Quisiera echar a la hoguera a todas esas veces que me voy diciendo que no. Que yo no.
Que no voy a poder. Que no me lo merezco. Que no estoy a la altura. Que yo no.
Ese no que no me sorprende, que es casi independiente de mi misma y a la vez me traspasa. El no que se renueva.
Todas las formas explicitas y verbales de decirme que no. Y las formas sutiles de negarme. Algo así como cierta rigidez muscular o demasiada laxitud desabrida.
Aunque decirme no sea una forma de lucha para alcanzar el sí. Sinceramente prefiero otras luchas. Entonces ahora sí: ¡fuego al NO!
* Intérprete del unipersonal Carne de Oriente, domingos a las 17, Nun Teatro Bar (Juan Ramírez de Velazco 419, CABA).