Una estafa piramidal vinculada con criptomonedas en Egipto terminó con 29 detenidos, incluidos 13 extranjeros, que se llevaron más de US$ 600.000 pertenecientes a miles de personas engañadas, informó este domingo el gobierno de ese país árabe.
HoggPool, que apareció en agosto, era una plataforma en línea que afirmaba ofrecer servicios de minería y comercio de criptomonedas a cambio de una comisión, y prometía altos rendimientos de la inversión.
"Vendían a la gente un programa informático" con la promesa de que aportando "4.000 libras egipcias, ganabas 30.000 y que por 100.000, ganabas un millón", explicó el sábado por la noche Amr Adib, presentador de uno de los talks-shows más vistos del país, mientras en las redes sociales se acumulaban los testimonios de víctimas de la plataforma.
Lanzada en agosto, HoggPool pagó a sus clientes hasta febrero, cuando cesó bruscamente su actividad y desapareció con el dinero, precisa el diario estatal Al-Ahram, que califica este sistema de pirámide de Ponzi.
La misma fuente asegura que "miles" de egipcios llevaron a la plataforma una parte de sus ahorros esperando retornos importantes y sobre todo, una tasa de cambio contra el dólar más interesante de la oficial, en un momento en que esta no deja de empeorar.
Según el ministerio de Interior, los sospechosos -16 egipcios y "13 extranjeros nacionales de un mismo país" no identificado- fueron detenidos en posesión de "95 teléfonos móviles, 3.367 tarjetas SIM y 41 tarjetas bancarias extranjeras".
Los detenidos confesaron haber formado una banda que tenía como objetivo atraer personas que "buscaban tener ganancias rápidas por internet" y robaron su dinero a través de carteras electrónicas para después enviarlo al exterior a través de Bitcoin.
En el momento de ser desmantelada, la red trataba de lanzar una nueva plataforma llamada Riot.
Una crisis económica sin precedentes
Egipto, con una población de más de 104 millones de habitantes, sufre una crisis económica que se ha agudizado notablemente tras la invasión rusa de Ucrania y la inflación global, y cuyas repercusiones han afectado a una importante parte de la población del país norteafricano.
La crisis obligó al Gobierno egipcio a acudir de nuevo al Fondo Monetario Internacional en busca de nuevos programas de ayuda, que se unen a los otros dos que ya pidió desde 2016.
Esos programas exigen la limitación de los subsidios al combustible y la libre flotación de la moneda local, que ha perdido casi la mitad de su valor en un año.