Alberto "Beto" Pascutti, uno de los futbolístas emblemáticos del fútbol del ascenso, falleció el sábado a la noche como consecuencia de una descompensación cardíaca. Tenía 64 años y una extensa y celebrada trayectoria en clubes del ascenso. Alguna vez había dicho que no hizo carrera en Primera División A porque no le gustaba mucho entrenar. "El ascenso no es parte de mi vida, es mi vida", reforzaba el exquisito 10 su forma de sentir el fútbol.
El Beto brilló en El Porvenir (donde le hizo hacer al centrodelantero Cañón Landaburu decenas de goles), salió campeón con All Boys, ascendió con Morón y logró algo que pocos futbolistas consiguen: ser ídolo en equipos con una gran rivalidad. Al Beto se lo quiso en All Boys, Morón y Chicago (como técnico), eternos rivales del Ascenso.
En una temporada en que All Boys se fue al descenso, el Beto fue contratado como director técnico cuando quedaban pocos partidos para la finalización del campeonato. El albo de Floresta prácticamente tenía su destino marcado. Pascutti hizo una gran campaña, pero no alcanzó y All Boys se fue al descenso en el último partido. La hinchada lo sacó en andas de la cancha.
Pascutti era un volante ofensivo elegante, habilidoso y con una notable pegada, pero además ponía la pierna fuerte cuando el partido así lo requería.
El Beto resultó un jugador "distinto" en las categorías de ascenso. Integrante de un podio de cracks, junto a José Luis 'Garrafa' Sánchez (ex Banfield y Deportivo Laferrere), el mítico Trinche Carlovich (Central Córdoba) y Miguel Angel Colombatti (ex Deportivo Morón, luego pasó por Racing).
Curiosamente, a pesar de que forjó su rica carrera futbolística en el ascenso, el mediocampista inició su trayectoria en Primera División A: debutó en Chacarita Juniors en la temporada 1977, cuando la entidad de San Martín lograba sumar para escaparle a la parte baja de la tabla.
Luego, con el descenso a la Primera B, el volante continuó en el conjunto 'funebrero' hasta 1980 para pasar luego a Banfield, donde permaneció solamente en 1981.
Posteriormente, Pascutti hilvanó -quizás- lo mejor de su carrera y exhibió su jerarquía en El Porvenir, donde estuvo tres años (1983, 1984, 1985), con 10 goles en 71 partidos.
Sus condiciones le valieron ser transferido a Quilmes, otro equipo en el que se destacó con 9 tantos en 55 cotejos (1985-1986).
A medida que fue creciendo en edad, Pascutti fue adquiriendo características de líder, dentro y fuera de la cancha. De allí que la mayoría de los equipos se pelearan por conseguir su concurso.
Así, Deportivo Morón militaba en la Primera B y recurrió al 'Beto' para que participe en la campaña del Deportivo Morón, que ascendió a la B Nacional (1989-1990) superando en un sprint a Nueva Chicago.
También fue jugador de Tigre y vivió otro momento de gloria en su carrera cuando fue contratado por All Boys, al que llevó a la B Nacional con su enorme jerarquía en la temporada 1992-1993, con un golazo incluido ante Deportivo Armenio (2-1) en la penúltima fecha. Casi sobre el final del partido, la tomó en la banda izquierda de la cancha, se sacó un rival de encima y desde bastante lejos del área rival clavó un zapatazo junto al poste del arco que da espaldas a la avenida Alvarez Jonte.
En total jugó 275 partidos y anotó 35 goles en tres distintas categorías del fútbol argentino.
Como entrenador pasó por Tigre (ascendió a la Primera B Nacional a mediados de los '90), Nueva Chicago, All Boys, Juventud Antoniana de Salta, Almirante Brown, Aldosivi de Mar del Plata, Sarmiento de Junín, Talleres de Remedios de Escalada, Sportivo Italiano y Tiro Federal de Rosario, entre otros varios clubes.
El fútbol de las grandes luces y millones acaso ni siquiera se entere de la partida del Beto Pascutti. Para los que tuvieron el privilegio de verlo inventar gambetas algún sábado en un tribuna de madera, la noticia es un trago amargo. La pelota está de luto.