Si el objetivo es el crecimiento con inclusión el ajuste debe avanzar. Con ese diagnóstico la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomendó al Gobierno argentino flexibilizar el mercado de trabajo, privatizar empresas, eliminar los subsidios a la energía, recortar el empleo público, elevar la edad jubilatoria para las mujeres, sostener la política de altas tasas, mejorar el clima de negocios y profundizar la apertura comercial. Las sugerencias forman parte de un estudio económico titulado “Hacía una Argentina más próspera y más inclusiva” que fue presentado ayer en el Palacio de Hacienda por el organismo multilateral. “Este es un paso muy importante para la candidatura de la Argentina a la OCDE, que no es un club de países ricos sino un club de buenas prácticas. Hemos iniciado el camino de las reformas con el objetivo último de reducir la pobreza. Estamos muy satisfechos con el informe”, celebró el ministro Nicolás Dujovne.

El programa de reformas recibido con entusiasmo por las autoridades argentinas recurre a creativos eufemismos para presentar el decálogo de políticas neoliberales. Como sucede en los menús de los restaurantes palermitanos, en el lenguaje OCDE el reclamo de flexibilización laboral se desprende de las críticas a la “legislación para la protección del empleo excesivamente rígida que afecta el buen funcionamiento del mercado”. La eliminación de los convenios colectivos por actividad y su reemplazo por acuerdos por empresa es una de las sugerencias del organismo. Dentro de la lógica discursiva del organismo la privatización de empresas públicas se plantea como una necesidad de “definir más claramente el razonamiento detrás de cada empresa de propiedad estatal y eventualmente reverlo”. 

“Los países tienen toda la soberanía de escoger las recomendaciones que les parezcan más pertinentes, es simplemente una reflexión que ayuda a ir a una senda de crecimiento con inclusión”, aclaró la directora de Gabinete de la OCDE, Gabriela Ramos, al presentar el documento que recurre a un léxico más taxativo. “Tras años de políticas económicas insostenibles, Argentina ha emprendido ambiciosas reformas. Pero el trabajo está lejos de estar terminado. Quedan muchos desafíos por delante”, advierte el texto. Desde su perspectiva si no se avanza con las reformas estructurales “los resultados del crecimiento probablemente sean más débiles, el desempleo podría subir, los flujos de capitales podrían disminuir y la moneda depreciarse”. A diferencia del diagnóstico oficial, la OCDE advierte sobre la vulnerabilidad externa de la economía local. Si bien no cuestiona el incremento en el endeudamiento externo advierte que “en el caso de una interrupción abrupta del flujo de capitales hacia mercados emergentes, sería necesario un ajuste fiscal significativo”. 

En materia de seguridad social, el documento del organismo al que el Gobierno aspira a incorporarse considera que “el gasto en pensiones es alto y el envejecimiento demográfico amenaza la sostenibilidad a largo plazo del sistema de jubilaciones”. Como solución el organismo propone elevar la edad de jubilación para las mujeres y modificar la fórmula de actualización de los haberes para indexarlos a la evolución del índice de precios. Las medidas están en línea con la pretensión oficial de correr los límites vigentes de la edad jubilatoria. Ese y otros cambios forman parte del proyecto de reforma que está diseñando una comisión compuesta por representantes sindicales, cámaras empresarias y funcionarios de la AFIP, la Anses y Seguridad Social.

La profundización de la apertura comercial es otro de los ítems donde hay coincidencias plenas entre la estrategia oficial y las sugerencias OCDE. “La protección arancelaria y otras barreras al comercio, incluyendo licencias no automáticas de importación, son altas en comparación internacional, y una mejor integración a la economía mundial generaría beneficios sustanciales”, sostiene el documento al señalar que la administración comercial durante el kirchnerismo “llevó a la aparición de industrias enteras, incluso de juguetes y electrónica, en base a sustitución de importaciones”. Sin embargo, advierten los expertos de la OCDE donde se imponen los intereses de los países desarrollados, “estas industrias resultaron ser muy ineficientes, por más que hayan generado empleo, el precio ha sido alto para los consumidores y contribuyentes”. 

“El Banco Central carece de independencia formal y le falta claridad a su mandato. Esto disminuye la efectividad de la política monetaria”, advirtió la OCDE. El comentario referido a la falta de independencia fue el único punto incómodo para el Palacio de Hacienda. La contrarreforma de la Carta Orgánica para priorizar el objetivo de estabilidad de precios por sobre el crecimiento económico y la creación de empleo, las metas incorporadas en 2012, es una ambición de las autoridades del Banco Central. “Si se alinean los marcos de políticas argentinas en estos sectores con el promedio de la OCDE, se podría incrementar el PIB per cápita un 15 por ciento en 10 años”, indica el informe que propone parecerse a Chile, Colombia y México.