La reforma tributaria impulsada por el gobierno del presidente de Chile, Gabriel Boric, para financiar el sistema de protección social del país fue rechazada por la cámara de diputados. El proyecto es uno de los pilares en la agenda del mandatario chileno y fue uno de los primeros programas que presentó después de asumir la presidencia hace un año. La reforma tributaria tenía previsto beneficios para la clase media, así como un impuesto a la riqueza y a la renta.
"Creemos que es una mala noticia para el país", afirmó el ministro de Hacienda, Mario Marcel. "Lo que tuvimos en esta votación, es que la ideología se impuso sobre el pragmatismo. La ideología se impuso sobre el diálogo", añadió Marcel tras la votación en diputados. La iniciativa tributaria fue rechazada con 73 votos a favor, 71 en contra y tres abstenciones.
“Celebraron los partidos más a la derecha del espectro político, estamos seguros de que van a celebrar quienes evaden impuestos y quienes asesoran a los contribuyentes para evadir impuestos, porque van a tener por lo menos un año más para poder usar los mismos mecanismos de elusión tributaria”, denunció el ministro de Hacienda.
Qué incluía la reforma tributaria de Boric
El proyecto de reforma tributaria de Boric buscaba recaudar el equivalente a 3,6 puntos adicionales del Producto Interno Bruto (PIB). A través de esta recaudación, el gobierno apuntaba a financiar la ampliación del sistema de protección social de Chile que iba a permitir una mayor cobertura en salud, educación y pensiones.
El proyecto también tenía previsto reestructurar el impuesto a la renta, las exenciones tributarias, aumento de impuestos a rentas mayores y un nuevo royalty minero (un impuesto a las mineras por extraer recursos no renovables).
“Se rechazó la idea de financiar un aumento de la PGU (Pensión Garantizada Universal), de una reducción de la lista de espera en los hospitales, del aumento de recursos para la salud primaria”, detalló el ministro de Hacienda.
La reforma al sistema tributario que había presentado el gobierno de Boric fue elogiada por organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
“Chile necesita reformas para aumentar la productividad, la protección social y los ingresos tributarios, y hacer frente a los desafíos de corto plazo como la elevada inflación”, indicó la OCDE en su último informe.
El organismo calificó el plan de ambicioso pero factible. En esta línea, precisó que los ingresos tributarios de sólo el 21% del PIB resultan “insuficientes” para satisfacer las crecientes demandas sociales, “preservando al mismo tiempo la inversión pública necesaria en infraestructura, educación y salud”.
Voces a favor y en contra
La diputada Ana María Gazmuri del partido Acción Humanista, una de las legisladoras que votó a favor, aseguró que la reforma tributaria del gobierno estaba orientada a consagrar un sistema más justo y equitativo en el ámbito tributario.
“En donde quienes están en una mejor posición para contribuir contribuyan más. Nadie puede desconocer la tremenda desigualdad que existe en nuestro Chile”, afirmó Gazmuri.
“Nuestro país suma 120 años de desigualdad extrema y es uno de los países con más diferencias socioeconómicas de América Latina”, precisó la diputada citando el informe de Desigualdad Global 2022 de la Escuela de Economía de París.
“El estudio señalo que más de la mitad de la población con menos recursos no acumula riqueza y una gran cantidad sólo acumula deudas”, denunció Gazmuri. “Mientras que un 1% más rico posee casi la mitad de ella (la riqueza), un 49,6%”, añadió.
Del otro lado, el diputado del partido cercano al exdictador chileno, Augusto Pinochet, Unión Demócrata Independiente (UDI), Guillermo Ramírez, afirmó a la prensa que el rechazo de la reforma tributaria “es algo bueno para los chilenos”.
“Esta era una muy mala reforma, radical, alejada de la realidad, despreocupada de la necesidad que tiene Chile de crecer “, expresó el legislador. Según Ramírez, la reforma hubiera “provocado un daño inmenso en la economía, perjudicando particularmente a la clase media y familias vulnerables”.
El gobierno de Boric puede insistir con el proyecto de reforma en el Senado, donde necesita 33 votos a favor. Si no consigue apoyo en el senado el gobierno deberá esperar un año para volver a presentar una iniciativa similar.