En el Salón San Martín de la Corte de Justicia de Catamarca se realizó ayer la audiencia de casación por la sentencia de un abuso sexual en patota sucedido en 2018. En este contexto, y por primera vez en un caso similar, la sobreviviente pidió hablar y expuso duros argumentos de cómo fue revictimizada durante el proceso penal por todo el sistema de Justicia de Catamarca.

Los hechos sucedieron en septiembre de 2018 en la localidad catamarqueña de Las Juntas. En aquel momento, la sobreviviente tenía 15 años y había logrado el permiso de sus padres para poder pasar el día de estudiante en casa de una amiga. En ese contexto, la niña fue manipulada por 3 adolescentes que iban a su propia escuela y llevada a la casa de uno de ellos en donde sucedieron los abusos.

Cuatro años después, la Cámara de Sentencia Penal Juvenil condenó a 7 años de cárcel a dos de los adolescentes y a 3 años en suspenso al restante. La familia de sobreviviente en ese momento entendió que se hizo justicia, pero no imaginó que la sentencia sería casada. Además, recordó que dos de los condenados tenían una denuncia previa de idénticas características por un hecho de noviembre de 2017 contra otra víctima.

Durante la audiencia de ayer, la joven que hoy tiene 20 años, decidió hablar a los jueces de la Corte.”Hoy me presento aquí, con más dudas que certezas. Me gustaría poder decir que luego de la sentencia de alguna forma sentí justicia o alivio, pero no es así, el proceso solo terminó siendo revictimizante y vergonzoso para mí”, inició.

“La única razón que me motiva hoy a estar acá es para intentar poner en palabras el trauma vivido tanto para mí como para mi familia, y remarcar que en la teoría se pueden tener muchas ideas de cómo hacer las cosas pero nada de eso importa si en la práctica se permite que tanto jueces, fiscales y defensores, puedan hacer y decir lo que quieran sin represalias”, dijo recordando que el defensor de los tres condenados, Fernando Contreras, realizó comentarios humillantes contra ella y su familia durante el debate.

“Según mi mínimo entendimiento en lo amplio que es el sistema judicial, mi causa se demoró 3 años más de los plazos establecidos que se deben cumplir en una denuncia por violación, lo que lamentablemente llevó a la consecuencia de que yo deba constituirme como querellante, por la falta de respeto y consideración de parte de quienes debían proteger mi integridad emocional y psíquica”, dijo.

Mientras ellos durante años disfrutaron de su impunidad y sentimiento de haberse salido con la suya, yo solo escuchaba como me decían que mi conducta y comportamiento era importante para no darles a sus abogados algo de qué hablar de mí. Por 4 años esperé una resolución de forma paciente y calmada, 4 años donde me los crucé y veía como ellos siguieron con sus vidas, mientras yo cargaba con una parte de mí rota, una parte que aún no sé cómo sanar”.

“Actualmente tengo 20 años, pero todo lo ocurrido desde esa tarde de septiembre hasta hoy fue como si se lo hicieran a mi versión de 15 años. Una versión que aún siente culpa y responsabilidad por las acciones barbáricas de 3 monstruos que no pueden hacerse responsables de sus cargas. Porque por supuesto para que los violadores e infringidores de la ley se salgan con la suya, es necesario que haya una familia que avale su accionar como también un sistema que les diga que pueden hacer su parecer sin importar si vulneran los derechos de otro ser humano porque la justicia no va a caer con todo su peso, sino todo lo contrario. La impunidad se vuelve moneda corriente cuando los defensores creen que está bien utilizar cualquier artimaña para “ganar”.

“Para mí las cosas en este momento son más claras, puedo decir ahora sin que me tiemble la voz que fui víctima de abuso y sin bajarles la mirada a los responsables. Pero también con mucha pena debo admitir que fui víctima de un sistema negligente, de fiscales que por afinidad al apellido Contreras taparon mi causa sin ninguna vergüenza o jueces que cambiaron la fecha de juicio en 4 ocasiones por apelaciones con ningún fundamento, sin importarles que del otro lado estaba una persona que desde la primera fecha establecida se desmayaba por el terror que conllevaba. Pero aún así tuve que escuchar como mis padres me decían que por cualquier ridículo motivo mi juicio era nuevamente postergado”, agregó la sobreviviente ante el silencio de los jueces que la escuchaban.

“Me presento hoy acá, para pedirles a quienes son responsables de este proceso que se necesitan nuevas perspectivas y más control sobre el mismo, como también decirle al señor Contreras que en las nuevas épocas no hay lugar para dinosaurios, retrógrados y machistas, su forma de manejar su trabajo solo lleva al desprestigio de su nombre y de esta profesión”, concluyó.

La Corte De Justicia dio por cerrada la audiencia, tras escuchar a la joven y no tiene una fecha determinada para expedirse.