La idea de pensar a la Provincia de Buenos Aires como “anclaje” de la elección nacional corresponde a Teresa García. Con ese concepto, la senadora provincial contextualiza el valor de un territorio en el que se concentra casi el 38% del electorado y cuya producción explica más del 40% del PBI nacional. Es por esa razón que todos los proyectos presidenciales buscan hacer pie en suelo bonaerense para luego proyectar sus expectativas para una elección nacional que, además, se define de modo paralelo. El mismo día que se elige Presidente o Presidenta, se elegirá gobernador. En este caso, el exclusivo del masculino es a drede, ya que los anotados hasta el momento, son todos hombres.
“No conozco a nadie que quiera ir a una PASO contra Kicillof”, aseguró el fin de semana Carlos Bianco y ese consenso a nivel provincial del Frente de Todos parece afianzarse con el paso de los días, independientemente de lo que pueda suceder a nivel nacional con la interna oficialista. La realidad opositora, más compleja por la conformación mismo de las alianzas electorales, presentan un panorama distinto.
El jueves, Gerardo Morales oficializó la conformación de la mesa bonaerense que apoyará su candidatura a la Presidencia de la Nación, que será oficializada el próximo 15 de marzo en un acto en el teatro porteño Gran Rex. En ese movimiento, el jujeño logró una foto en la que logró unir a los tres sectores mayoritarios del radicalismo provincial entre los que se destacó Gustavo Posse, el intendente de San Isidro que en varias oportunidades ha manifestado sus intenciones de encabezar la boleta de Juntos por el Cambio.
De hecho, Posse fue la pata local de la propuesta que Morales acercó a su primer oponente interno, el diputado Facundo Manes, en la que sugería definir al precandidato radical a través de elecciones internas. Aún hoy, militantes de su espacio juntan firmas buscando presionar a las autoridades partidarias de avanzar en esa dirección. Pero el titular del Comité provincial, Maximiliano Abad, parece tener sus propios planes.
Si bien la reunión realizada en las oficinas que Morales tiene en la Ciudad de Buenos Aires hubo dirigentes de Adelante Buenos Aires, la fuerza que detenta el poder interno del radicalismo bonaerense, la precandidatura de Abad no termina de convencer a la tropa boinablanca en la provincia. De hecho, en armado de Morales reconocen que las intenciones del diputado provincial chocan con las aspiraciones de Martín Tetaz y el propio Posse, único presente en el encuentro del jueves, donde también hubo referentes de Evolución, la fuerza interna que tiene a Martín Lousteau como principal figura a nivel nacional, y dirigentes históricos Federico Storani, Daniel Salvador o Juan Manuel Casella.
Más allá de hacer trabajar el músculo de la unidad, una de las actividades predilectas de Morales desde que asumió la conducción nacional de su partido, la intención del jujeño es empezar a pisar fuerte en un territorio en el que Manes corre con ventaja. No sólo porque las elecciones primarias del 2021, que volvieron a poner al radicalismo en el radar bonaerense, tuvieron al neurocirujano como protagonista, sino porque la estructura juega a su favor: es el preferido de Abad en la interna y su hermano, Gastón Manes, preside la Convención Nacional, órgano definido por las propias normativas internas del partido como el eslabón superior de la estructura radical.
El mismo día en que Morales confirmó su equipo de campaña bonaerense, Néstor Grindetti lanzó oficialmente su precandidatura con acto en Lanús, la ciudad en la que es intendente. Amigo de Mauricio Macri desde hace décadas, Grindetti es uno de los dirigentes que Patricia Bullrich cobija bajo el ala halcona que quiere enterrar las intenciones presidenciales de Horacio Rodríguez Larreta.
Con Diego Santilli ya lanzado como precandidato desde el costado amarillo de la coalición opositora, la ex ministra de Seguridad macrista apuesta a fortalecer a las figuras propias de su espacio que alimenten de votos y territorio sus aspiraciones nacionales. En su tropa también cuenta con otros tres anotados para pelear por la gobernación, Javier Iguacel, Joaquín De la Torre y Emilio Monzó. Pero el más esperado por la titular del partido amarillo parece ser Cristian Ritondo, que además cuenta con el aval de María Eugenia Vidal, que todavía coquetea con una candidatura presidencial que no termina de despegar.
Ese es el armado que seduce a la titular del nacional del PRO para hacer frente a Santilli, el candidato opositor mejor ubicado en casi todas las encuestas, en la provincia, y por transición, al alcalde porteño, en su disputa personal. Algunos de los nombres que se suman a esa estructura estuvieron presentes también en el lanzamiento de Grindetti, como el diputado nacional Hernán Lombardi, el jefe de campaña provincial de Bullrich, Sebastián García De Luca, el diputado provincial, Adrián Urreli, la senadora bonaerenses, Aldana Ahumada, el jefe de gabinete local y precandidato a intendente de Lanús, Diego Kravetz, y el sopresivamente reaparecido Gerardo Milman, desplazado de la primera plana del armado por su situación en la causa que investiga el intento de asesinato sufrido por la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Otro de los que apareció esta semana en suelo bonaerense es el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. Sin posibilidades de reelección en su provincia, el mandatario está decidido a avanzar en su carrera como candidato presidencial por una alternativa de centro en que confluyan sectores descontentos con el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, con base en los peronistas díscolos. Entre ellos, uno de los que siempre levanta el perfil en años electorales: Florencio Randazzo.
Acompañado por el diputado nacional Carlos Gutierrez, Schiaretti y Randazzo encabezaron el jueves un encuentro en el que confluyeron representantes de ocho secciones electorales bonaerenses. Allí, según contaron, se habló de la "Argentina Federal" y en el armado provincial con el que se busca avanzar en la instalación el cordobés que ya prometió que irá a una interna por un espacio que hasta ahora sólo tiene confirmado al salteño Juan Manuel Urtubey.
La relación de Schiaretti y Randazzo se expresa cotidianamente con la convivencia en el Interbloque Federal, que comanda el matancero Alejandro Topo Rodíguez y que reúne a peronistas cordobeses, socialistas santafesinos y bonaerenses díscolos, entre quienes también se destaca Graciela Camaño, que el año pasado anunció que irá por la gobernación desde su espacio político, Tercera Posición.