El segundo juicio por el secuestro, violación y asesinato de la adolescente Anahí Benítez, cometido en 2017 en Lomas de Zamora, tuvo su primer audiencia con la novedad de que pese a que son dos los acusados, Marcos Bazán y Marcelo Villalba, este último no estuvo presente ya que se encontraba descompensado por la no administración de la medicación que requiere.
Este segundo juicio resulta después de la puntillosa revisión que realizó la Sala I de Casación bonaerense sobre los fundamentos del Tribunal 7 --que había condenado a perpetua a Marcos Bazán manipulando y tergiversando pruebas, en mayo de 2020--. Cabe recordar que a esa fecha, ya estaba detenido el principal sospechoso, Marcelo Villalba, a quien se le encontró el celular de Anahí, y cuyo ADN coincidía con el del violador.
Bazán llegó en libertad, después de que Casación ordenara su inmediata liberación en octubre pasado, luego de la polémica decisión del Tribunal 7, que desobedeció la orden del tribunal superior en julio del año pasado. En la primera audiencia el trato de fiscales y jueces dispensado a los testigos de la defensa de Bazán fue ostensiblemente más respetuosa que lo que se había visto en el juicio anterior. Precisamente, uno de los llamados de atención de Casación sobre aquel fallo fue que los testigos de la defensa fueron amedrentados como si estuvieran acusados.
Declaró la madre de Anahí, Silvia Pérez Vilor, quien aseguró que la fiscalía de instrucción no buscó con celeridad a su hija y que tampoco se avanzó en el esclarecimiento del hecho una vez hallado el cuerpo.
El TOC 7 pasó a un cuarto intermedio para el próximo viernes por la mañana con la declaración de más testigos en el edificio ubicado en la calle Presidente Perón 2453 de Lomas de Zamora. Entre los testigos figura Diego Tula, el dueño del perro de rastreo que fue utilizado indebidamente en la búsqueda (no estaba entrenado para ese tipo de búsqueda y fue inducido a señalar a Bazán, según demostró Casación), quien fue citado para el 13 de marzo.