Luego de que el pasado miércoles 1 de marzo no se pudiera llevar a cabo con normalidad la apertura de sesiones ordinarias de la provincia de Buenos Aires a raíz del apagón en gran parte del territorio bonaerense y del país, el gobernador Axel Kicillof, brindó este lunes su discurso de apertura del 151° período legislativo bonaerense. “No hay que confundir pasión con enojo”, señaló el mandatario, en una alocución en un tono ecuánime, de repaso, y con un mensaje de cara al 2023. "Hoy es mi última apertura, o la última de esta primera etapa”, dijo al comienzo de su discurso.
Luego de un comienzo marcado por el desplante opositor, cuyos referentes decidieron no recibir al mandatario en la entrada del recinto, Kicillof convocó a “que la campaña electoral no obstaculice proyectos importantes para la vida de los y las bonaerenses”.
De entrada, Kicillof agradeció a los 135 intendentes e intendentas a cargo de cada uno de los municipios bonaerenses; y al presidente de la Nación, Alberto Fernández, por su apoyo al reclamo ante la Corte Suprema nacional por los fondos coparticipables que fueron adjudicados a la Ciudad de Buenos Aires.
Con palcos dónde se encontraba los intendentes oficialistas Mario Secco (Ensenada), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fernando Espinoza (La Matanza), Juan José Mussi (Berazategui), Fabián Cagliardi (Berisso), Andrés Watson (Florencio Varela) entre otros, y ante los funcionarios presentes, Kicillof se refirió también a sus intenciones de ir por la reelección. “Será el tiempo, pero por sobre todo el pueblo de nuestra provincia, quien lo disponga”, sostuvo.
El gobernador focalizó la importancia sobre el valor de contar con recursos económicos, y la situación judicializada respecto a la coparticipación se llevó todas las luces. Kicillof les propuso a ambas Cámaras la convocatoria a una Comisión destinada al reclamo permanente por los recursos de la provincia de Buenos Aires. Asimismo, luego de analizar comparativamente la Capital Federal con la provincia, concluyó que numerosas empresas se radicaron en CABA producto de un proceso histórica nacional tributan allí, pero anunció que se revisará "el convenio multilateral que reparte los impuesto y fue modificado por la dictadura militar en favor de la Ciudad de Buenos Aires”.
El recuerdo y condena al intento de asesinato de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, también fue uno de los momentos políticos destacados del mensaje. “Un hecho de gravedad inédita, condenado por todos, salvo imperdonables excepciones”, sentenció Kicillof, que aseguró que se trata de un evento que “nos tiene que doler a quienes queremos la democracia, y es imprescindible que la Justicia investigue”, señaló.
Como economista, tampoco obvió el tema reinante de la inflación, en un mensaje que también fue leído en clave nacional. Allí, pidió la la modificación del criterio en torno a la distribución de la riqueza. “Recuperar empleo no es siempre recuperar salarios reales, porque hoy se recuperaron empleos, faltan el salario y la distribución”, indicó.
El discurso tuvo un espejo permanente hacía la gestión de María Eugenia Vidal, que el gobernador definió como la “etapa neoliberal”. “Gobernar para nosotros es ampliar derechos”, sentenció, mientras recordó que al inicio de su gestión, la Legislatura debió sancionar siete emergencias, como la de seguridad, salud, educación, vivienda, tecnológica, social y energética. "Todo antes de la pandemia", recordó, a la vez que aseguro que en 2019, “los bonaerenses rechazaron la orientación del gobierno anterior”.
En relación a la labor propiamente legislativa, Kicillof lamentó la reciente pérdida de estado parlamentario el tratamiento de la derogación de la Ley 15.008 sobre la caja previsional de los empleados bancarios. “Nos comprometimos a reparar esa injusticia”, destacó el mandatario. En este sentido, agradeció el rol de la Corte Suprema bonaerense y lamentó “el llamado desde la Capital” que no posibilitó la oposición acepte tratar el tema a fines del año pasado.
