El director general de Narcocriminalidad de la Policía Federal, comisario inspector Guillermo Cidre, se jactó ayer de que "si (Esteban Lindor) Alvarado creyó que con un helicóptero se podía fugar quiere decir que el complejo 1 de Ezeiza tiene una muy buena seguridad perimetral, lo cual me consta, por eso esta gente planeó una fuga de película”. En esa línea, el jefe antidrogas apuntó que "si (a Alvarado) se le ocurre una fuga cinematográfica, quiere decir que no le quedó otra alternativa", al tiempo que admitió que nunca le había tocado presenciar un intento escape de estas características: "Sin dudas como este ninguno". En tanto el jefe de la Agencia de Criminalidad Organizada Luis Schiappa Pietra -quien mandó a prision a Alvarado por una serie de crimenes- destacó que el jefe narco  “no es un nene malo”, sino “el producto de la complicidad estatal con el crimen organizado”. "Ojalá se tome nota de esto", pidió. 

El viernes pasado, personal de la Policía Federal y del Servicio Penitenciario frustraron un intento para rescatar en helicóptero al narco rosarino. El comisario inspector Cidre dio detalles de cómo se logró impedir la fuga, a partir de los datos aportados por un testigo de identidad reservada, quien reveló que el helicóptero de color negro partiría desde un campo en Gualeguaychú, Entre Ríos. Tras intervenir los celulares de los involucrados en la maniobra, se llegó a los chats entre Alvarado y el piloto del helicóptero, que confirmaron detalles del plan. Cidre destacó la importancia del informante anónimo para evitar la fuga y resaltó que "las organizaciones criminales son herméticas y muchas son clanes familiares".

Más jugosas resultaron las declaraciones del fiscal que acusó al capo narco por asociación ilícita, por el crimen de un prestamista y por lavado de activos, causa por la que recibió prisión perpetua el año pasado. “La investigación sobre la fuga que hizo la Procunar, el Servicio Penitenciario Federal y el Ministerio de Seguridad de la Nación fue efectiva e impresionante. Pero no me llama la atención de Alvarado, porque tiene una estructura que pudo desarrollar al amparo de la mirada estatal. Nosotros demostramos que su asociación ilícita empezó en 2012, con él preso en Campana, y la finalizamos (a la causa) en 2019, con el homicidio de Lucio Maldonado. Ya desde 2013, tanto para la Justicia provincial como para la Justicia federal, estaba visibilizada la banda de Alvarado y nadie hizo nada”, sostuvo Schiappa Pietra.

El jefe de la Agencia de Criminalidad Organizada del Ministerio Público de la Acusación de Rosario, explicó que a nivel dirigencial “nadie tomó nota de lo que pasó en el juicio provincial de Alvarado”. “Ahora preocupa que se quiera fugar en helicóptero. Y sí. Estaría bueno que esa preocupación se traduzca en la toma de decisiones políticas fuertes”.

Para el fiscal, el crecimiento de la estructura criminal de Alvarado tiene una estrecha relación con contactos políticos y policiales. “Acá hay que hablar de política. No podemos ocultarlo. No sé a quién le interesa Alvarado, o cuánto le interesa a muchos de los políticos de Santa Fe. No lo tengo claro. No sé si es más una declamación ‘pour la galerie’ o una preocupación institucional político-criminal. En el juicio de Alvarado se demostró la connivencia estatal, de gente que trabajaba para el gobierno de Santa Fe. Y nadie tomó cartas en el asunto”, declaró.

En ese marco, Schiappa Pietra enfatizó que durante el juicio provincial por asociación ilícita se ventiló un audio donde Alvarado le pidió a su abogado que lo ayudara Alejandra Rodenas, ex jueza y actual vicegobernadora santafesina. “Dijo: ‘Que me dé una mano la Rodenas’, y nadie dio una discusión sobre eso. Alvarado trabajaba con un sector de Drogas Peligrosas que se recluyó en el departamento San Lorenzo. Se abrió el teléfono de un policía de ahí (Gustavo Spoletti), donde habla con el senador provincial Armando Traferri y el senador le dice que tenía que proteger a esa gente. Y ese senador hoy integra la junta de seguridad”, apuntó.

“Santa Fe lo que tiene es una crisis política terrible, que le ha dificultado la toma de decisiones estratégicas y conscientes y eficaces en materia de seguridad pública. Alvarado no es un nene malo, es el producto de la complicidad estatal con el crimen organizado”, remarcó.

El fiscal también recordó que Alvarado, desde Rosario, “manejaba parte de la Policía de toda la provincia”. A modo de ejemplo, recordó que “Luis Quevertoque, el jefe de la División Judiciales de la Policía que investigó a Los Monos, fue condenado como miembro de la banda de Alvarado”.

“En el juicio provincial mostramos imágenes que Alvarado bajaba avionetas con droga en los años 2014 y 2015, y también las relaciones que tenía con la Justicia federal”, concluyó.

Finalmente, también el intendente Pablo Javkin fijó posición ayer sobre el caso e hizo un llamado de atención al control al interior de las cárceles, tras el intento de fuga frustrado.“La cárcel es donde se organiza el 95 por ciento de los hechos, es donde el home office del delito opera con libertad”, y agregó “¿Recuerdan la polémica de darle o no darle conectividad a las cárceles? Hay que ser firmes. –enfatizó. No puede seguir sucediendo esto”.