Un enorme encuentro que suma música, teatro, artes circenses. Las identidades de diez provincias del Norte Grande, también de Paraguay y Brasil, representadas en sus manifestaciones artísticas. El anhelo de dejar conformado un circuito cultural para una región que en el día a día no tiene las fronteras de los mapas. La certeza de que las grillas de festivales veraniegos se repiten demasiado año a año y evento a evento, sin espacio para nuevos exponentes regionales. Todo eso es el Primer Festival de las Culturas del Norte Grande, que desde este viernes hasta el domingo, con entrada gratuita, se extenderá en el Parque de las Naciones de Oberá, Misiones, con un impresionante despliegue de presentaciones artísticas (casi un centenar) al que se suman talleres, charlas, exposición de artesanías, gastronomía y la continuación en peñas cada noche, y con transmisión en directo por la TV Pública.
"El Encuentro de las Culturas del Norte Grande es un sueño de muchos años. Somos región de frontera, tenemos una fisonomía distinta al centro del país, nos identificamos en nuestra forma de hablar, comer, cantar", dice a Página/12 Joselo Schuap, ministro de Cultura de Misiones desde 2020; compositor, cantante, gestor cultural y férreo militante de la música de raíz "de toda la vida". "Esa identidad común es la que reunió a los gobernadores que iniciaron el proyecto político denominado Norte Grande, en reclamo de mayor federalismo, obras de infraestructura, cuestiones que la Nación central nos adeuda y que la Corte Suprema nos niega. La manera de defender esos derechos es estar todos juntos, y la cultura que compartimos es la gran base de esa unión. Y bueno, acá estamos", dice el misionero.
Desde ese armado político que abarca iniciativas por áreas, Misiones encaró el "Norte Grande Cultural", un circuito de intercambio entre las diez provincias que comenzó a funcionar el año pasado. "A nuestras provincias, que quedan geográficamente lejos del centro, a veces se nos complica participar en festivales de Córdoba o Buenos Aires: nos suelen cobrar canones altos para sumar nuestras delegaciones, el traslado, la lejanía, y la falta de difusión de los medios públicos de televisión y radio que deja afuera esas participaciones", describe Schuap. "Nos pusimos entonces a crear nosotros ese espacio. Lo gestionamos, lo organizamos, y con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación, TV Pública y Radio Nacional, lo estamos logrando".
El ministro músico hace una apreciación compartida: "Llega el verano, mirás la tele y en los festivales hay un circuito de artistas estables. Son destacados, famosos, queridos por la gente, por nosotros, muchos de ellos son mis amigos, gente bárbara. Pero son los artistas del mercado comercial discográfico, y no hay nada más. Ves los mismos, año a año y festival a festival. Como músico, gestor y funcionario de cultura, me pregunto: ¿cómo es que no aparece en la TV Pública el artista del interior del interior, el de la frontera, el que necesita políticas públicas para llegar al público masivo? Ese fue el planteo, y debo decir que fue escuchado por las autoridades. Tenemos muchas expectativas", destaca.
Joselo Schuap contagia entusiasmo cuando habla de esta que es su militancia "de toda la vida". La misma que lo llevó a cargarse al hombro la lucha por la prórroga a las asignaciones específicas, aquella Marcha Federal de las Culturas para exigir al Senado que apruebe la ley que finalmente se sancionó para extender por cincuenta años los fondos específicos asignados al sector, toda una batalla ganada. El diputado cordobés Pablo Carro, autor de aquel proyecto, será uno de los invitados especiales del festival. "Este año vamos por la reglamentación y por las leyes que regulen las plataformas digitales. Viene la pelea para que la plata no se la lleve toda las plataformas, y que lo que entre se divida federalmente", plantea.
"Ningún festival comercial muestra diversidad cultural ni inclusión a esta escala", se enorgullece Schuap. La grilla es amplia y, efectivamente, diversa. Sobresalen los ballets locales, y se suman peñas que, ya desde los lugares de realización, dan cuenta de esa mixtura que es característica de la región: "Casa Rusa", "Casa Ucraniana", "Casa Francesa", "Casa Paraguaya". "Acá en Oberá van a actuar juntos el ballet ruso con el ucraniano. Acá rusos y ucranianos se enamoran, se casan, bailan y comen juntos; no hacen la guerra. Acá la cultura es una", describe el organizador.
Las manifestaciones de pueblos originarios también tienen un lugar con el coro guaraní o el coro qom Chelaalpi de Chaco. Hay exponentes de Formosa, Salta, Tucumán, La Rioja, Corrientes, Jujuy, Santiago del Estero, distintas localidades misioneras. Está Peteco Carabajal, la Bruja Salguero, exponentes locales con trayectoria como Los Nuñez y Paola Leguizamón, y grupos muy jóvenes. Hay chamamé, tango, murga, coplas. Hay mucha danza y títeres y circo. En los distintos escenarios del Parque de las Naciones de Oberá habrá también charlas, capacitaciones para artistas, talleres, presentaciones de libros.
Joselo Schuap fue uno de los muy golpeados por la pandemia. Tras contagiarse covid estuvo en coma 29 días, cuatro meses internado en terapia. "Me morí y resucité. La sigo peleando", sintetiza. Dice que esa experiencia lo convenció "más que nunca de que hay que apostar por lo que uno es, con los otros". Se despide apurado porque el Festival de las Culturas del Norte Grande está en plena construcción.