La infraestructura para permitir pagos con el celular en tiempo real sigue creciendo en el mundo y busca cambiar la forma en que se mueve el dinero no sólo dentro de los países sino entre fronteras. El ejemplo más reciente es el acuerdo que puso en marcha a finales de febrero la India con Singapur para permitir que sus habitantes se envíen dinero digital con liquidación inmediata y costos muy inferiores a los de las remesas tradicionales.
Los trabajos entre estas dos economías habían comenzado en 2021 con el objetivo de vincular sus sistemas de pago inmediatos y hacer transferencias en vivo (sin tener que espera uno o dos días para que el dinero se deposite en las cuentas del destinatario del otro país). El desarrollo de este puente tecnológico se construyó íntegramente en la nube y permite enviar casi 700 dólares diarios por usuario como si fuera una transferencia interna.
El acuerdo de interoperabilidad entre ambos países sorprende por la dimensión del mercado de India. Los pagos en tiempo real a través del celular se volvieron masivos en ese país en los últimos seis años y la infraestructura sobre la que corren estas transacciones procesa alrededor de 8000 millones de operaciones al mes. Cuando se mira en montos, la cifra suma el equivalente a más de 200 mil millones de dólares mensuales.
Su red de pagos inmediatos comenzó a construirse en 2016 como iniciativa del Banco Central de la India, se llama Interfaz Unificada de Pagos, la incorporaron cientos de bancos y aplicaciones móviles y permite que 300 millones de individuos y 50 millones de comerciantes se envíen y reciban dinero sin abonar las comisiones de los medios de pago convencionales.
Con la implementación de febrero, la Interfaz Unificada de Pagos de India quedó formalmente conectada a otra infraestructura equivalente que tiene Singapur, llamada PayNow, y permitirá transferir directo de un país a otro, sin espera y con comisiones bajas. Será competencia de empresas de remesas (en promedio cobran 6,5 por ciento por enviar dinero globalmente).
El acuerdo entre la India y Singapur resulta interesante para analizar porque parece marcar una tendencia para los próximos años, en la cual los bancos centrales buscan abrir y conectar sus sistemas de pagos minoristas y facilitar el movimiento del dinero en tiempo real con otras economías.
Se trata de una lógica que no es ajena a Latinoamérica. Por caso, Brasil tiene desarrollado una infraestructura de pagos inmediatos llamada PIX y Argentina cuenta con redes similares como la de Pago con Transferencia (PCT). ¿Por qué no pensar una integración de estos sistemas justo cuando se viene trabajando en otros proyectos de integración de monedas?
La posibilidad que se implementen cada vez más acuerdos como el que hizo la India con Singapur genera además otros interrogantes. Uno de ellos esta vinculado con las criptomonedas. Las monedas digitales como bitcoin dicen tener valor por permitir transferir globalmente, a costo bajo y liquidación casi instantánea. Pero si las infraestructuras de pago minorista de los países se comienzan a ocupar de eso, ¿qué les queda? Posiblemente el anonimato, aunque las regulaciones parecen también querer borrar ese atributo.
En definitiva, en la misma medida que los sistemas para mover dinero digital de los países comienzan a mostrar dinamismo y ocurre un salto de calidad, los negocios con las criptomonedas siguen en la cuerda floja en occidente y cada vez más empresas congelan proyectos.
Algunas de las decisiones más recientes llegan de la mano de marcas de tarjetas como Visa y Mastercard que decidieron demorar el lanzamiento de productos y frenar alianzas con firmas del sector de criptoactivos. Se trata de una posición que también comenzaron a tomar algunos bancos de Estados Unidos que hasta ahora tenían un trato amigable con las criptomonedas y las consideraban parte de su hoja de ruta.