La historia de Jamal Bhuyan combina fútbol, pasión y marketing. Cambiar de vida a más de 17 mil kilómetros de distancia no es para cualquiera. Pero la simbiosis mundialista de Bangladesh y la Argentina lo hicieron posible. También un club: Sol de Mayo de Viedma. Y ahí está la otra parte de esta novela que empezó en Daca, la capital bangladesí y terminará en la patagónica Río Negro. Volante y capitán en la selección de su país, Bhuyan es la puerta de entrada a un intercambio bilateral impredecible, pero que repara una decisión de la dictadura genocida. En 1978, año de otra Copa Mundial, Videla cerró la embajada en la nación asiática que había inaugurado Perón. Ahora son otras las perspectivas. Se reabrió la sede diplomática, se apunta a un intercambio comercial favorable y al negocio de la pelota. Este puede potenciar el vínculo con un mercado de poco más de 170 millones de habitantes en el octavo estado más poblado del planeta.

Bhuyan nació en Dinamarca –curiosamente, el país nórdico cerró su embajada en Buenos Aires el 1° de agosto de 2022– y es hijo de padres bangladesíes. En Daca compartió un momento con el canciller Santiago Cafiero, se sacaron fotos y bromearon sobre que el funcionario juega de delantero. Argentina pretende venderle a Bangladesh cereales, aceites, harinas y otros productos como el fútbol. Ahí aparece en escena este futbolista de 32 años, 68 partidos con su selección nacional y cuyo último club fue Sheikh Russel de la Liga bangladesí.

Cientos de miles de jóvenes como él despertaron una corriente de simpatía durante el Mundial de Qatar. Salieron a sus calles envueltos en banderas albicelestes y festejaron cada gol del seleccionado campeón como si fuera propio. En la Argentina se tomó nota de semejante demostración afectiva. Hubo reciprocidad. En La Plata, Gimnasia preparó un recibimiento a su equipo en la primera fecha de la Liga con una bandera de Bangladesh (verde con el círculo rojo) y un cartel de agradecimiento por el apoyo. La imagen se vio hasta en la TV bangladesí.

Es de esperar que cuando Bhuyan debute en Sol de Mayo, su gente lo siga por televisión. Su nuevo club editó un video donde aparece descalzo en una cancha inundada, mientras juega a la pelota con unos pibes en Bangladesh. Se ve a un tigre de Bengala –la región en la que está contenido su país– e imágenes de esa nación distante, pero que ama a Maradona y Messi y desparrama una extraña argentinidad futbolera. El spot se cierra con un mensaje de bienvenida al jugador que llegó hasta la tercera división del fútbol danés mientras vivía en Europa.


¿Cómo llegó Bhuyan hasta aquí? 

El caso del club de Viedma que juega en el torneo Federal A encierra algunos enigmas. Una respuesta a ellos la dio su presidente, Adán Valdebenito, cuando este verano llegaron tres extranjeros al plantel anticipándose a Bhuyan: los rusos Aleksandr Luzin y Kuzmic Zeljko más el serbio Lazar Jerovic. “Imaginamos una repercusión así, eso tiene un costado positivo porque se habla del club, se está logrando eso”.

¿Marketing? ¿Negocios en Viedma o Bangladesh? ¿Posicionamiento de alguna marca? En medios rionegrinos el dirigente informó a principios de febrero que la llegada de los tres primeros refuerzos no generaba “ningún gasto para el club, la empresa se hace cargo de los sueldos, estadía y comida”.

Valdebenito se refería a Malte SRL, una compañía que figura en bancos comerciales dedicada al “cultivo de pastos de uso forrajero” y a cuyo frente aparece Juan Pablo Beacon. Abogado cordobés, pero de Viedma por adopción, preside la Federación Patagónica de Fútbol y es un hombre muy cercano al tesorero de la AFA, el rosarino Pablo Toviggino.

En el pasado fue asesor legal del gobierno rionegrino, cargo en el que apenas duró dos meses y que él mismo definió como paso “fugaz y dificilísimo” porque “a poco de entrar hubo gente que me vinculaba dentro con empresas radicales. Estas cosas las fui soportando y aguantando hasta que surgió el famoso tema de la chequera”, declaró en el diario digital Palabra en 2012. “En ese lapso la chequera desapareció. Hubo negligencia y lo asumo”, hizo autocrítica en aquel momento del que quedó – según sus propias palabras – “muy mal emocionalmente”.

La sede de Malte queda en Paraná 861, Capital Federal y no es Sol de Mayo el primer club con el que está vinculada. Colocó jugadores en Cruz del Sur de Bariloche y mantiene una relación muy estrecha y más antigua con Arsenal de Sarandí. Es amigo del presidente Julio Grondona (h).

Lo más curioso fue cuando a Valdebenito lo entrevistaron en junio del 2021 para el programa de radio En el Ángulo, de la capital rionegrina, y definió a la SRL como “una empresa de representación de clubes…”. En aquel momento el dirigente aseguró que había jóvenes de Sol de Mayo en Arsenal “como parte de un convenio de contraprestación de jugadores. Ellos nos mandan chicos y nosotros estamos mandando para allá”.

Beacon y Malte acercaron a Luis Islas hace dos años como entrenador del equipo. La campaña del ex arquero de Chacarita, Estudiantes e Independiente en 2021 fue bastante buena aunque no consiguió el objetivo final de ascender a la Primera Nacional. Sol de Mayo volverá a intentarlo otra vez en 2023. Para eso apostó a futbolistas de destinos exóticos para la historia futbolera de nuestro país. Un golpe mediático que colocó al club en las marquesinas de los medios deportivos.

El sitio Doble Amarilla publicó que “hay grandes chances que todos los partidos del club viedmense sean retransmitidos al país asiático para que los hinchas puedan seguir a su representante”. Todo parece posible en la nueva dimensión de las relaciones diplomáticas bilaterales.

El 27 de febrero se reunieron Cafiero y su comitiva –que integraba Beacon– con las autoridades de Bangladesh. Y ese mismo día se anunció que Jamal Bhuyan, el capitán de su selección nacido en Copenhague, firmaba el contrato que lo une a Sol de Mayo.

El fútbol volvió a demostrar otra vez su poder de convocatoria universal. El canciller argentino visitó la Federación local en Daca con la idea de transferirle el know how del campeón del mundo: desarrollo del juego, sistemas de entrenamiento, árbitros, entrenadores y hasta la incursión de academias juveniles acá y allá, filón en el que ya se adelantó River para transmitir su propia “filosofía”, como la llamó el representante internacional del club, Sebastián Pérez Escobar.

El tiempo dirá a qué país favorece la balanza comercial y cómo le va al bueno de Bhuyan en su nuevo club, Sol de Mayo.

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