“A nadie se le ocurre desplazar a un director de un banco central por hacer pública su opinión. Acá existió una clara voluntad por parte del presidente de la Nación y del presidente del Banco Central de silenciar la voz crítica dentro del directorio”, analizó Pedro Biscay, quien ayer fue desplazado del directorio del Banco Central. En un reportaje con PáginaI12, Biscay cuenta las deficiencias formales del proceso de remoción y plantea su lectura política del hecho. Además, advierte que “se generó un esquema económico de especulación en donde se potencia la inestabilidad financiera y se reduce la capacidad salarial de los sectores trabajadores”.

–¿Cuáles son las objeciones formales que realizó al proceso de remoción de su cargo como director del Banco Central?

–Desde que me enteré del inicio del proceso pedí en reiteradas oportunidades que me permitan conocer las razones que motivaron la remoción. A través de presentaciones espontáneas y de mis abogados pedí que me permitan tener el derecho de defensa y poder notificarme del expediente, cosa que no pasó nunca. Nunca tuve contacto con expediente. Pedí que me dieran a conocer el detalle de la acusación pero apenas leían notas de prensa. Cuestioné también que la comisión en la cual se llevó a cabo el proceso no fue encabezada por la presidenta del Senado.

–En los papeles, apuntaron contra usted por sus declaraciones sobre la tendencia del sistema de ir hacia una mayor inestabilidad financiera.

–Me han leído parrafadas de notas pero no me dieron ni siquiera un listado preciso de esas declaraciones. Está claro que el problema es el ejercicio de la libertad de pensamiento y de opinar a través de la prensa, que es un derecho sagrado en los Estados modernos y que en Argentina está contemplado desde los primeros textos constitucionales. Transforman una diferencia de criterios publicada en la prensa en un delito de opinión. Esto queda totalmente claro luego de las declaraciones que realizó hoy Pablo Tonelli, quien es el presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales. Tonelli admitió que la verdadera intención es acallar una voz disidente. Dijo que yo fui echado por las opiniones contrarias a la dirección que tomó la política monetaria.

–¿Tienen alguna restricción de opinión los directores de los bancos centrales?

–En los países centrales se fomenta la transparencia, la diversidad de criterios técnicos y de opiniones y el debate público de cara al conjunto de la sociedad, como una forma de incrementar la eficacia de las políticas monetarias. Las instituciones monetarias tienen recomendaciones específicas en relación a las virtudes de la transparencia para mejorar la calidad institucional. A nadie se le ocurre desplazar a un director de un banco central por hacer pública su opinión. La lectura política es que acá existió una clara voluntad por parte del Presidente de la Nación y del presidente del Banco Central de silenciar cualquier posibilidad de voces críticas dentro del directorio del Banco Central.

–¿Por qué querrían evitar las voces críticas?

–Porque el plan económico y el plan de política monetaria no están dando los resultados que fueron prometidos en la campaña presidencial de 2015. Entonces buscan responsables externos a través de planteos descabellados, sin ningún grado de razonabilidad ni criterio, como sostener que mis opiniones públicas respecto de la política del Banco Central pueden alterar la estabilidad financiera y monetaria. Esto es un acto de una gravedad institucional enorme. Han desplazado al único director verdaderamente independiente del poder económico y del Poder Ejecutivo.

–¿Los otros directores no son independientes del poder económico?

–Este directorio no tiene independencia del poder económico y lleva adelante una política que claramente viola los objetivos del mandato múltiple de la Carta Orgánica del Banco Central.

–¿En qué sentido la política del BCRA es contraria a la Carta Orgánica?

–La Carta Orgánica tiene previsto cuatro líneas de trabajo: la estabilidad monetaria, financiera, cambiaria y el desarrollo económico con inclusión social. El directorio del BCRA debe velar por el cumplimiento de estos objetivos. Sin embargo, la actual gestión ha subordinado todo al modelo de metas de inflación, es decir a la estabilidad de precios.

–¿Qué consecuencias trae esa decisión del BCRA?

–Se generó un esquema de especulación que potencia la inestabilidad financiera y se reduce la capacidad salarial de los sectores trabajadores. El BCRA tiene que cumplir con un mandato múltiple pero en los hechos se limita a poner la tasa de interés en un nivel que sólo favorece a la especulación financiera. Sumado a eso, la dinámica actual del endeudamiento externo argentino tiene un impacto preocupante desde el punto de vista del balance de pagos, al igual que la fuga de capitales que el BCRA ha decidido fomentar a través de las políticas de desregulación cambiaria.

–¿Cómo fue la gestión del directorio del Banco Central en estos meses?

–Una decisión que tomó el directorio y que yo no avalé fue haber delegado la decisión de política sobre la tasa de interés en el presidente del Banco Central, cuando la Carta Orgánica pone en cabeza de los directores esa responsabilidad. Frente a este hecho me vi obligado a expresar mi opinión sobre la tasa de interés. Le entregué escritos al Presidente en donde le planteaba aspectos críticos, dudas y sugerencias sobre cómo administrar la tasa de interés y cómo evitar que una tasa de interés elevada destruya el tejido industrial. Ninguno de estos informes fueron respondidos. El presidente del BCRA no cree en la pluralidad de criterios.