El Ingenio La Esperanza, ubicado a 60 kilómetros de San Salvador de Jujuy, libra una batalla contra el desguace, que implicaría la pérdida de 400 puestos de trabajo. Los obreros pararon su actividad el lunes, y siguen así hasta tener una respuesta del gobernador Gerardo Morales, en busca de mejores condiciones de trabajo.
Se trata del único ingenio que no cayó en manos de la familia Blaquier, y es la principal actividad de San Pedro. En 1999, la empresa quebró, llegó un síndico, pasaron varios empresarios, entre ellos el Grupo Roggio, y en los últimos años subsiste con los aportes del Estado provincial.
Sergio Juárez, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar (SOEA), relató a Página/12 desde Jujuy que “llegamos a ser 1350 trabajadores, hoy hay 1080 y pretenden vender a una empresa que quiere funcionar con 600”. Agregó que los 300 que se fueron lo hicieron “con la promesa de una jubilación del Estado que hoy es de 7 mil pesos, los han engañado”.
En rigor, es el Estado provincial el que gerencia la empresa, y las críticas no se limitan sólo a las consecuencias de una posible venta. Reclaman por ropa y herramientas de trabajo y “por el faltante de 100 millones de pesos en la obra social. Descuentan compulsivamente, pero el dinero no acredita en la obra social”, siguió Juárez.
El eventual comprador es un grupo colombiano, pero la sospecha es que detrás está la familia Blaquier. Para Juárez “sería lo peor que nos podría pasar, porque Blaquier centralizaría todo en Ledesma, a 40 kilómetros de San Pedro”.
En 2008 hubo un proyecto de llamado a licitación para que grupos privados se hicieran cargo de la empresa. Hubo cinco oferentes pero todo se paró a último momento. “Hicieron un per saltum”, recordó el dirigente azucarero, “y en ese pliego se garantizaba que no se tocaría un sólo puesto de trabajo, que es lo que nosotros pedimos ahora”.
En el medio, quedó en entredicho la figura de Gerardo Morales. “Vino en campaña, hace dos años, diciendo que se cuidarían todos los puestos de trabajo y prometiendo mejoras que no se dieron. Ahora promueve una venta que implica 400 despidos y sale a decir que con el paro los trabajadores nos estamos pegando un tiro en el pie”, consideró Juárez, quien resaltó la ligazón entre el gobernador y el emporio Blaquier. “Este es un ingenio que ellos no controlan. Pusieron plata en la campaña de Morales y seguramente se quieren cobrar el favor”.
Así las cosas, hace cuatro días que la producción en La Esperanza está parada. “Hemos salido a la ruta, la gente nos ha visto y se ha solidarizado. Contamos con mucho apoyo. Por eso no creo que se animen a reprimir. Nosotros queremos que se respeten los puestos de trabajo”, cerró Juárez.