El 25 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Lo que pocos saben es que esa fecha que busca denunciar los atropellos a la que son expuestas diariamente las mujeres y reclamar políticas para su erradicación no fue elegida al azar, sino que conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal en manos de la sangrienta dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana. Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, también conocidas como “las Mariposas”, tal el nombre que la primera asumió para la lucha política, integraron diversos movimientos contra el régimen que marcó a sangre y fuego los destinos de aquel país entre 1930 y 1961. Sus asesinatos en 1960 fueron el comienzo del fin de la dictadura dominicana. La historia de lucha de Minerva y de sus hermanas es la que la serie El grito de las mariposas cuenta desde este miércoles en Star+, a lo largo de 13 episodios.
En conmemoración por el Día Internacional de la Mujer, la plataforma de streaming estrena un drama personal, social y político que en clave de ficción sirve para iluminar en perspectiva histórica los abusos que Trujillo desplegó a todo el pueblo dominicano y especialmente a las mujeres durante más de tres décadas. Producción hispano-argentina rodada en Colombia, la serie cuenta la historia de una amistad para narrar un todo, haciendo foco en el calvario que sufrieron las mujeres durante las tres décadas de Trujillo en el poder. La trama gira en torno a la relación entre la inmigrante española Arantxa Oyamburu (Susanna Aabaitua) y Minerva Mirabal (Sandy Hernández), la reconocida activista dominicana que -junto a sus hermanas- recibió el apodo de “las Mariposas”, convirtiéndose en una leyenda de lucha latinoamericana al enfrentarse a Trujillo y contribuir al precipitado final del feroz dictador.
La serie realizada por Pampa Films y Gloriamundi Producciones narra el vínculo entre las dos jóvenes mujeres, cuyos encuentros y desencuentros durante más de dos décadas estuvieron marcados por los brutales sucesos en torno a una dictadura que se calcula asesinó a 50 mil personas. En los distintos caminos de vida que asumen cada una de las amigas se encierra la complejidad opresiva que las dictaduras ponen en juego en la ciudadanía: están las que luchan para recuperar la libertad poniendo en riesgo su vida y la de los suyos, y las que creen mantenerse al margen, adaptándose al sistema, y terminan siendo cooptadas por la crueldad y perversión de quienes ostentan el poder. Son Minerva y Arantxa las dos caras de una misma opresión.
“Son dos amigas que no tienen rivalidad ni reproches, pese a los caminos que siguen cada una. Minerva entiende que Arantxa quiera perseguir su sueño de ser bailarina aunque no lo comparte, mientras que Arantxa comprende el camino de lucha que Minerva asume aunque no cree que sea la forma. Aunque al final esa amistad reluce, incluso con esas diferencias”, le cuenta a Página/12 la actriz española Belén Rueda, que en El grito… interpreta a Pilar Macías, una periodista que en la actualidad de la ficción está investigando la historia de Minerva con el fin de escribir su biografía. Esa línea narrativa sirve de disparador para el avance de la historia en la República Dominicana durante los años de Trujillo.
La reconocida actriz, de larga trayectoria en cine y TV (Mar adentro, El orfanato), destaca que la producción tiene la virtud de hacer hincapié en el rol de las mujeres en las dictaduras, especialmente en la de Trujillo, donde los abusos y violencias contra ellas fueron moneda corriente. “Es una serie que está muy bien planteada porque a veces nos topamos con heroínas, como era Minerva Mirabal, y parece que las heroínas nacen así, se ponen el traje y lo son", detalla Rueda. "Y la realidad es que son personas también, con su vida, su familia, sus hermanas, sus padres, su pueblo Salcedo y todo lo que pasa allí ante un régimen como el de Trujillo. Y para eso la serie puso inteligentemente el personaje ficcional de Arantxa, que representa a todas las mujeres que fueron sometidas por el regimen y que pasaron por lo que pasaron por el simple hecho de ser mujeres. Es una mujer que viene escapando junto a su padre de la dictadura franquista, su madre murió allí, y no quiere hablar de política, quiere tener una vida al margen de eso, pero que sin embargo es atrapada por el mundo de Trujillo y se ve arrollada por él”.
Rueda confiesa que terminó de aceptar el papel cuando el creador y showrunner de El grito… Juan Pablo Buscarini le contó la historia de Minerva, que ella desconocía, como tantos otros. Esa falta de conocimiento social sobre las Mirabal fue, en definitiva, el disparador que tuvo Buscarini para contar esta historia. “No siento que estemos dando una nueva versión de esta historia: siento que la estamos contando por primera vez”, analiza Buscarini ante Página/12. “Recuerdo -detalla- que el 25 de noviembre de 2019 hubo una gran movilización en Rosario y les preguntaban a las chicas si sabían por qué se habría elegido ese día conmemorativo, y nadie sabía que era por las Mirabal, solo que era una jornada de militancia femenina. Si hubiera sido en el mundo anglosajón, Hollywood hubiera hecho varias películas. Pero como es una dictadura típicamente latinoamericana, estaba sin contarse”.
Dirigida a seis manos por Mariano Hueter, Leandro Ipiña e Inés París, El grito… no asume el punto de vista de Minerva, pero la trama se detiene principalmente en lo que le pasa y siente ella, junto a a sus hermanas y Arantxa, en un combo múltiple femenino que enriquece la historia.
“La tentación siempre es contar al malvado, el abordaje del dictador despiadado y a partir de allí las atrocidades que cometió. Nosotros preferimos abordar la dictadura de Trujillo desde la mirada del ciudadano que lo sufre, en este caso de las mujeres, para no quedarnos en el regocijo propio de una película de acción. Y era un desafío, porque lo fascinante de Minerva es que es una mujer, militante política atípica, en el sentido de que no salió a los tiros. Muchas mujeres pueden verse identificadas, porque es una mujer que quiere estudiar derecho, que tiene hijos, que piensa que la democracia es el camino para terminar con Trujillo y no las armas”, puntualiza Buscarini.
Así como el estreno de la serie el 8 de marzo no es antojadizo, Rueda confiesa que actuar en una serie histórica que pone en primer plano la historia de una mujer luchadora no le significó un papel más. Comprometida con su tiempo a través de la actuación, la actriz dice sentirse representada e interpelada por los feminismos que hoy gritan con fuerza en todo el mundo. “Sería feliz si no existiera el 8 de marzo porque significaría que hay igualdad. Tengo dos hijas mayores, de 18 y 23 años, que ya tienen un comportamiento natural en determinadas cosas que yo las fui aprendiendo con el tiempo. En mi profesión empecé a cuestionar por qué, por ejemplo, tenía que desnudarme si mi compañero no lo hacía. Son cosas pequeñas que ellas lo tienen adquirido. Son generaciones muy jóvenes que me cuentan situaciones denigrantes para con las chicas. Voy a decir algo a lo bestia: ¿por qué las chicas que han salido con varios chicas son tratadas de 'puta', mientras que si los chicos salen con muchas chicas son unos 'campeones'? ¡No es ni una cosa ni la otra!”, reflexiona Rueda, que encontró en El grito… una manera -también- de apoyar los vientos de cambios que hoy tienen a la mujer en el centro de la escena social.