El Presidente Alberto Fernández sacudió el avispero ayer en su discurso de apertura del período ordinario de sesiones en la Asamblea Legislativa. Y en su fuerte arremetida contra la Corte Suprema –con dos de sus miembros sentados a tres metros– incluyó la debilidad de la Justicia federal en Santa Fe para responsabilizar a ese tribunal por haber "tomado por asalto al Consejo de la Magistratura" y no atender la cobertura de vacantes y la necesaria creación de mayor estructura judicial en esta provincia. El ejemplo del primer mandatario fue uno de los motivos que azuzó los abucheos de diputados opositores. Y la distancia también de algunos propios y santafesinos, como el rafaelino perottista Roberto Mirabella, quien luego del discurso declaró que "Santa Fe no está en la agenda nacional".
El embate presidencial contra el Poder Judicial, en especial contra la cumbre que ayer en el Congreso representaron Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, sorprendió por la virulencia del tono, inusual en el estilo de Fernández. La batalla que el Ejecutivo sostiene desde el año pasado, cuando la Corte declaró inconstitucional una ley que el oficialismo logró en el Congreso y así le devolvió fondos federales extra a Ciudad de Buenos Aires, siguió con el juicio político que el Ejecutivo fogoneó a los ministros del tribunal supremo y que comenzó en estos días en la Cámara Baja. Y el Presidente ayer la siguió.
Fernández señaló que el Poder Judicial perdió hace tiempo la confianza ciudadana, y la independencia esencial respecto de los poderes fácticos y políticos. En la volteada apuntó a "medios de comunicación y empresarios".
Fue ese el punto que despertó la reacción furibunda de legisladores de Juntos por el Cambio, incluido el rosarino Federico Angelini. Y en medio de ese clima tenso, Fernández endilgó a la Corte la falta de recursos y estructura que Santa Fe le ha reclamado más de una vez a Nación. "Si aquella reforma de la Justicia federal hubiera prosperado, hoy Santa Fe no estaría padeciendo la carencia de tribunales que permiten enjuiciar con rapidez el crimen organizado que se expande por todo el territorio", apuntó el jefe de Estado.
Cuando los insultos sumaron decibeles, el Presidente miró por arriba de los anteojos con una semi sonrisa hacia donde Angelini lanzaba sapos y culebras, de pie en su banca, desencajado de ira. "Me extraña de los diputados santafesinos", remató Alberto, y echó nafta al fuego.
Cerca suyo, a la derecha, Rosatti se mostraba rígido, con los ojos bien abiertos, ocupado en no connotar emociones. A su lado, Rosenkrantz, más serio todavía, negaba levemente con un movimiento de cabeza.
Pese a todo, aseguró que "el combate al crimen organizado es una prioridad del gobierno nacional", y que las fuerzas federales "multiplican su colaboración con todas las provincias que lo solicitan: el año pasado se reforzó la presencia de Gendarmería Nacional en Rosario con 1.000 efectivos", dijo.
Fuego ¿amigo?
Roberto Mirabella, fiel representante de Omar Perotti (que ayer no asistió a presenciar el discurso presidencial) en el Congreso de la Nación, dijo más tarde: "Hoy el presupuesto de Nación asignado al distrito porteño en materia de seguridad supera en veintidós veces al de Santa Fe. Somos la provincia que recibe menos fondos por habitante”, enfatizó y contradijo la línea del discurso presidencial.
"Necesitamos que el gobierno nacional tome una participación más activa –reclamó–. El ministro de Seguridad hoy debería estar viviendo en Rosario para conducir y liderar con todo el rigor las fuerzas que combaten el narcotráfico", remarcó en un dardo contra Aníbal Fernández, que ha rechazado el planteo santafesino y disminuido la responsabilidad federal en el asunto.
El diputado del Frente de Todos se sirvió de datos de la nada peronista Fundación Apertura para argumentar su crítica interna: "Somos la provincia que recibe el menor presupuesto en seguridad por habitante de parte del Ministerio de Seguridad de la Nación. La suma asignada al distrito porteño en esta materia supera en veintidós veces al de Santa Fe. Mientras que la Ciudad de Buenos Aires recibe $49.350 pesos por habitante, Santa Fe recibe sólo $2224. Espero que el ministro revierta esta situación”, apretó.
Por otra parte, citó la superlativa tasa de homicidios en Rosario: "Cuatro veces mayor a la media del país", dijo y se quedó corto porque ese índice (22/100.000 habitantes) ya quintuplica el promedio nacional.
"Creo que hay un desconocimiento absoluto y no hay conducción del sistema de fuerzas federales en Rosario, que permita coordinar con la policía provincial y atacar a la narcocriminalidad”, cerró Mirabella en un comunicado difundido luego de la asamblea legislativa.
Más previsibles fueron las discrepancias de otros opositores, como el socialista Enrique Estévez, que con Mónica Fein se levantaron antes de que Fernández concluya el discurso. "Al Presidente solo le importa su interna. No puede desconocer fallos de la Corte ni entrometerse en el proceso de juicio político. Miente cínicamente usando el dolor de los santafesinos y santafesinas".
Su compañera de bloque, opinó en el mismo sentido: "El Presidente eligió usar para su interna el dolor del drama de la inseguridad que vivimos en Santa Fe. Con mentiras y cinismo, mezcló cuestiones y así no asumió ninguna responsabilidad. Repudiable", cuestionó la ex intendenta.