El presidente Alberto Fernández, después de participar de un acto con el gobernador Axel Kicillof, la tarde del martes se fue a la Quinta de Olivos. Allí, con funcionarios de su confianza, terminó de pulir los últimos detalles del discurso que dará este miércoles en la apertura de las sesiones ordinarias. Cerca del mediodía, en el Congreso, se verán las caras el presidente y la vicepresidenta, Cristina Kirchner, después de meses, en el marco de un clima enrarecido para el oficialismo por los debates internos. Según confirmaron desde la Corte Suprema, en la asamblea estarán sentados en representación del máximo tribunal los jueces Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. En las afueras del Palacio Legislativo, en tanto, finalmente sí habrá movilización. Así lo confirmaron a este diario desde el Movimiento Evita, que el día anterior habían anunciado que no irían al Congreso.
El Presidente tenía planificado este martes visitar la provincia de La Pampa, pero decidió suspender ese viaje para poder terminar el discurso que dará frente a diputados, senadores, ministros y miembros de la Corte Suprema. Había comenzado a delinear el escrito en la soledad de la Quinta de Olivos durante el fin de semana, pero este martes se sumaron la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, con su equipo y otros funcionarios de su confianza como el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos. Esta vez no participó del armado del texto la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y tampoco estuvo en Olivos el canciller Santiago Cafiero, porque se encontraba reunido con empresarios en Bangladesh y el miércoles viajará a India a participar de reuniones de ministros del G-20.
Pese a estar a miles de kilómetros de la Argentina, Cafiero adelantó que el discurso de Fernández ante la Asamblea Legislativa será "esperanzador, teniendo en cuenta la realidad argentina, pero siempre mirando al futuro, y con el objetivo de vencer el desánimo”. Además agregó que "el Presidente no va a usar una instancia tan importante para la democracia argentina, como es la apertura de sesiones del Congreso, para hacer una cuestión electoral ni partidaria”. Según explicaron en Casa Rosada la idea del mandatario es hacer un repaso de su gestión y no ahondar en otras cuestiones. También hay dudas sobre si hablará de la proscripción de la vicepresidenta. Lo que sí confirman es que el discurso incluirá una mención especial a los 40 años de democracia ininterrumpida que se cumplen este año.
Movilización y candidatos
Desde el Movimiento Evita habían anunciado que no movilizarían, pero finalmente resolvieron que sí lo harán. En esa línea, un referente del espacio, Gildo Onorato, dijo a este diario que "este miércoles movilizaremos una delegación, por respeto a la investidura presidencial y reconociendo la importancia que tiene la asamblea legislativa para la democracia, pero bajo ningún concepto eso significa un aval para la reelección de Alberto Fernández". Ese, claro, es uno de los ejes del debate interno que transita por estas horas el Frente de Todos.
Las discusiones giran en torno a si el candidato presidencial este año será elegido en internas o si volverá a ser elegido por la socia mayoritaria del espacio, Cristina Fernández de Kirchner, como ocurrió en 2019, en caso de que ella no sea candidata. En el discurso que este martes dio en Morón, el jefe de Estado expresó en tono electoral que “no importa quién presida la Argentina, importa que sea uno de los nuestros”.
Desde el kirchnerismo insisten con que sería raro que el Presidente se presente y compita en las primarias, pero desde el entorno del mandatario no cambian de idea. De hecho, la vocera presidencial dijo que "lo que no tiene que haber son proscripciones internas. No le pueden decir 'él no puede ser', porque por supuesto que puede ser. Esa decisión aún no está tomada y se va a tomar colectivamente". Cerruti también aclaró en diálogo con Futurock que "hoy CFK y AF no son candidatos", y que más allá de las diferencias que hay dentro del espacio, "la idea es llegar lo más fuertes posible para que garanticemos que no vuelva la derecha en diciembre".
Esta semana, en línea con las intenciones del Presidente de buscar su reelección, se conoció una campaña en redes sociales y afiches que fueron pegados en las calles porteñas, con la foto de Fernández acompañada por una consigna: "Alberto 2023. Por todo lo que hicimos y por lo que falta hacer", firmados por una agrupación denominada Espacio A23. Cerruti dijo que esos carteles "no cuentan con el aval del Presidente", pero lo cierto es que no parecían realizados por aficionados o simples militantes, como dijeron algunos miembros de su entorno.
El discurso que Fernández dio este martes junto a Kicillof y a la titular de Aysa, Malena Galmarini, en Morón, tuvo un fuerte tinte electoral. Al igual que hará el miércoles en el Congreso, el Presidente puso en valor su gestión y defendió lo que realizó el gobierno del Frente de Todos durante los últimos años. Además, en varios tramos cuestionó al macrismo. “Hay algunos que llegaron, blanquearon sus bienes, y se fueron a dar cátedras de ética en la FIFA. Y hay otros que vamos a dejar el Gobierno con el mismo patrimonio con el que llegamos; dejamos todo y no nos llevamos nada”, indicó.
En línea con los cuestionamientos al macrismo --algo que se puede repetir este miércoles-- dijo que “hay quienes creen que cada obra es una oportunidad para las empresas del primo o de un amigo y quienes creemos que cada obra es una necesidad del pueblo. No todos somos lo mismo. Otros vamos a dejar el gobierno con el mismo patrimonio con el que llegamos. No todo es lo mismo en política”. Para finalizar, recordó que el expresidente dejó 54 puntos de inflación y un endeudamiento "como nunca había tenido el país", y lanzó: "le pido al pueblo que no desvíen la senda. Votaron a De la Rúa y el país se desmoronó. Votaron a Macri y el país se desmoronó. Les pido ahora que no desvíen la senda. La lógica política no debe ser alterada”.