El Festival Internacional de Cine Israelí en Argentina regresa a las salas porteñas luego de una primera edición realizada bajo las normas pandémicas de la hibridez presencial y virtual. El segundo Seret (“cine” en hebreo) abandona la posibilidad de la visualización online y concentra su atención en la gran pantalla. A partir del miércoles 8 y hasta el próximo domingo 12 el complejo Cinemark Palermo le abrirá sus puertas a seis largometrajes que se proponen como un reflejo de la producción cinematográfica israelí contemporánea. 

Es un número bastante menor al de la primera entrega, conformada por diecisiete títulos entre largos y cortos, pero en esta ocasión ninguno de los films ha sido exhibido previamente en Argentina, por lo que resultan absolutamente inéditos. Según Patty Hochmann, la directora artística de Seret –encuentro que viene desarrollándose desde hace más de una década en países europeos–, la propuesta vuelve a incluir películas “de mucho éxito durante 2022 en Israel, ya sea por su calidad como entretenimiento o por su profundidad y emotividad”.

El caso de Hummus Full Trailer, que oficia de título de apertura, es paradigmático en ese sentido, ya que se trata de uno de los grandes éxitos de taquilla en las salas israelíes durante la temporada pasada. Dirigida por Asaf Kobrovsky, la historia cruza el humor absurdo con los entreveros de los relatos criminales, y es deudora en gran medida del estilo que el británico Guy Ritchie supo conseguir en sus primeros esfuerzos. Aquí hay tres grandes containers cuyo contenido no del todo legal termina entregado a los destinatarios equivocados: el dueño de una florería de categoría, un grupo de traficantes de armas devotos de la religión ortodoxa y una pareja de jóvenes árabes, todos ellos vigilados de cerca por un mafioso violento y bastante sádico. También hay un casamiento que puede salir mal, una madre francesa amante de las orquídeas, un contingente de chicas orgullosas de su rol social como trabajadoras sexuales y un restaurante especializado en hummus, con o sin huevo duro. Confusiones, trampas y al menos una docena de armas humeantes atraviesan los noventa minutos de un film de tintes orgullosamente populares.

El prolífico realizador Avi Nesher comenzó su carrera hacia finales de los años 70 y su filmografía incluye una gran cantidad de largometrajes producidos en su país de origen, con un paso por la industria de Hollywood en los 90 (Doble de muerte, con Drew Barrymore, es tal vez el título más recordado de esa etapa). En Imagen de victoria, Nesher describe el enfrentamiento de un grupo de militares egipcios y los integrantes de un kibutz recientemente establecido en tierras palestinas durante la sangrienta Batalla de Nitzanim, justo antes de la declaración de independencia de Israel, el 14 de mayo de 1948. 

Imagen de victoria, de Avi Nesher.

Con gran despliegue de producción y un tono que, por momentos, cruza la ficción histórica con el melodrama, el film intenta algo muy difícil de conciliar, ofreciendo la mirada de unos y otros, los colonos israelíes y los campesinos palestinos que ven como su estilo de vida tradicional comienza a desaparecer. El punto de vista es múltiple, pero se destacan las miradas de un periodista árabe obsesionado con registrar los eventos con una cámara de cine –un amante de Frank Capra y la posibilidad de aunar el arte y la propaganda– y una joven dispuesta a todo a la hora de defender la vida dentro de la colonia, constantemente asediada por disparos y explosiones de morteros.

Fragmentos toca fibras muy dolorosas para el espectador local. La película de Dina Perlstein gira alrededor del atentado a la AMIA a partir del importante descubrimiento de una abogada argentina dos décadas después de los hechos. Allí entra en acción la protagonista, Yael, cuya hermana murió en la explosión y en el presente de la ficción toma un vuelo desde Israel hacia Buenos Aires para intentar dilucidar una serie de hechos ocultos, antes de viajar a España para entrevistar a una persona que estuvo presente ese fatídico día. En Fragmentos Perlstein, practicante del judaísmo ortodoxo, concentra el lente de la cámara exclusivamente en personajes femeninos, como ocurre en el resto de su filmografía, y tampoco se corre demasiado de la ortodoxia del thriller político más clásico.

Fragmentos, de Dina Perlstein.

El único documental presente en esta segunda edición de Seret releva la obra del fotógrafo de guerra Micha Bar-Am, registrada a lo largo de cincuenta años. “Una historia que comienza en Berlín en 1930, viaja a Palestina en 1936, se transforma en una historia de amor con el sionismo en los años 50 y muta en un viaje de autocuestionamiento y dudas”, según afirma la sinopsis oficial. La película del documentalista Ran Tal, cuya obra previa recorre gran parte de la historia de Israel, tiene su origen en casi medio millón de fotografías y se impone como una reflexión sobre la violencia y la identidad, dos cuestiones inseparables en la vida del Estado creado luego de la Segunda Guerra Mundial.

Más ligeras resultan las dos películas que completan la programación de este segundo encuentro con el cine israelí. Karaoke, de Moshe Rosenthal, sigue a un matrimonio de sesentones un poco cansados de la rutina cotidiana. Hasta que conocen a su nuevo vecino, cuyas sesiones de karaoke nocturnas le ofrecen a la pareja una serie de posibilidades ligadas a un mundo de actividad y sensualidad redivivas. Pastos más verdes, dirigida a cuatro manos por Matan Guggenheim y Asaf Abiri y cuyo reparto incluye a varias de las estrellas más populares en Israel, parte de otro punto de aparente no retorno en la vida de su protagonista. 

Un viudo de 75 años deja pasar los días en el hogar de retiro donde arrastra su existencia hasta que descubre que la venta de cannabis medicinal puede ayudarlo a recuperar la vida tal y como la conocía. Desde luego, tendrá que sortear varias dificultades, entre otras la impertinencia de la policía y de un grupo de traficantes locales. Con la excepción de Hummus Full Trailer e Imagen de victoria, que tendrán dos funciones cada una, las películas serán exhibidas una única vez, por lo que se trata de apreciarlas o perderlas.

* Programación completa, días, horarios y venta de entradas en el sitio web del Festival.