El debate sobre el futuro de Edesur debería tomar en cuenta la experiencia global de la remunicipalización, es decir la recuperación de servicios desde el ámbito municipal o local, tanto en los países desarrollados como en desarrollo, entre los que se incluye, por supuesto, la Argentina. En este siglo ya hay más de 1600 compañías privadas de servicios que volvieron a la esfera pública de la mano de los municipios en todo el mundo.
El proceso se aceleró tras las experiencias pioneras de la década privatizadora que siguió a la caída del muro de Berlín. En un estudio publicado hace cinco años, el think tank internacional de investigación Transnational Institute con sede en Países Bajos, identificó más de 835 casos de remunicipalización en servicios públicos a nivel mundial. Según la ONG, más de 1600 ciudades en 45 países optaron en el siglo XXI por recuperar los servicios públicos en manos del sector privado para ofrecer un servicio universal, más económico y de mejor calidad.
La evolución y tendencia ascendente es clara. Entre 2000 y 2008 hubo 137 casos de remunicipalización. Entre 2009 y 2017 la cifra trepó a 693 casos más. Empujado por las deficiencias de los servicios privatizados y las claras pruebas de éxito en la reestatización a nivel local, en los años siguientes y, en especial durante la pandemia, el número siguió creciendo hasta duplicarse a la fecha. El proceso ganó terreno tanto en ciudades pequeñas como en grandes capitales y tiene diferentes modelos de titularidad pública y participación ciudadana o de los trabajadores.
Eficiencia, costo y acceso
De acuerdo al estudio que Transnational Institute publicó en 2017, la mayoría de los casos de remuncipalizaciones fueron en los sectores de energía (311 casos) y agua (267 casos). Otros rubros importantes de recuperación municipal fueron la administración local (140), transporte (38), asistencia de la salud y asistencia social (37) y residuos (31).
El estudio pormenorizado de estos casos resulta muy similar al de Edesur, con la misma suma de incumplimiento de inversiones y la consecuente pauperización del servicio. Uno de los resultados que se verificaron es que con la remunicipalización los servicios se volvieron más eficientes y menos costosos. En diálogo con PáginaI12 Daniel Chavez, investigador de Transnational Institute, destacó otro aspecto esencial: el acceso. "Porque a la empresa privada lo que le interesa es la ganancia. Para el sector privado hay sectores sociales y geográficos que no son rentables. Si uno pertenece a un segmento social o a una zona que no ofrece la rentabilidad requerida, no se suministra el servicio o se lo hace de manera precaria. Las empresas públicas, en cambio, por su propia razón de ser, extienden estos servicios. Es parte de su misión como empresa llegar a toda la población esté donde esté y más allá de su situación social".
En 2017 Europa fue la zona que presentó mayor cantidad de experiencias en remunicipalizaciones: 347 casos en Alemania, 152 en Francia, 64 en Gran Bretaña y 56 en España. Mientras tanto, en Estados Unidos se registraron 67 casos y 19 de recuperación local en Canadá. “Una de las razones de la popularidad del proceso en Europa es que, por las reglas de la Unión Europea, les resulta complicado a los estados nacionales la renacionalización. En cambio, es mucho más fácil remunicipalizar”, señala Chavez.
Un argumento que esgrimen los partidarios de las privatizaciones y las asociaciones público-privadas (las PPP) es que sus soluciones son más baratas y más rentables que la gestión pública. En la práctica, este argumento no ha mostrado ser veraz.
Diferentes modelos de gestión
Una de las ciudades pioneras de este proceso fue la ciudad de Grenoble, en Francia, que rescindió el contrato que tenía con la multinacional Suez para sustituirla por un operador público que suministra un agua de mayor calidad a un costo menor y que cuenta con la participación ciudadana en su funcionamiento. En 2010 París remunicipalizó el servicio del agua: hubo una reducción inmediata de los costos equivalente a unos 40 millones de euros.
En Newcastle, norte de Inglaterra, la modernización del sistema de cableado de fibra óptica y señalización fue llevado a cabo por un equipo municipal y costó 13 millones de libras menos de lo que costaba la propuesta privada. En Noruega, la ciudad de Bergen retomó la gestión de dos centros para la atención de personas mayores: obtuvo un superávit de 500 mil euros frente al millón de euros de pérdidas que habían anticipado las usinas mediáticas.
Esta dinámica remunicipalizadora abrió el camino a distintos tipos de gestión. El municipio está en el centro porque es el ámbito estatal más cercano con la ciudadanía. Gracias a esta proximidad la participación ciudadana en la gestión fue una consecuencia natural en París, Grenoble y Montpelier. En Noruega esta interacción entre sectores sociales y Estado se da a tres bandas: sindicatos, autoridades municipales y fuerzas políticas locales. Algo similar sucedió en Bislig, Filipinas, tras el tifón Hayian que provocó más de seis mil muertes y cuatro millones de desplazados: el gobierno local y los sindicatos acordaron un plan de acción integral para la preparación ante catástrofes.
En Hamburgo, Alemania, y Bristol en el Reino Unido hay empresas municipales de energía que cooperan con la producción de energía comunitaria y redes intra-municipales como las que se observan en los servicios de agua en Francia y España. El informe del Transnational Institute menciona, entre otros casos, las cooperativas de usuarios en Copenhague, las de Minessota en Estados Unidos o la alianza de cooperativas y autoridades locales en Glasgow.
El caso de América Latina
América Latina estuvo a la vanguardia de los procesos de renacionalización de este siglo. Argentina con YPF, las AFJP y Aerolíneas Argentinas y Bolivia con el gas y el petróleo en 2006 son algunos de los casos más distinguidos. Menos conocidos son los procesos de municipalización y provincialización de los servicios.
Uno de los casos de remunicipalización identificados por el think thank internacional fue la gestión de residuos en Argentina, la de agua y saneamiento en la provincia de Santa Fe, la educación, farmacia pública y servicios funerarios en Recoleta, Santiago de Chile, el agua en Cochabamba y las Empresas Públicas de Medellín, una compañía municipal que ofrece servicios de electricidad, gas, agua y saneamiento, así como el retiro de residuos domésticos y las telecomunicaciones.
“A mí me interesa el caso de Costa Rica, que permite observar la integración de diversas formas de propiedad pública y social que trabajan de forma sinergética. Costa Rica tiene una empresa nacional de electricidad muy querida por los costaricenses. Pero además existe una empresa pública metropolitana, dos municipales y cuatro cooperativas de electricidad. Todo estos elementos trabajan de forma integrada construyendo un sistema público”, señaló a PáginaI12 Daniel Chavez.
La recuperación del control de los servicios públicos privatizados es un camino, pero no una panacea, una vía única y excluyente. “El debate de fondo es entre lo público y lo privado. No debemos romantizar el concepto de remunicipalización como única vía para solucionar todos nuestros problemas con los servicios públicos. Que sea municipal tiene sus valores y en muchos casos es necesario y conveniente. Pero donde hay empresas estatales a nivel nacional que funcionan, no tiene ningún sentido desintegrarlas. En Uruguay hay una empresa nacional de electricidad que funciona muy bien y una de telecomunicaciones que es un ejemplo a nivel mundial que logró extender la red de fibra óptica a todos los rincones del país y asegurar una red de las más rápidas del mundo. ¿Qué sentido tendría desintegrar eso para convertirlo en un modelo re-municipalizador?”, señaló Chávez a PáginaI12.