La Justicia entrerriana allanó la casa de un reconocido abogado de la ciudad de Gualeguaychú y secuestró más de 100 videos y fotografías que deberán ser peritados, tras iniciar de oficio una investigación por los abusos sexuales que habría cometido el letrado durante 40 años, según denunció la revista Análisis de esa provincia. El periodista Daniel Enz, autor de la nota publicada ayer que disparó la actuación judicial, dijo a PáginaI12 que presentó “víctimas a la justicia, y con el correr de los días se van a sumar más testimonios”. Además, sostuvo que “la cifra de más de 2000 casos de corrupción de menores que estimamos en la investigación, que llevó un año y medio, va a terminar siendo muy superior”. El acusado Rivas declaró a la prensa local: “Niego todo esto, lo veo muy exagerado”.
Ayer Gualeguaychú amaneció convulsionada, luego de que se conociera la denuncia que realizó la revista con el título “La doble vida del abogado” y también historiador Gustavo Rivas, de 72 años. Según Enz, las acusaciones eran un secreto a voces, pero como Rivas “es un tipo de mucho poder social y de consulta permanente de todo el mundo, por miedo, nadie lo denunció”.
“Los cálculos más moderados indican que, por lo menos, corrompió a más de 2.000 adolescentes de entre 15 y 16 años, entre 1970 y más allá del 2010. Les pasaba videos pornográficos; los masturbaba; les practicaba sexo oral; se hacía penetrar o colocar elementos importantes en su ano, en encuentros semanales en su casa”, sostiene el artículo. Enz aseguró que tiene mensajes enviados por Rivas “del año pasado” que “le envió a varios pibes”.
Apenas conocida la denuncia, el fiscal General y de Coordinación de Gualeguaychú, Lisandro Beherán, aseguró que dispuso “la formación de una causa de oficio y se ordenó como primera medida solicitar al juez de garantías un registro domiciliario de los lugares mencionados en la nota”. “El registro es para dar con el material que se menciona en la nota periodística”, señaló.
A las 11 de la mañana, la casa del abogado, en la calle Mitre 7, comenzó a ser allanada. Tres horas y media más tarde, la fiscal suplente número 1, Martina Cedrés, informó que secuestraron “material que tenemos que ver con la división de Inteligencia Criminal de Paraná, que posee los elementos para analizar soportes DVD y VHS”, y agregó que durante la tarde harían “otro allanamiento en otra propiedad del acusado”.
A última hora de la tarde, Enz detalló a este diario que “se llevaron los videos, pendrives, computadoras, y encontraron la filmadora 8 milímetros”.
La filmadora, según la nota publicada por Enz, es la que utilizaba el letrado para grabar a los chicos que concurrían en grupos los viernes y sábados a alguna de las propiedades que utilizaba. “Yo los voy a ir filmando a cada uno y veremos quién se masturba más veces”, detalla la nota que habría dicho Rivas.
El abogado e historiador es un referente de los carnavales de Gualeguaychú, lo que le habría facilitado el contacto con chicos de bajos recursos que participaban de los preparativos para esas fiestas, y a los que pagaba para que fueran a sus encuentros. Durante varios años también fue el presidente de los Concursos de Carrozas Estudiantiles. En 1985 fue candidato a diputado nacional por la Unión del Centro Democrático (UCedé), y dos años después se transformó en candidato a gobernador de Entre Ríos por el mismo partido. También formó parte de la Corporación de Desarrollo, la comisión directiva del Colegio de Abogados, y del Club Neptunia.
“Esta conectado con todo el mundo y tiene mucho poder social. El escándalo partió al medio la ciudad pero nadie salió a defenderlo”, remarcó Enz y contó que “está obsesionado con estar cerca de los estudiantes. Al día de hoy sigue yendo a filmar los partidos de basquet de los chicos. ¿A cuento de qué? Esta todo el tiempo registrando, y las filmaciones le servían como amenaza. No me jodan con contar algo porque muestro lo que tengo”.
Luego del material secuestrado y aún sin revelar el contenido, la fiscal Cedrés señaló que “en este caso lo que se necesita es el relato de las personas que se sientan víctimas o afectadas por la toma de la muestra fotográfica, no la foto en sí misma”.