La Jornada de México
Aunque consideró saludable para el país que los opositores se agrupen y manifiesten juntos, sin fingir que son distintos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sostuvo que la mayoría de quienes convocaron a la masiva protesta contra las reformas en el Instituto Nacional Electoral, realizada en el Zócalo, la plaza central de la ciudad de México, “han participado en gobiernos anteriores; han defendido fraudes electorales; formado parte de la corrupción, han pertenecido al narcoestado que se impuso, durante dos sexenios”, y lo definió como “un grupo reaccionario que no quiere que las cosas cambien, mantener el status quo”.
Durante su habitual conferencia de prensa matutina sostuvo que se están claramente delineando los dos proyectos en disputa entre el ala conservadora y el movimiento de transformación. Sostuvo que el primero de los bloques tienen sus intelectuales orgánicos y los apoyan la mayoría de los medios de comunicación. “En sentido estricto no les importa la democracia sino que quieren que predomine una oligarquía. Un gobierno de los potentados. No les interesa el pueblo. La manifestación de ayer y otras que vendrán con este propósito son porque no quieren la transformación del país, quieren seguir robando, mantener en la marginación y el olvido a la mayoría de los mexicanos. Ese es el fondo, pero es bueno. Son dos agrupamientos, distintos y contrapuestos”.
Las caras de los convocantes
Pidió que se difundiera una galería de fotos de los convocantes porque “hay que lamparearlos” (exponerlos) entre los cuales mencionó al ex presidente de derecha Vicente Fox: “Imagínense lo que piensa la gente no conservadora, que buscaba un cambio, que creyó que se iba a dar un cambio con Vicente Fox, que lo votaron con esperanza y luego se conviertió en un traidor a la democracia. Por eso todo este movimiento es una contradicción política, porque él llega supuestamente para establecer la democracia y lleva a cabo un fraude electoral para imponer a Calderón y nos roba la presidencia y todavía de manera cínica lo confiesa y ahora dice que está defendiendo la democracia”.
López Obrador dijo que afortunadamente la movilización, en la que estimó que participaron como máximo 100 mil asistentes aunque validó también las estimaciones de las autoridades capitalinas que proyectaron 80 mil participantes, hubo saldo blanco, aunque, ironizó “se incrementaron los robos de cartera. Imagínense, con tanto delincuente de cuello blanco”.
Insistió que en su demanda de “El INE no se toca", lo que ellos quieren decir es “la corrupción, los privilegios, el narco estado no se tocan. Hablando en plata. Pues tienen todo el derecho de manifestarse”.
La competencia por el Zócalo
Estimó en 25 millones los ciudadanos que están cercanos al movimiento conservador. “Siempre ha habido conservadores. Esta es una vanguardia (los dirigentes cuyas fotos aparecieron en la pantalla para exhibir a los convocantes), que no dejen de participar, de movilizarse. Llenan el Zócalo. Nosotros para poder llevar adelante el cambio, lo llenamos 60 veces. De las manifestaciones más grandes que ha habido en la historia del país. Nada más observen lo que va a pasar el 18 de marzo. Por eso les diría yo, ánimo. Adelante, ahí la llevan”.
Consideró que el pretexto de la manifestación es la ley electoral, pero que en realidad es un asunto político porque la mayoría de ellos “son mapaches electorales” (en la lista de convocantes incluyó a dirigentes del PRI, PAN y PRD) y fue más allá al cuestionar a los convocantes. “Hay cosas que no se pueden ocultar, una de esas es el dinero. Entonces, la mayoría de ellos son muy ricos y no son empresarios en el sentido estricto, son traficantes de influencia, políticos corruptos, ese es el fondo, no quieren perder privilegios”.
* De La Jornada de México, especial para Página/12.