La decisión del intendente de San Nicolás de romper el vínculo que une a los trabajadores municipales de su distrito con IOMA, la obra social provincial, sigue generando polémica y repercusiones.
Por un lado, la ex gobernadora de la provincia y actual diputada nacional por la ciudad, María Eugenia Vidal, felicitó a Manuel Passaglia por la decisión, tras visitar la obra en construcción del hospital de Zona Oeste. “En lugar de seguir esperando respuestas de un IOMA ineficiente, Manuel Passaglia construyó un nuevo hospital para que los trabajadores puedan elegir un mejor servicio”, tuiteó, junto a las fotos de la recorrida, emulando a su jefe político, Mauricio Macri, que días antes había tuiteado que “tienen que caer todas las vacas sagradas”.
Como contó Buenos Aires/12, el secretario general del sindicato de municipales, Rodolfo Cecchi negó las supuestas quejas por mal servicio de trabajadores afiliados alegadas por el alcalde y expuso dos antecedentes de rechazos del tribunal de cuenta, ante planteos similares, de Pinamar en 2005 y Balcarce en 2019. La preocupación central de Cecchi y las 630 familias tiene que ver con las preexistencias y la alta complejidad.
Oscar Trotta, médico, pediatra, sanitarista y ex directivo del Garrahan, se sumó a la discusión en la red social, respaldando la posición de los trabajadores. “El Garrahan atendió durante 2022 30 niños, niñas y adolescentes con enfermedades complejas de la localidad de San Nicolás, derivados a través de IOMA. No se explica que Manuel Passaglia quiera dejar a esas familias sin cobertura de alta complejidad”. Y agregó: “Garrahan y IOMA firmaron en 2021 un histórico convenio de prestaciones de alta complejidad que incluye cirugías, trasplantes cardíacos y tratamientos oncológicos”. Justamente, lo que, según Cecchi. los trabajadores temen perder.
También se pronunció, a través de un comunicado, la Federación Bonaerense de Trabajadores Municipales, cuyo secretario general es Humberto Bertinat. "Vemos con preocupación esta medida" que, sostiene unos párrafos más adelante, "debilita nuestro sistema público de salud". También señala que algunas veces las dificultades de acceso al servicio se debieron a "abusos de profesionales, como cobro de adicionales".
Bertinat es el primero en señalarlo públicamente: desde su llegada, esta gestión impulsó una serie de controles administrativos, muchas veces resistimos por médicos y sanatorios.
El último, por ahora, en sumarse a la polémica, fue el intendente de Trenque Lauquen, es el radical Miguel Fernández. En ocasión de una entrega de ambulancias, manifestó que "Para mi IOMA es una buena obra social; por supuesto que tiene problemas pero no son distintos a los que tienen todas las prestaciones como el PAMI o las prepagas”, y ejemplifica con un conflicto actual de Trenque Lauquen porque las prepagas no consiguen adhesión médica.
El de “alta complejidad” es central para comprender el conflicto. Existen pocos hospitales de esas características -como “El Cruce” en Florencio Varela o el “René Favaloro”, recientemente inaugurado en Santa Rosa, La Pampa- y las empresas privadas suelen ser reticentes a cubrir esas prestaciones, por ser las más costosas.
Lo que se construye en San Nicolás no es un hospital de alta complejidad y los bajos salarios y aportes de los trabajadores municipales hacen virtualmente imposible que reciban esas prestaciones por fuera del sistema solidario, ya que la ley vigente permite que se les cobren adicionales y piunitivos que podrían hasta cuadruplicar el valor de la cuota.
El mencionado “Hospital Zona Oeste” se construye bajo la figura jurídica de Sociedad Anónima de Participación Estatal Mayoritaria, que permite el ingreso de capitales privados. En este caso puntual, los inversores son los rosarinos de Grupo Oroño, de fuertes vínculos personales y comerciales con Ismael Passaglia.
El fundador y accionista mayoritario del Grupo, Roberto Villavicencio, falleció en la mañana del miércoles a los 74 años de edad. En las próximas semanas se sabrá si el deceso modifica en algo la férrea alianza entre el grupo vinculado a la salud y el dirigente actualmente del Pro y, en consecuencia, sus planes de expansión comercial.
Vidal fue quien les compró el pase al PRO a los Passaglia, cuando en 2018 incorporó a Ismael a su gestión como director del Instituto Provincial de la Vivienda. En dos movimientos, Ismael Passaglia renunció a la intendencia para que asumiera su hijo Manuel, entonces presidente del Concejo Deliberante y dejó el justicialismo, que lo había hecho intendente, para cambiarse de bando junto con el resto de su familia.