La huelga general de 48 horas en Venezuela dejó ayer cuatro muertos y la prohibición del gobierno de Nicolás Maduro de realizar protestas. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) respondió con la promesa de tomar el país. En el segundo día de paro, el Ministerio Público confirmó la muerte de un hombre de 49 años en la localidad de Naguanagua, en el estado central de Carabobo, de un adolescente en el barrio popular de Petare, en el este de Caracas, y de dos jóvenes en la región andina de Mérida en el primer día de la huelga, que con el hombre de 30 años fallecido el miércoles en el Ejido elevó el saldo de muertos a cinco. Caracas anunció que suspenderá desde hoy todas las manifestaciones públicas que puedan perturbar el desarrollo de la elección a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que se celebra el domingo, y dijo que su incumplimiento provocará sanciones penales. La opositora MUD redobló la apuesta. “Frente a otra violación de los derechos del Pueblo plasmados en la Constitución, mañana (por hoy) será la Toma de Venezuela y no Caracas”, sentenció el líder opositor Henrique Capriles, al confirmar que la marcha tendrá lugar en todo el país y no sólo en la capital, como estaba previsto inicialmente. El chavismo cerró su campaña electoral con un multitudinario acto en Caracas y pidió a los venezolanos votar en masa en los comicios para elegir a los más de 500 miembros que conformarán la ANC, que redactará una nueva Carta Magna.
El Ministerio del Interior informó la inhabilitación de los actos. “Se prohíben en todo el territorio nacional las reuniones y manifestaciones publicas, concentraciones de personas y cualquier otro acto similar que puedan perturbar o afectar el normal desarrollo del proceso electoral”, dijo el ministro Néstor Reverol. En tal sentido, el funcionario advirtió que “quien organice, sostenga o instigue a la realización de actividades dirigidas a perturbar la organización y funcionamiento del servicio electoral o de la vida social del país será penado con prisión de cinco a diez años”.
Además, las Fuerzas Armadas venezolanas tomarán el control de varios cuerpos estatales y municipales de la Policía desde hoy hasta que finalice el proceso electoral del domingo. “Hemos acreditado un personal de oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que estarán encargados y tendrán el control operacional de los cuerpos estatales de Policía y 19 cuerpos municipales de Policía”, anunció Reverol, en una intervención conjunta con los titulares de Defensa y del Poder Electoral. El ministro adelantó, además, que habrá un control excepcional de los puntos fronterizos, quedará prohibida la venta de alcohol y el desplazamiento de maquinaria pesada. También se ratifica la prohibición de comercializar artefactos pirotécnicos y de elevación por combustible sólido.
Las elecciones a la Constituyente llegan en medio de numerosos actos de desobediencia civil promovidos por la oposición para impedir un proceso que considera fraudulento. Gobernadores y alcaldes de la oposición tienen bajo sus órdenes algunos de los cuerpos de Policía regional que serán intervenidos a partir de hoy.
En ese contexto, la coalición de partidos opositores nucleados en la MUD convocó para hoy a una movilización como parte de una fase superior de presión para que el gobierno del presidente Maduro retire su propuesta a la elección Constituyente. “Régimen anunció que no se puede manifestar hasta el martes. Responderemos con TOMA DE VENEZUELA (sic) mañana (por hoy)”, escribió la coalición opositora en la red social Twitter, después de que el Ministerio del Interior anunciara la prohibición de las reuniones y manifestaciones públicas.
Antes, la oposición había llamado a todos los venezolanos a acudir a la capital el viernes para lo que bautizó como “la toma de Caracas” y redobló ahora su apuesta por esta actividad de protesta refiriéndose a ella como la “toma de Venezuela”. La marcha es la última acción de protesta anunciada por la MUD hasta el momento para intentar detener la ANC, un proceso visto por la oposición como un intento de “consolidar la dictadura” por parte del chavismo.
El miércoles comenzó en Venezuela una huelga general de 48 horas acatada parcialmente y en la que murieron, en el marco de los enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad, al menos cinco personas. Numerosos comercios mantuvieron ayer sus persianas bajas y muchas calles siguieron cerradas al tráfico por ciudadanos que exigieron la renuncia del presidente Nicolás Maduro. “Cumplimos más de 24 horas del Paro Cívico, 24 horas para que se respete la voluntad del pueblo y detengan el fraude”, escribió en Twitter el diputado opositor Stalin González, en alusión a la ANC.
Además de llamar a un paro de la actividad laboral y empresarial que fue apoyado por Fedecámaras, la patronal venezolana, y por más de 350 organizaciones sindicales no oficialistas, la MUD pidió a los detractores de Maduro que cortaran las calles, y así lo hicieron con bolsas de basura, muebles y otros objetos. La Guardia Nacional Bolivariana disparó balas de goma y gases lacrimógenos en varios puntos del país para despejar las calles y dispersar a los manifestantes, que en algunos casos respondieron lanzando piedras y lo que tenían a mano contra los agentes. Según la organización pro derechos humanos Foro Penal, 159 personas (100 de ellas en el estado occidental Zulia) fueron detenidas durante las protestas y en redadas a domicilios que el grupo calificó de arbitrarias e ilegales. Más de cien personas murieron, según la Fiscalía, en las protestas antigubernamentales que empezaron el 1 de abril, y las autoridades detuvieron a más de 4.500 personas.
En un marco de crisis política, Maduro lideró ayer el cierre de campaña y pidió “a los ardientemente patriotas” y a quienes dudan que ejerzan el derecho al voto en paz para garantizar una gran fiesta electoral. “Yo ya hice mi parte, compatriotas, ahora les toca a ustedes hacer lo suyo, salgan a votar el domingo 30 de julio y hagamos historia de la grande nuevamente”, señaló. El presidente venezolano convocó a la Constituyente el 1 de mayo, cuando su Gobierno enfrentaba protestas en reclamo de elecciones anticipadas, la liberación de los llamados presos políticos, la apertura de un canal humanitario y el cese de la persecución a opositores. Pero la coalición de partidos opositores Mesa de la Unidad Democrática rechazó los comicios, en los que no participará, y anunció una serie de acciones para intentar frenarlos. En tal sentido, Maduro dijo que tiene “una gran fe en el pueblo” y auguró “una avalancha de votos”, que romperá los récords de participación electoral en el país petrolero.