El actor estadounidense Tom Sizemore, de 61 años, uno de los protagonistas de "Rescatando al soldado Ryan", sufrió un aneurisma cerebral y se encuentra internado en terapia intensiva en un hospital de Los Ángeles, Estados Unidos.
Su manager, Charles Lago, emitió un comunicado: "Hoy los médicos han informado a su familia de que ya no hay esperanzas y han recomendado que decidan el final de su vida. La familia está ahora decidiendo y el miércoles se emitirá un nuevo comunicado”.
En la madrugada del 18 de febrero, el actor fue encontrado inconsciente en su casa y se confirmó que había tenido un derrame cerebral. Desde entonces, permanece en estado de coma, en el hospital Providence Saint Joseph.
Qué es un aneurisma
Según detalla el instituto Fleni, un aneurisma cerebral es una dilatación de una arteria dentro de la cabeza en forma de saco, baya o pera, que se origina a partir de una debilidad en la pared de la arteria y va creciendo a lo largo de la vida con la posibilidad de romperse y producir una hemorragia cerebral (aneurisma roto).
Otras veces se los descubre por casualidad (aneurisma incidental) o pueden dar síntomas por comprimir a otras estructuras del cerebro (aneurisma sintomático). El mayor peligro radica en la rotura, y entre los factores de riesgo de ruptura aparecen la hipertensión arterial, el hábito de fumar, abuso de alcohol y drogas (cocaína), forma y tamaño del aneurisma.
Suele ser más frecuente en los adultos de 30 a 60 años que en los niños, y la mayoría de los aneurismas no dan síntomas hasta que son grandes y comprimen nervios u otras estructuras o se rompen provocando una hemorragia cerebral.
Entre los síntomas habituales aparece la cefalea que los pacientes la refieren como “la peor de su vida”, visión borrosa, algún párpado caído, menor fuerza de brazos y pierna o la boca desviada, naúseas-vómitos, pérdida de conocimiento, entre otros.
El promedio anual de ACV hemorrágico por ruptura aneurismática es de 10 a 21 casos cada 100.000 habitantes, y si bien es bajo dentro de la población general, el riesgo depende de cada aneurisma y de cada paciente. Al romperse, el pronóstico es poco alentador, presentando una tasa de mortalidad de hasta el 50 por ciento si no son tratados a tiempo.
Los avances tecnológicos han permitido que en la actualidad los aneurismas cerebrales sean tratados de manera mínimamente invasiva a través de una punción en la ingle o la muñeca. Esta técnica se denomina tratamiento endovascular por cateterismo y consiste en excluir el aneurisma de la circulación por dentro de la arteria, sin necesidad de abrir el cráneo.