron en los espacios de sociabilidad entre músicos que primero precedieron y luego resistieron al intento de genocidio cultural. Vargas recorre bares, redacciones y teatros de una noche rosarina que ya no existe. Hay nombres que son recurrentes desde el comienzo: los leales amigos que estuvieron siempre haciendo el aguante para que Fito llegue a ser lo que es. Si la industria musical fue alterada en su lógica centralizante, si "desde adentro yo me puedo mover/ hice un agujero en una inmensa pared", fue gracias al talento y también a una trama de voluntades que desde la ciudad natal del músico lo impulsó y sostuvo, a veces pese incluso a sí mismo. Trama que Vargas documenta sin santificar ni demonizar la figura del artista, sino evaluando en su dimensión humana sus gestos de rebeldía y detectando las respuestas del poder.
Hay un tramo de intenso dramatismo donde se contrapone el éxito en Brasil (mucho después de la primera llegada de la Trova a Buenos Aires, y de los primeros discos) con el asesinato de la abuela, la tía abuela de Fito y su empleada doméstica en la casa donde se había criado Fito en Rosario, cometido con saña y a traición en octubre de 1986 por dos hermanos que se habían ganado su confianza. El biógrafo actualiza el relato, y los datos son preocupantes. Si bien Walter (el mayor de los dos) murió de sida en la cárcel, el menor, Carlos Di Giusti, "es docente en una escuela secundaria de Rosario". Las fotos de los asesinos estaban en la primera edición del libro, en esta no. De aquel "inmenso dolor" nació el disco Ciudad de pobres corazones, de gran mérito artístico, pero las heridas no sanaron y uno de los lobos anda suelto, con piel de oveja. El crecimiento musical de Páez se afianza con los siguientes álbumes: Ey!, Tercer mundo, El amor... y Circo Beat (1994), con el que se cierra el relato. Cada álbum se sitúa en una red de diálogo con pares, críticos y medios, a través de diversos tiempos: la contemporaneidad de los hechos, los acontecimientos de la existencia, la reflexión posterior. Este libro no cede al facilismo de cosificar a una estrella de rock, sino que da la palabra al compositor sobre su propia obra -o a sus amigos sobre la vida- no sin registrar la recepción crítica y a veces las consecuentes reacciones del músico. Cada capítulo es breve, rotundo, como una canción. Cada nombre tras cada instrumento o detalle de producción dice presente. Como decía Wim Wenders en su cortometraje Tres LPs americanos, adentro de una canción hay un mundo. Y adentro de las canciones de Fito Páez habita una ciudad. Donde no todo "se incendia y se va". Porque la historia fue escrita y aquí se queda.
Horacio Vargas también es autor de los libros de crónica Desde el Rosario (Homo Sapiens, 2018), donde rescata el olvidado incendio de Rosario por las huestes de Balcarce en 1819; y Mi obra maestra: la momia argentina del siglo XX . Biografía de Katsusaburo Miyamoto, el doctor que embalsamó a su mujer (Homo Sapiens, 2021).