El problema de los alacranes venenosos en el Lengüitas continuó con una nueva fumigación este viernes por la mañana. Generó malestar entre los padres porque, de acuerdo a lo que contaron a Página/12, se hizo con los chicos dentro del aula. Por otro lado, el Ministerio de Espacio Público encaró una limpieza en el entorno del edificio. El centro de estudiantes convocó a una sentada en el horario del inicio de clases, que continúan con normalidad.
Fuentes del gobierno porteño negaron que la fumigación de este viernes haya corrido por cuenta del Ministerio de Educación, a diferencia de la del jueves, que había desatado críticas por su pequeña magnitud. Podría ser privada, contratada por la escuela. "Nadie tenía idea. No se notificó a los alumnos ni a la familia. En un momento entraron dos señores de la empresa Aguila con trajes especiales y máscaras", contó a este medio Valentina Bonelli, del centro de estudiantes. "Nos llamó la atención su vestimenta especial porque nos dijeron que no era tóxico el químico y que por eso no hacía falta suspender las clases." "A nadie le avisaron que les iban a fumigar al lado, estando sentados en el pupitre. Si lo sabés quizás evaluás si mandás a tu hijo a la escuela", dijo Nancy Vega, integrante de la cooperadora, mamá de una joven que asiste a segundo de secundaria.
La sentada de les estudiantes se extendió entre las 7.30 y las 12. Exigían una fumigación en zócalos y no rejillas como la anterior. "Fumigaron en el tercer piso, en los balcones que dan al patio interno. No cerraron las ventanas ni sacaron a los pibes", indicó Julia Jáuregui, también del centro. Según los testimonios de los padres, fumigaron en dos aulas de cuarto de secundario --donde habían aparecido escorpiones-- con los chicos adentro. Les estudiantes de este nivel exigen comprobantes del operativo para conocer sus alcances y planean una asamblea para la semana que viene. Desde el centro proyectan volver a clases el lunes.
Desde que surgió el problema, el miércoles, los padres sienten que reciben "en cuotas acciones de mitigación", según la descripción de Ignacio Rodríguez, presidente de la cooperadora. "Se vieron camiones que sacaron basura, limpieza de calles con hidrolavadora", ejemplifica. Para él, todo forma parte de un "operativo maquillaje". Además, por fuera del asunto de los alacranes, cambiaron matafuegos, acercaron packs de agua, limpiaron la escuela, entre otras cosas.
El jueves Página/12 reveló que el Malbrán había concluido que los alacranes aparecidos en el colegio eran venenosos, de la especie Tityus Carrilloi, peligrosos ante todo para los más pequeños. Al Lengüitas asisten niños desde los dos años. "Me preocupan los pibes de jardín. Hace agua (el Ministerio) en no suspender el jardín unos días", concluyó Rodríguez. Los papás se enteraron de la conclusión del Malbrán a través del artículo publicado por este diario, algo que también los enojó. No hubo una comunicación formal de parte de las autoridades sobre este punto.
"El agua vino mágicamente, en paralelo con el alacrán", expresó Vega, en sintonía con la idea de Rodríguez y en alusión a la llegada de nuevos packs enviados por Educación. La escuela recibe botellas en temperatura natural y son los padres los que día a día están haciendo esfuerzos para distribuir agua fría a los estudiantes.
El panorama de "desidia y abandono" --en palabras de Rodríguez-- se completa con dos cuestiones: problemas con la ventilación --los ventiladores no funcionan bien; los pocos aires que hay no dan abasto-- y falta de docentes. "Algunos cargos no son tomados, otros tienen suplentes que no vienen, algunos profesores se toman días... Y los chicos se tienen que quedar sí o sí. Pasa en muchas escuelas pero en Lengüitas es impresionante", explicó Martín Smud, padre de un estudiante. Un relevamiento de los padres registró que la semana pasada los chicos de secundaria tuvieron 90 horas libres en total.