El fiscal Carlos Stornelli debe presentarse el martes próximo ante la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados. Lo citaron para que expliqué cómo con su dictamen favoreció a Silvio Robles, mano derecha del presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, después de que se conocieran los chats que habría intercambiado con el ministro porteño Marcelo D’Alessandro. Un cierto halo de rebeldía rodea al fiscal Stornelli, especialmente después de que se negara durante nueve meses a presentarse a indagatoria por sus andanzas con el falso abogado Marcelo Sebastián D’Alessio. Todo indica que esa impronta de James Dean de Comodoro Py se mantendrá. En la Procuración General estaba circulando la versión de que Stornelli no iba a asistir y que, por el contrario, iba a tratar de declarar por escrito. En Diputados, no tuvieron noticias del fiscal.
En la última sesión de la Comisión de Juicio Político, el apellido Stornelli fue evocado una y otra vez. El juez Sebastián Ramos explicó que se atuvo al dictamen del fiscal para archivar la causa por los chats de Robles con D’Alessandro. Todo ocurrió en cuestión de horas y en plena feria judicial, cuando no suelen tratarse estos temas. Hay un dato adicional que no debe pasarse por alto: ni Ramos ni Stornelli eran los titulares del juzgado o de la fiscalía que tenía la presentación contra Robles.
Para entender cómo Stornelli llegó a la conclusión de que no había que investigar a Robles, la comisión que preside Carolina Gaillard lo citó para el martes. Hizo lo mismo con otra fiscal, María Laura Roteta, que, a diferencia de Stornelli, dijo que había que investigar la trama de los chats porque entrañaba una situación de gravedad institucional.
También, a diferencia de Stornelli, Roteta avisó que no podrá asistir ni este martes ni los próximos. El 7 estará en Salta dándole una capacitación a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y, entre el 11 y el 19, estará de vacaciones porque estuvo trabajando durante la feria de enero.
Stornelli no mandó ninguna notificación a la Comisión de Juicio Político, pero sí habría avisado a la Procuración General de la Nación que iba a “declinar la invitación pero que estaba dispuesto a declarar por escrito”, comentan en el organismo que está a cargo interinamente de Eduardo Casal –señalado por haberle dado aire al fiscal para que estuviera largos meses en rebeldía mientras el juez Alejo Ramos Padilla lo quería indagar en la causa por espionaje ilegal que orbitaba alrededor de D’Alessio–.
“Si no tiene nada que ocultar, debería venir a la comisión”, dice Gaillard a Página/12. “Si no comparece es porque no puede dar explicaciones de su dictamen en el que solicitó el archivo de las actuaciones en tiempo récord y sin requerir ningún tipo de prueba”, agrega. La Comisión de Juicio Político también notificó a Casal de que espera a Stornelli.
“El fiscal Stornelli debe asistir a la Comisión de Juicio Político y –bajo juramento– testificar todo lo que sabe sobre la maniobra que permitió el archivo exprés que en plena feria judicial realizó el juez Ramos, amigo del propio ministro de Horacio Rodríguez Larreta que debía investigar”, apunta a este diario el ministro de Justicia Martín Soria.
“Es probable que Stornelli intente evadir su testimonio ante la comisión”, concede Soria. “Ya nada nos puede sorprender de un operador de la oposición disfrazado de fiscal que se ha convertido en un ariete de demolición con el que el Partido Judicial ataca las instituciones de la República”, dispara.
La discusión que se viene
Si Stornelli efectivamente pega el faltazo, se abrirá un debate sobre qué hacer con el fiscal. En el Frente de Todos remarcan que un fiscal que es llamado como testigo ante la comisión no está exceptuado de concurrir, que únicamente lo están quienes ocupan el Poder Ejecutivo nacional o provincial.
En el Ministerio Público dicen que la citación debería regirse con el Código Procesal Penal, que exceptúa a los magistrados de concurrir y que los habilita a declarar por escrito con la obligación de decir verdad.
Las espadas del oficialismo en la comisión no quieren anticipar las jugadas ante el posible faltazo del fiscal Stornelli. “En caso de que el fiscal Stornelli persista con mantenerse al margen de la ley y trate de desconocer al Congreso de la Nación, la Comisión de Juicio Político tiene las facultades para solicitar a un juez competente que las fuerzas públicas –la policía-, lo trasladen hasta el Congreso para que preste testimonio”, dice el ministro Soria. “Esta vez no tendrá al procurador interino Casal para ayudarlo a evadir las facultades que la Constitución le reserva al Congreso de la Nación”.
Stornelli tuvo un apoyo tácito de las asociaciones de Magistrados y Fiscales, que salieron a decir que los magistrados no estaban obligados a explicar sus decisiones.
El rol de Stornelli
La denuncia que cerraron el dúo Stornelli y Ramos fue presentada por Gastón Marano, un exasesor del PRO en la Bicameral de Inteligencia y abogado defensor de Nicolás Carrizo en la causa por el intento de homicidio de Cristina Fernández de Kirchner. Marano hizo la presentación mientras estaba de vacaciones –por lo que había pedido postergar la indagatoria del llamado “líder de los copitos”-- y cuando ya había una denuncia radicada en Santiago del Estero.
En la causa se excusaron la jueza María Servini y el fiscal Carlos Rívolo –en su caso porque había trascendido que era contacto frecuente de D’Alessandro, algo que él mismo negó, pero aun así entendió que no debía intervenir–. Stornelli no se amilanó pese a que había elementos para que no se hiciera del expediente.
En la filtración del teléfono de D’Alessandro no solo había chats con Robles sino también con Juan Ignacio Bidone, el fiscal de Mercedes que era parte de la banda de D’Alessio y que está condenado por ese rol. Bidone y Stornelli son consortes de causa en el expediente del D’Alessiogate.
La primera filtración expuso a los jueces que viajaron a Lago Escondido. Entre ellos hay varios conocidos de Stornelli, particularmente Julián Ercolini, que es el juez que se quedó con las investigaciones de espionaje que tramitaban en Dolores. En ese expediente aún está procesado Stornelli.
Era claro que para Comodoro Py es mejor no investigar ningún tipo de chat, explicó en su presentación ante Diputados el juez Alejo Ramos Padilla, que incluso habló de una “cadena de favores”.
Ni Stornelli ni Ramos tienen ningún elemento para sostener que la filtración de D’Alessandro fue producto del espionaje ilegal. Sólo la denuncia del ministro que debió pedir licencia por el escándalo que ocasionaron sus comunicaciones.
Es probable que el martes se discuta si hay que denunciar al juez Ramos por falso testimonio porque en su presentación ante la Comisión dijo que no tenía ningún vínculo “sistemático” con Robles y D’Alessandro. Para entonces ya circulaban chats entre el magistrado y el funcionario de Larreta. Es más: D’Alessandro le prometió asignarle un Toyota que le terminó entregando esta semana la Corte por decisión de Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda.