“Que nos digan adónde han escondido las flores que aromaron las calles persiguiendo un destino, dónde, dónde se han ido” se escuchaban las voces de Víctor Heredia, León Gieco, Lito Vitale, Teresa Parodi, Hilda Lizarazu y Carolina Peleritti mientras que en la sala del segundo piso del Centro Cultural Borges (Viamonte 525) se exponían las fotos de Marisa Bonzón en la muestra Reveladas, un homenaje a las mujeres y las diversidades que vienen luchando desde hace años contra las opresiones y las violencias cotidianas.

En blanco y negro, las fotos hablan por sí solas: niñas, mujeres jóvenes y adultas, solas, en grupos, en las calles o en sus casas llevando adelante tareas de cuidado, trabajando, haciéndose paso en un mundo de varones, luchando por la recuperación de sus hijes, con sus pañuelos blancos en sus cabezas. Una de ellas muestra unas manos desovillando lana: “son las manos de mi suegra, Antonia, le puse el nombre "Deshaciendo las horas", porque ella siempre estuvo a la espera de su hija, de saber algo sobre ella que estaba desparecida y me pareció imprescindible que las Madres estuvieran allí porque son los bastiones de la lucha por la recuperación de sus hijos”, cuenta a Las12 Marisa Bonzón.

La muestra nace del libro Reveladas que la artista publicó el año pasado y que reúne su trabajo de más de una década de fotos callejeras e íntimas. “El libro nació como si fuera un racconto de mi historia porque analizando mi portfolio junto a colegas y gente que trabaja conmigo en el arte llegamos a la conclusión de que había tantas mujeres retratadas a lo largo de los años que entendimos que, evidentemente, me había visto reflejada y acompañando el cambio que hicimos las mujeres en este tiempo. En nuestras luchas por ser visibilizadas, por lograr que se respeten nuestros derechos, por ser reconocidas en los puestos laborales, en la vida cotidiana en general, por eso elegí sumarme a ese colectivo para ser una más, caminar el mundo, la calle, al lado de ellas. Registrarlas en la cotidianidad, en el trabajo, como madres, como abuelas, como niñas”, dice Bonzón.

Las amigas como red de contención permanente aparece en el trabajo de Bonzón

Rebelión de reveladas


Si bien el libro tiene casi 100 fotografías, en la muestra y con la ayuda de su curadora, Pía Dalesson, eligieron 33 que fueron las que consideraron que iban dando el marco a su trabajo, el de ser una caminante permanente buscando historias. Una vez seleccionadas, las agruparon bajo distintas temáticas como la mujer en la ciudad, la mujer en la tercera edad, las amigas que, según Marisa, son su red de contención permanente. “Reveladas surgió de un juego de palabras que representa muchas cosas, desde revelar la imagen en el laboratorio cuando me inicié en la fotografía analógica, revelar a la mujer, mostrarla, visibilizarla, y obviamente la mujer “rebelada” después de tanto tiempo de aceptar”, explica la artista.

Desde chiquita en su casa natal de la ciudad bonaerense de Pergamino, Marisa amaba retratar y congelar momentos de la vida. Lo hacía con la cámara familiar y luego con la que le regaló su hermana: “me gustaba inmortalizar esos momentos, como decía Bioy Casares, aquellas cosas que nos hacen felices. Agarraba las cámaras de mi casa y retrataba todo lo que sucedía, luego cuando vine a estudiar Abogacía a Buenos Aires, empecé a estudiar también fotografía de una manera profesional y durante todo ese tiempo me dediqué a hacer fotografía de teatro, amaba sacar el vivo en el teatro”.

Cuando ya estaba en Buenos Aires y con varios años ya en pareja con Víctor Heredia, “un poco por la maternidad y por la familia, dejé de hacer fotografía y cuando retomé alrededor del 2006, volví con la era digital a estudiar nuevamente. Comencé en la escuela de Diego Ortiz Mujica, y en diferentes talleres con un montón de gente capaz y talentosa que hay en este país, pude volver con toda la pasión y haciendo foto de autor, caminar la calle y cazar historias”, dice Marisa. Y en la muestra se puede ver claramente que lo logró.

“La lucha de todo lo que se ha logrado hasta hoy está registrada y visibilizada, sentí que desde mi pequeño lugar podía aportar lo cotidiano, porque las mujeres luchamos muchísimo para ser madres, compañeras, esposas, hijas y al mismo tiempo poder sostener una profesión que amamos o que nos hace felices que es tan difícil muchas veces, por eso consideré que era importante mostrar esa parte y hacerlo desde una estética que componga a la mujer desde el mejor lugar, incluso las mujeres de la tercera edad, mostrarlas con vida, alegres, disfrutando”, resume Bonzón.

“El click que perpetúa el gesto, la forma, la actitud, el fondo, la pequeñez, el vuelo, la soledad, el punto, el alma de lo que se quedó atrapado como en suspenso en la cámara (...) Y aquí ha visto mujeres a las que retrató, precisa, con la lente sensible de sus sensibles ojos. Las vislumbró intensamente y las dejó iluminadas para siempre, detenidas en ese minuto intangible que durará la eternidad menos pensada”, escribió Teresa Parodi en el prólogo de Reveladas.

Tareas de cuidado, otra arista del trabajo de la fotógrafa argentina.

Marisa Bonzón nació en Pergamino, en 1964. Comenzó sus estudios de fotografía analógica en 1989 en el Foto Club de Buenos Aires y luego continuó en la Escuela Argentina de Fotografía. Se especializó en fotografía de teatro y realizó portadas de distintos CDs de referentes de la música popular argentina. Se formó junto a Diego Ortíz Mugica, Fabiana Barreda, Juan Antonio Molina Cuesta, Juan Brath y Diego Frangi, entre otros. Expuso en el Congreso de la Nación (2017), Museo de los Cerros Tilcara (2015), Centro Cultural Borges y Centro Cultural Recoleta, BA Photo, Museo Histórico de Pergamino, entre otros lugares, así como también en muestras individuales y colectivas en Barcelona, México y Libia. Ganó numerosos premios como el “American Express” y “PolluxAwards” y menciones en concursos locales e internacionales. En 2020 formó parte del libro Tu mirada sobre Cuba con otros reconocidos fotógrafos latinoamericanos. En abril de 2022 editó el libro Reveladas. En abril y mayo del 2023 exhibirá en la “Sala Sara Facio” de Roma, Italia, una adaptación de la muestra "Marisa Bonzón: Reveladas, Fotografías y temporalidades".

La exposición se puede visitar hasta mayo en la fotogalería del primer piso del Centro Cultural Borges, de miércoles a domingo de 14 a 20.