A comienzos de año, la plataforma de contenido pornográfico PornHub dio a conocer las tendencias, términos y búsquedas en el consumo de sus usuarios durante 2022. Y entre los datos, figura que las mujeres argentinas ocupan el cuarto lugar entre las mayores consumidoras de porno con visitas a ese portal, aunque en una proporción menor a la de los varones, antecedidas por Filipinas, Colombia y México.
Por otro lado, entre las búsquedas en general de Argentina, de hombres y mujeres, las categorías hentai (asociado al animé japonés y a la perversión), lesbianas y MILF (cualquier mujer atractiva que, por su edad, podría ser la madre de la persona que emplea el término) marcaron las tendencias del año pasado, según el informe. Y también se destacaron las opciones "Lesbiana" (la categoría con más visitas del país), "Anal" y "Trío" como lo más requerido entre los usuarios argentinos, junto a otras opciones como "Maduras".
¿Erotismo o sexo explícito?
Sandra Magirena, ginecóloga y especialista en sexología, opinó acerca de estos datos en las búsquedas que surgen de los y las usuarias argentinas del portal triple XXX. Acerca de si verifica que las mujeres argentinas consumen más pornografía que antes, respondió: "Atiendo a mujeres cis, mujeres trans y homosexuales y, en general, en estas poblaciones el consumo de material pornográfico no es muy alto. Las mujeres no consumen tanta pornografía. Quizás uno le indica en casos particulares, para levantar el erotismo a nivel mental y cerebral, que mire imágenes de sexo explícito, pero todo lo que tienen que ver con la pornografía mainstream a la mujer le choca mucho".
La sexóloga confirma, además, que los mayores consumidores de pornografía son varones. "Tengo consultantes que son trabajadoras sexuales virtuales y coinciden en que los que más consumen sus contenidos son varones. En cambio, a los varones generadores de esos contenidos, el público que más los solicita es el varón homosexual", sostuvo.
Entonces, ¿qué busca o le atrae a las mujeres que acceden a plataformas de videos pornográficos? Según Magirena, "lo que le atrae a la mujer es ver imágenes de contenido erótico, no tanto de sexo explícito". Y definió: "En general, a la mujer la erotiza ver mujeres teniendo sexo con mujeres. Los generadores de contenidos de material pornográfico afirman que las consumidoras mujeres son aquellas que tienen sexo con mujeres", lo cual se relaciona con las búsquedas encabezadas por las argentinas en la plataforma PornHub, que lideran la categoría "Lesbianas".
"En general, no hay tantas consumidoras de pornografía que sean mujeres cisgénero y heterosexuales", aseguró Magirena. "Al menos a mis consultantes, no les gusta mirar pornografía tan explícita como la tradicional, pero sí se excitan mirando material erótico, escenas sensuales".
Del mainstream al porno casero
Si se tiene en cuenta que el secreto de la pornografía es excitarse viendo a otros teniendo sexo, Magirena recordó que el ser humano es acaso el único animal que se esconde para eso. "El contenido de la sexualidad humana tiene un componente de intimidad importante, que es también el que utilizamos y fomentamos los terapeutas sexuales la hora de mejorar y optimizar el deseo sexual: generar intimidad a la hora del encuentro sexual", dijo. Por lo tanto, "saber cómo tiene sexo el otro, la otra, la persona diversa, transexual, discapacitado o discapacitada, genera una suerte de curiosidad morbosa que estimula los centros del erotismo y hace que las personas vayan a buscar esas imágenes", sostuvo.
Y en tal sentido, ante el aumento de la popularidad de los videos caseros o amateur, la especialista afirmó: "La transición del porno mainstream al casero coincide con las estadísticas de la plataforma. Hay un aumento de visibilidad y búsqueda de prácticas sexuales de personas comunes. A la gente la atrae, la atrapa, el hecho de conocer a la persona que sube el contenido o poder encontrarse con ella en el supermercado, que sea un vecino o una vecina", quien produce ese video erótico o pornográfico.
El porno al alcance de todos, todas y todes
Para Any Krieger, psicoanalista, autora de "Sexo a la carta. Costumbres amorosas del siglo XXI", los datos arrojados por la plataforma PornHub son un recorte que no revela demasiado. "No se puede decir si las argentinas somos las que más miramos porno, si somos pocas o si somos las campeonas. Lo real es que tanto mujeres como hombres tienen una relación con el contenido porno. No es una cuestión de género", sostuvo.
Según la especialista, "el siglo XXI trae como novedad la difusión masiva del coito hecho espectáculo y que, además, está accesible en internet en cualquier momento. De la época victoriana a la época del porno, se pasó de la prohibición al permiso, y más aún a la incitación, a la provocación, al forzamiento".
"Estamos en una época del goce autoerótico y el porno a través de las pantallas digitales que permiten este autoerotismo sin límite", definió Krieger. Sin embargo, desde el psicoanálisis, advirtió: "Hay una ausencia de relación sexual en lo real. Es algo nuevo en la sexualidad, en los modos de aprendizaje de las nuevas generaciones que empiezan su camino".
Finalmente, Krieger trazó el camino realizado: "En la década de los 80, a través de cintas de videocasete, la pornografía fílmica se volvió accesible al universo privado del hogar, empezó a integrar el matrimonio, la pareja, como un ítem de incremento sexual. Así, la pornografía perdió mucho de su elemento histórico estructurante: la transgresión", comentó. Y este hecho, también, tuvo su otro costado: "Al entrar en las casas y aproximarse a las parejas, el porno también se domestica", concluyó.