La Justicia federal allanó la casa de Jorge José Bacigalupo, el hombre que entregó los cuadernos del chofer Oscar Centeno a un periodista para que luego se convirtieran en una megacausa judicial, bajo la sospecha de que pudo haber sido el autor de las adulteraciones en el texto detectadas por un peritaje oficial.

La orden la emitió el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi en la causa iniciada por una presentación del empresario Armando Loson y fue ejecutada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en un edificio ubicado en la calle Moldes, en el barrio porteño de Belgrano.

El principal objetivo de la medida fue obtener "todo tipo de anotaciones, manuscritos en original o copia" como así también secuestrar "dispositivos electrónicos" como teléfonos, celulares, notebook, tablets, computadoras y cualquier otro que permita almacenar datos.

Fuentes de la investigación confirmaron que durante el operativo pudieron secuestrarse manuscritos y agendas, una tablet y dos celulares y que el allanamiento fue presenciado por el propio Bacigalupo quien "no opuso resistencia de ningún tipo".

La requisa fue ordenada luego de que el juez recibiera los primeros resultados de un peritaje ordenado para intentar determinar a quién pertenecía la letra de las sobreescrituras detectadas en los cuadernos de Centeno y denunciadas antes por el empresario Loson. Esa medida permitió descartar la intervención de la exesposa de Centeno, Hilda Horovitz, sobre los manuscritos; pero no la de Bacigalupo.

"No puede descartarse una posible participación del nombrado en las alteraciones y/o modificaciones de los manuscritos cuestionados, cuya sospecha habilita a indagar en la recolección de otras pruebas válidas para el éxito de la investigación", sostuvo Martínez de Giorgi al ordenar el allanamiento.

El estudio pericial para intentar determinar de quien son las letras supuestamente adicionales que aparecen en los cuadernos de Centeno lo realizó el personal de la División Scopometría de la Policía Federal Argentina, quienes "no pudieron afirmar con certeza, ni descartar su intervención".

Bacigalupo es un policía retirado que tuvo en su poder los cuadernos cuya redacción se atribuyó el exchofer del Ministerio de Planificación Centeno, y fue quien se los entregó a un periodista del diario La Nación que luego los llevaría al fiscal federal Carlos Stornelli.