¿Qué pasa con un hombre al que le arrebatan una década de su vida? Bajo esa premisa Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi construyeron Old Boy, un manga famoso por la adaptación que realizó el cineasta surcoreano Park Chan-wook (lanzado internacionalmente en 2003, en la Argentina en 2005). La adaptación cinematográfica alcanzó premios como la Palma de Oro en el Festival de Cannes, Francia, en 2004, y para muchos es uno de los films más importantes de esa década. ¿Pero qué tal es la obra original, lanzada recientemente por Penguin House Mondadori dentro de su sello Distrito Manga?

A diferencia del film, la acción de este seinen (o manga cuyo lector objetivo son los jóvenes adultos) es bastante más dilatada. Bien al estilo nipón, la historieta se toma su tiempo para desarrollar a cada escena y cada personaje, con amplitud de páginas para presentar las reflexiones de Shinichi Goto, el protagonista, y permitir elucubraciones en torno a las motivaciones de sus antagonistas. Aunque las secuencias de acción son rápidas y vibrantes, todo el primer tomo –lo único publicado aún, aunque este año llegarán otros dos- está más cerca del thriller psicológico que de la historia de acción. Y no es poco, Old boy vol.1 tiene más de 600 páginas.

En este punto, y sin adelantar cosas de los siguientes volúmenes, hay un buen trabajo de desarrollo de personajes, donde la mano de Tsuchiya lleva con paciencia y buen pulso al lector por las figuras que pueden alumbrar algo sobre el misterio de Shinichi, sus secuestradores y las claves de su pasado que puedan explicar su ausencia de diez años.

Por el lado de Minegishi, su performance es superlativa. Aunque algunos lectores podrán resentir su frecuente uso de referencias fotográficas (comprensibles cuando se trata de un plano panorámico de la ciudad al comienzo de un episodio, pero quizás un punto demasiado cuando sólo se retratan unas botellas al pasar en una viñeta de relleno), lo cierto es que es una obra impecable en ese sentido, tanto en la precisión del dibujo como la expresividad de los personajes, la narrativa y el manejo de los tiempos y climas. En muchos sentidos, es una clase maestra de historieta realista para cualquiera interesado en la materia, más allá de su procedencia industrial. Hay un sentido del equilibro en cada página perfectamente claro y una capacidad para transmitir el espíritu de la historia y de cada personaje, que resultan admirables. El guión es intrigante, pero la narrativa de Minegishi lo convierte en una bomba imposible de soltar.

Desde Penguin anticiparon a Página/12 que “en el trascurso de este año irán saliendo los otros dos tomos que componen la saga”. Old boy es uno de los títulos fuertes del lanzamiento del sello Distrito Manga, con el que el grupo editorial busca terciar en el mercado comiquero de América Latina. Junto al manga de Tsuchiya y Minegishi, Distrito Manga lanzó otros títulos, como Los asesinatos de la mansión decagonal, Love in focus, Joy y Complex Age.


Lanzamientos

Roque y Gervasio: “El lado de afuera del cosmos” (Federico Reggiani y Ángel Mosquito / Libros del cosmonauta)

La nueva aventura de los “pioneros del espacio” encuentra nuevos rumbos. Tan nuevos que, jugando un poco con la idea de “plegar” el espacio para trascender las distancias siderales, los protagonistas pasan “del lado de afuera del cosmos”. La idea es disparatada pero divertida y se ajusta perfectamente al costumbrismo sci-fi bizarro (si una combinación semejante es posible) que caracteriza a la serie. Como siempre, Reggiani sólido en guiones y Mosquito siguiéndolo a donde sea con el dibujo.

El hombre que dormía con los muertos (Brian Jánchez y Pablo D’Alio / Hotel de las Ideas)

Jánchez lleva la parquedad y acidez que caracteriza sus historietas –habitualmente de humor- al policial, con una propuesta que a Hitchcock le hubiera gustado filmar. El guionista corre la intriga del quién es el asesino al cómo conseguirán atraparlo. Un gran acierto, porque el desarrollo termina cautivando en la lectura. En paralelo, un excelente trabajo de D’Alio, que no sólo construye buenos climas y secuencias, también ofrece un diseño de personajes excepcionalmente atinado.

Paper Girls vol.4 (Brian K. Vaughan y Cliff Chiang / Planeta Cómic)

Vaughan (Y: The Last Man, Runaways, Saga) debe ser uno de los guionistas norteamericanos más celebrados en papel y peor adaptados a la pantalla. Paper Girls es un ejemplo de ello, con una historia demencial de saltos en el tiempo, con una batalla intertemporal de grandes dimensiones que funciona maravillosamente en pael y que en Hollywood hizo agua. Vaughan encuentra en Chiang, además, un cómplice impecable, capaz de recorrer al detalle ambientaciones disimiles a más no poder con total solidez.

Se solicitan perdedores (Emmanuel Peña / Deriva Editorial)

El autor mexicano aborda un relato que podría llamarse intimista, aunque es la intimidad de muchos: la de tres hombres y una mujer que, algunos años después de muerta, les revela en una carta que tiene un hijo que es de alguno de ellos y, en cierto modo, de todos. Peña consigue generar la intriga del lector y destaca el cómo construye esa figura múltiple de tres seres que se distinguen, paradójicamente, por cuánto se parecen entre sí. Un relato inusual para las bateas locales.

Viñetas

El regreso de Watterson

“Hace mucho tiempo, un reino estaba afligido por inexplicables calamidades. Con la esperanza de dar fin al tormento, el rey despachó a sus caballeros para descubrir el origen de los misteriosos eventos. Años más tarde, un maltrecho caballero regresó”. Con esa premisa la editorial Andrews McMeel Publishing lanzará a finales de este año un libro de 72 páginas, que se destaca por ser el regreso a la historieta del mismísimo Bill Watterson, autor de la mítica Calvin & Hobbes. Watterson hará equipo para la ocasión con John Kascht, un caricaturista que trabajó en cuanto medio relevante existe en Estados Unidos, desde Mad Magazine hasta el New York Times, y que tiene originales suyos en las paredes del Smithsonian National Portrait Gallery. 

De The Mysteries, tal el nombre del relato, apenas se anticiparon algunas páginas (textos cortos en las páginas pares, viñetas a página completa en las impares, construyendo una suerte de didascalia), será “una fábula para grandes”. Watterson se retiró hace 28 años de la vida pública, cuando decidió terminar Calvin & Hobbes, la serie que lo hizo mundialmente famoso. Desde entonces no hizo apariciones públicas y apenas se publicaron algunas páginas suyas. Una notable y “reciente” fue el poster para la edición 2015 del Festival Internacional de la Bande-dessinnée d’Angouleme, Francia, cuyo grand prix le habían otorgado el año anterior, pero que no viajó a recibir ni a presenciar la inauguración de la exposición en su honor. Su reaparición, pues, es tanto motivo de sorpresa como de celebración.

Al estilo Gunn

Uno de los problemas del cómic mainstream norteamericano es que sus licencias generan películas de ganancias multimillonarias pero que, paradójicamente, no mueven el amperímetro de ventas de papel. James Gunn consiguió cambiar eso con el anuncio de las próximas películas del universo de DC Comics. ¿Cómo lo hizo? Sencillamente contando en qué sagas se inspirará para cada una de ellas. El resultado: muchos de esos títulos se vendieron online casi inmediatamente. Supergirl: woman of tomorrow y The Authority figuran entre los afortunados best-sellers.