Marina Inés Trípodi, contadora del Ministerio de Trabajo de la Nación, fue asesinada en su casa del barrio porteño de Constitución. La mujer fue hallada maniatada, golpeada y con signos de asfixia, y por el femicidio detuvieron su novio, otro empleado de la misma cartera.
Si bien la noticia trascendió en las últimas horas, el hecho ocurrió el sábado pasado en un departamento ubicado en la planta baja de la calle Pedro Echagüe 1149 del mencionado barrio porteño. El imputado, Jonathan Emmanuel Bin, es otro empleado administrativo del mismo ministerio, quien pudo ser detenido el martes pasado a la madrugada en el partido bonaerense de Hurlingham por la División Homicidios de la Policía de la Ciudad.
En el departamento, Trípodi convivía con su madre - que al momento del hecho estaba de vacaciones-, y con sus dos hijas, quienes tampoco estaban presentes porque habían salido al cine y a tomar un helado con su tío, hermano de la víctima.
Precisamente, fueron las hijas de Trípodi las que encontraron el cadáver de su madre, al regresar del paseo, el sábado por la noche. Las jóvenes dieron aviso a la policía y al lugar arribó personal de la Comisaría Vecinal 1C, con jurisdicción en la zona y se convocó a los detectives de Homicidios y a los peritos de la Unidad Criminalística Móvil de la Policía de la Ciudad.
La autopsia estableció que Trípodi murió producto de una asfixia mecánica, probablemente vinculada a sus ataduras, y por una serie de hemorragias internas producto de traumatismos varios detectados en su cuerpo.
Además, si bien se esperan pericias complementarias, voceros de la investigación indicaron que no se descarta que el crimen se haya producido durante un ataque sexual.
El sospechoso
Desde el inicio de la investigación, Bin, quien salía hacía varios meses con la contadora, pero no convivía con ella, se transformó en el principal sospechoso del femicidio, ya que era la última persona con la que habían visto con vida a la víctima en la escena del crimen. Además, resultó llamativo que, tras el hecho, el hombre desapareció de los lugares que frecuentaba.
Luego, de una serie de tareas de inteligencia y análisis de comunicaciones, los detectives de Homicidios lograron rastrear a Bin en el partido bonaerense de Hurlingham, donde fue apresado cuando salió del domicilio en el que se refugiaba.
La causa quedó en manos del juez nacional en lo Criminal y Correccional 26, Damián Kirszenbaum, quien dejó imputado al hombre de 37 años como presunto autor de un "homicidio agravado por haber sido cometido con violencia de género" (femicidio), delito que prevé una pena de prisión perpetua.
A raíz del hecho, la ministra de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Raquel Cecilia Kismer, dispuso dos jornadas de "luto y reflexión" para hoy y mañana, según una comunicación interna a los trabajadores del Ministerio.