El gobernador de Florida y serio candidato a la presidencia de los Estados Unidos Ron DeSantis ha levantado pasiones y recogido seguidores con su promesa y creciente práctica de terminar con lo que él llama “Adoctrinación WOKE”, palabra que procede de awake, awakening o despertar para luchar contra la desmemoria racial y de género en las escuelas y hasta en la universidades.
Una vez llegados al poder los llamados libertarios se especializan en prohibir. Así se han prohibido una larga lista de libros y se han reescritos clásicos para hacerlos menos “incómodos” para la sensibilidad puritana, fascista, sectaria, ultrarreligiosa, anticientífica, hipócrita y fanática por donde se la mire. De la pornografía de Internet que consumen los niños en las escuelas entre clase y clase ni una voz indignada, ni una ley que prohíba o limite el gran negocio.
El escándalo es que los negros, los pobres o las víctimas del imperialismo puedan contar su historia; la indignación es por cualquier cosa que pueda molestar la sensibilidad de los jóvenes blancos (que ni siquiera son culpables de los crímenes históricos que se intentan ocultar) y, sobre todo, cualquier cosa que pueda herir la sensibilidad de sus padres, que son quienes votan. A esta tradición de 200 años no se llama adoctrinación, sino patriotismo.
Aquí (figura 1) una de las ilustraciones que pronto se prohibirán para no herir la sensibilidad de algún varón blanco. Este clásico del arte gráfico se tituló “The Awakening”, en favor de los derechos de las mujeres a votar. Fue publicado en Estados Unidos en 1915, tres años antes de que en Uruguay la Constitución consagrara el derecho de las mujeres al voto y décadas antes que fuese una realidad en Estados Unidos. La tardanza se debió a políticos y reaccionarios como el actual gobernador de Florida que estaban más ocupados con el slogan del Ku Klux Klan “América First” (figura. 2).