El gobierno de Santa Fe y el de Rosario sienten, y saben, que se tocó fondo. El gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin ven día a día cómo se abulta la cuenta de costos políticos cuando, es casi seguro, que ambos serán candidatos otra vez en los próximos meses.
La crisis de violencia y seguridad llegó a un extremo nunca visto. No quiere decir que no pueda subir, pero sí implicó un cambio de actitud del gobierno nacional. “Hasta hace unos meses en Buenos Aires decían ‘cómo rompe las bolas Perotti…’”, en relación a los reiterados pedidos para que se sumen fuerzas federales para colaborar con una policía que está rota y corrupta. Así lo confesó una alta fuente de la Casa Gris que además está convencida de que la reacción fue “muy tardía” y asegura que aquí, en realidad “no había gendarmes. Si los hubiera habido ¿por qué los aplaudieron cuando aparecieron en Empalme Graneros?”, reflexionó.
El diputado nacional y precandidato a gobernador del peronismo, Roberto Mirabella, presentó un proyecto de ley para que el ministerio de Seguridad de la Nación se instale en Rosario en el marco de la normativa que fijó las Capitales Alternas, una ley que cayó en el olvido a poco de celebrarse un par de reuniones del gabinete nacional en un par de provincias. Claramente, la intención es cargar con más responsabilidad a la Nación que ya instalará una sede la Unidad de Información Financiera (UIF) para investigar el lavado de activos aquí. Es por eso que en su mensaje de apertura de sesiones del Concejo, Javkin ni siquiera mencionó a la agencia antilavado municipal que la mayoría de los concejales votaron como una iniciativa “novedosa y sin precedentes en el país”.
La provincia y el municipio están jugados. Peor no puede ser la situación. Si alguien quiere interpretar que se está pidiendo una virtual intervención a las fuerzas de seguridad de la provincia, “qué así lo interpreten. Nos hacemos cargo de todo, también de la policía desastrosa que tenemos”, dijeron. Muchos funcionarios de Perotti creen que Marcelo Saín, en mayor medida y Jorge Lagna un poco menos, actuaron en su momento como escudos para enfrentar la crisis y para que ésta no llegará al primer mandatario. Un poco lo que logró Maximiliano Pullaro para Miguel Lifschitz, aún sin soluciones de fondo para el flagelo. Pero el nombramiento de Rubén Rimoldi hizo constatar no sólo que ya no se atajaba ningún penal en el área de seguridad sino que el escándalo trepaba y trepaba por las escaleras de la Casa Gris. No sólo eso, no pocos creen que Rimoldi terminó por quebrar la escasa verticalidad que le quedaba a la fuerza.
A las altas esferas del poder en Santa Fe nadie le saca de la cabeza que la balacera al supermercado de la familia política de Lionel Messi y la mención al intendente Javkin en ese mismo acto, “tiene que ver con una mano negra” que no necesariamente se relaciona con el narcotráfico. Nadie tiene las pruebas, pero los elementos se suman y dan casi siempre el mismo resultado., La policía que no estaba en Lavalle al 2500 cuando el día anterior se había hablado de patrullajes en esa zona, los guantes, la capucha y la destreza del tirador, el confección misma del texto amenazante y las nulas pistas que aún hoy tiene la fiscalía interviniente en el tema. Sólo lo admiten en privado. Pero el mensaje más sincero es el que le salió a Javkin ese mismo día frente al supermercado cuando intuyó que había un vuelto para él en la acción: “Esta zona estuvo liberada”, bramó el intendente con los ojos inyectados. No volvió a repetirlo.
Los oficialismos saben que a la oposición no le queda mucho margen para cosechar en medio de tan dolorosas miserias. Creen que ya perdieron sentido los señalamientos mutuos frente la muerte violenta de niños y la escandalosa ausencia del Estado visible en la decisión propia de vecinos que salen enfurecidos a tumbar bunkers donde ven todos los días cómo se vende droga y cómo la policía pasa a buscar su recaudación. Hasta videos al respecto tenían los vecinos del chico Máximo Jerez que cayó por una balacera en Los Pumitas.
Ilusiones de justicia
La Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) tiene establecido que el 20% de las causas por narcotráfico se tramitan en Rosario y que eso es cuatro veces más de lo que sucede en otras provincias. Con esta realidad avanza el proyecto presentado en su momento por el diputado Mirabella y acompañado por legisladores nacionales de Santa Fe de todos los partidos; para reforzar la justicia federal de Rosario y la provincia donde hace más de cuarenta años no hay novedades de peso en la materia. Pero sólo el dictamen favorable de comisiones para este proyecto demandó casi diez meses. Es mucho para un asunto que se considera urgente.
El senador nacional por Santa Fe del Frente de Todos, Marcelo Lewandowski también gestionó al respecto en reuniones de trabajo con el ministro de Justicia de la Nación Martín Soria y numerosos encuentros con jueces federales de Rosario.
Por su parte, el diputado provincial del Frente de Todos, Leandro Busatto introdujo un elemento novedoso: Que el Procurador General de la Nación, Raúl Casal, también se constituya en Rosario para explicar cuál es la estrategia en la investigación de la narcocriminalidad en este territorio. Y que además, se cree una Unidad Fiscal especializada con una política focalizada en la persecución de estos delitos. Es decir, que haya una clara conducción de la persecución penal para que todos los refuerzos que se consigan para la justicia federal estén bien direccionados y se obtengan resultados.
Pero estas medidas no tendrán la contundencia suficiente hasta que una reforma de fondo vea la luz: la Reforma Procesal Penal de la justicia federal cuyo proyecto presentado en su momento por la presidenta Cristina Kirchner cumplirá diez años sin ser tratado.
Los barrios
El retiro progresivo del Estado en los barrios de Rosario tiene mucho tiempo en la ciudad. Ya había empezado a apuntarse en la agenda de debates cuando Héctor Cavallero dejó paso en la intendencia a Hermes Binner; y allí comenzó un modelo de ciudad que convirtió a Rosario en exitosa pero sin poder balancear demasiado las desigualdades. No es que se planteara un abandono de los barrios pero sí diferentes maneras de gestionar las desigualdades aunque desde la salud fueran abordadas todas las aristas, en todos los sectores sociales. Era el momento en el que el peronismo rosarino en la oposición apuntaba aquello de “las dos ciudades”.
Con todo, el retiro del Estado es un fenómeno político de todo el país e implica una derrota del propio Estado -no contra el narcotráfico como dijo Aníbal Fernández-, sino contra el avance descontrolado de todos los poderes concentrados, especialmente del capitalismo financiero. Por eso el concejal de Ciudad Futura Juan Monteverde insiste con el programa de atacar al narcotráfico “por arriba a través de la ruta del dinero y por abajo con una urbanización incesante de la ciudad”.
Libro bajo el brazo
El senador Lewandowski si bien no define todavía su estrategia para las elecciones de este año -muchos lo apuntan como precandidato a gobernador y otros a intendente de Rosario- camina todo el territorio provincial al que representa en el Senado de la Nación, pero especialmente Rosario. Y en ese marco esta semana presentará un libro sobre políticas públicas para la región.
El otro que tiene libro a punto de entrar a imprenta es el diputado Mirabella que tiene planificada una serie de presentaciones de Defender Santa Fe -así se llamará el libro- desde mediados de año en el marco de su campaña política.