El pedido a la Legislatura continuó con un repaso de proyectos que el Ejecutivo desea que sean discutidos en el recinto:
-Creación de la empresa pública de emergencias provincial.
-El abordaje integral de violencia de género.
-La adaptación al cambio climático, modificación de la carrera hospitalaria.
-La declaración como ciudadana ilustre de Hebe de Bonafini.
-Iniciar "una discusión seria" sobre la autonomía de los municipios.
En el marco de mostrar logros, Kicillof mencionó dos números recientes. Por un lado, la que consideró una temporada histórica con 16 millones de turistas que arribaron a la provincia. Por otro lado, celebró el cuarto año consecutivo de inicio de clases en tiempo y forma, ante un palco sindical donde se encontraban Roberto Baradel (SUTEBA), Hugo Moyano (Camioneros), Fabiola Mosquera (UPCN) y Oscar de Isasi (ATE), entre otros. “Hubo 65 días de paro en la gestión anterior, y por recuperar salarios, no perseguir docentes e invertir en infraestructura, nosotros no tuvimos ninguno”, señaló Kicillof.
“No estamos pensando en las redes sociales, estamos pensando en nuestro pueblo”, indicó el gobernador de cara a la oposición. Cruces, chicanas y chispazos también coparon el recinto al momento de repasar los logros en materia de salud. Allí, el mandatario provincial se refirió a la situación de la obra social bonaerense, IOMA, recientemente protagonista luego de la decisión del intendente de San Nicolás, Manuel Passaglia, de retirar a sus empleados del convenio con la institución. El titular del bloque de diputados de Juntos, el radical Maximiliano Abad, le reclamó con gritos a Kicillof quien lo invitó a “charlar” después de la sesión. “No hagamos un show, después te escucho Abad”, contestó el gobernador.
El recorrido sobre los resultados de la gestión provincial fueron narrando lo alcanzado en seguridad, la obra pública, el medio ambiente, los sectores rurales, la producción, y el empleo. También hubo lugar para referencias a la renegociación de la deuda en dólares. “Mejor que tuitear es hacer”, lanzó el gobernador que, entre algunos gritos el diputado del PRO, Daniel Lipovetsky, volvió a criticar el sistema de contratación de empresas de modalidad público privada, conocidos como PPP, que se llevaron a cabo durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri.
El gobernador bonaerense explicó que su gestión puede dividirse en tres etapas. Una de protección, en el marco del rol del Estado durante la pandemia. Un segundo momento de “reparar heridas”, a raíz de la secuela de las crisis sanitarias; y una tercera etapa, la actual, de reactivación y recuperación de la actividad económica. En este sentido, dedicó un importante segmento de sus más de tres horas de discurso al valor estratégico del Canal de Magdalena, dónde aseguró que hay “intereses que no permiten” los avances. A su vez, lamentó lo sucedido alrededor de las demoras en los inicios de la explotación petrolera en Mar del Plata a raíz de intervenciones judiciales, que inicialmente contaron con el acompañamiento del intendente Guillermo Montenegro, uno de los hombres más fuertes en el armado intendentista del PRO. En ese sentido, el gobernador puso el acento sobre un eje que viene reiterando desde hace ya tiempo: “no alcanza con tener los recursos, hay que evitar que se los lleven otros”.
“A la provincia no la van a dividir nunca”, sentenció Kicillof sobre el tramo final de su mensaje. Cerró así cualquier tipo del debate al respecto y aclaró que “la identidad bonaerense es producto de su diversidad”. Puso en valor estar radicado en la ciudad de La Plata, en clara diferencia a la gestión predecesora, y destacó la descentralización de la gestión provincial a través de las Casas de la provincia de Buenos Aires, y llamó a que haya una en cada uno de los 135 municipios.
“Legisladores, los invito a que sigamos derecho al futuro”, concluyó Kicillof entre los cánticos que pedían por su reelección.