La nueva edición del Ranking Scimago trajo buenas noticias para la ciencia argentina: el Conicet quedó ubicado dentro de los primeros 200 lugares, sobre un total de 5 mil instituciones evaluadas a nivel mundial. Además, quedó como la mejor de América Latina. La valoración internacional de los científicos contrasta con la decisión política del gobierno de Cambiemos de recortar los recursos del sector y acotar los ingresos a la carrera de investigador/a. La mejora en las evaluaciones es producto de la continuidad de una política de Estado.
Así se desprende tras publicarse el ranking, en el que, además, el Conicet pegó un enorme salto respecto de la anterior medición, en la que figuró en el puesto 220. O sea que avanzó 62 lugares. Desde que se publica este estudio, en 2009, nunca había subido tanto en un año. En aquel entonces, el Conicet se ubicaba en el lugar 399 y desde allí fue escalando lugares.
La Academia China de Ciencias, el Instituto Nacional de Investigación Científica de Francia y la Universidad de Harvard ocupan los tres primeros lugares
El ranking se realiza a partir de determinados parámetros, tales como el número de investigaciones, la colaboración internacional y la tasa de publicación, y la UBA fue destacada en el puesto 425. A nivel de casas de estudio, la Universidad de San Pablo está en el lugar 71, y es la mejor del continente en ese rubro, sólo por delante de la UBA.
Creado a fines de los años 50, el Conicet acogió desde su nacimiento investigaciones sobre ciencias médicas, biológicas, exactas y sociales. Su nivel de excelencia fue siempre reconocido en la comunidad científica y pegó un salto con la camada de investigadores repatriados durante el kirchnerismo. Desde fines de 2016, los becarios luchan contra los recortes del Ministerio de Ciencia y Tecnología.