"Todo lo que se comercia con China es cuestionado, y el tratamiento es distinto que con otros países. Como la vacuna: nadie se había preguntado el origen de ninguna hasta que la empezó a hacer China. En cualquier momento nos van a decir que vender soja a China es un juego político", determina el embajador argentino en China Sabino Vaca Narvaja desde la mesa de un bar en pleno centro porteño. De visita por Argentina sus objetivos son claros: en el corto plazo, ultimar detalles para los proyectos que anunciará Sergio Massa durante su visita en mayo; en el largo plazo potenciar el comercio con el gigante asiático.
De traje a pesar de la ola de calor, Vaca Narvaja se hace lugar para conversar con PáginaI12 en una agenda que no lo deja parar ni a almorzar. "Interrúmpanme porque cuando empiezo a hablar de China no puedo parar", advierte el embajador, que apenas asumió el cargo se eligió un nombre chino con el que llenó sus credenciales, Niu Wang Dao, que significa vaca atenta al camino.
Es que el embajador es un estudioso de China y no solo está convencido del potencial de la relación comercial entre ambos países, sino que particularmente entusiasmado desde que Sergio Massa asumió como Ministro de Economía porque la relación con China "se facilitó" al concentrar el poder en una sola persona "con empuje para que las cosas salgan". En contraste, lamenta que Cancillería mira a un mundo "que ya no funciona más así", y compara la gran cantidad de consulados y ferias comerciales en las que el país participa en Estados Unidos en contraste con la presencia en China, a pesar de que el comercio es mayor con este último.
Un socio gigante
"Argentina tendría que tener un problema serio de ingreso de divisas. El déficit con China es absolutamente responsabilidad nuestra", repite en varias ocasiones el funcionario. De acuerdo a Vaca Narvaja, el gigante asiático podría reemplazar a Brasil y convertirse en apenas tres años en el primer socio comercial de Argentina.
Y no solo eso: también dar vuelta la balanza comercial para convertirla en superavitaria para Argentina, gracias a los proyectos energéticos de litio y Gas Natural Licuado combinados con nuevos proyectos como fertilizantes, pero también vinos. "Es un mercado de 500 millones de personas sólo de sectores medios altos con consumos muy cercanos a occidente. Es la sociedad que más café consume en el mundo, también consume muchos lácteos y vino tinto. No podemos dejar que Uruguay o Chile nos ganen ese mercado".
Uno de los comodines que podría revertir la balanza comercial entre ambos países es la minería. Pone como ejemplo países de la región: Brasil por el hierro, Perú por el oro y plata, y Chile por el cobre tienen balanza positiva con China. “Chile exporta minerales por 57 mil millones de dólares y Argentina por 3 mil millones de dólares, y tenemos la misma cordillera", asegura. Para Argentina el mineral capaz de revertir la balanza es, sin duda, el litio: "El norte va a ser Dubai. Hay que planificar".
Otro recurso codiciado que podría aumentar exponencialmente las exportaciones hacia China es el gas: "Si hacemos el segundo tramo del gasoducto vamos a poder exportar GNL, un producto que a China le interesa particularmente porque se puso una meta muy restrictiva de emisión de carbono hacia 2060. Hasta la ubicación es complementaria, porque las diferencias de estación permiten que en el verano argentino, con menos demanda, podamos exportar gas al invierno chino", se entusiasma.
Finalmente, el gobierno busca expandir exportaciones en otros rubros con potencial, como la apertura del mercado de menudencias, que hoy ocupa Uruguay y es muy cotizado en China pero de descarte en Argentina;. Entre los sectores en los que se espera firmar acuerdos para financiar obras estratégicas son los fertilizantes, con una planta para urea en Tierra del Fuego que ya fue anunciada por el embajador. También continúan a paso lento los planes para la instalación de granjas porcinas:" El plan no está descartado", asegura.
Párrafo aparte merece el interés por el turismo chino: "Es el turista que más gasta, alrededor de diez mil dólares promedio por viaje", asegura el funcionario. Hoy en día ingresan a Argentina en temporada alta 70 mil turistas chinos, número que podría elevarse hasta 500 mil. Para eso, negocia un vuelo directo de 22 horas con escala en Nueva Zelanda y, de esta manera, reducir más de diez horas con respecto a las horas que demanda llegar de China hoy (36 horas). Como complemento, asegura que se debe mejorar el trámite de visado con el país y comenzar a poner cartelería en el idioma en servicios turísticos como hoteles y restaurantes.
Como un plus no menor, Vaca Narvaja menciona la próxima batalla que se viene: la monetaria. Con China se encuentra la posibilidad de dejar a un costado la dependencia del dólar y permitir comerciar en yuanes.
La otra cara del entusiasmo de Vaca Narvaja tiene que ver con la relaciones diplomáticas. "Cancillería mira a un mundo que cambió de lógica", asegura. China se encuentra por debajo de Brasil, Estados Unidos, España y Chile en la lista de países con mayor número de representaciones argentinas como embajadas y consulados, a pesar de que el comercio con estos países, salvo Brasil, es mucho menor. Hay apenas cuatro consulados- en Beijing, Guangzhou, Hong Kong y Shanghái- en contraste con los seis que tienen los otros países.
Lo mismo con las ferias: de acuerdo a información de la propia Cancillería, los principales destinos de acciones comerciales son en América del Sur y Central, sobre todo Brasil; y también Estados Unidos. "Las regiones de Oriente y Asia, se comienzan a destacar con importantes oportunidades comerciales y acciones de promoción, especialmente vinculadas a alimentos", se defienden desde el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Fábrica de yuanes
El plan que el embajador argentino en China tiene para potenciar el comercio bilateral tomará forma con la visita de alto nivel que el Ministro de Economía Sergio Massa a la República Popular China hará en mayo. El principal motivo será firmar el plan de cooperación de la iniciativa de la Franja y la Ruta, proyecto económico de la República Popular China que invoca la antigua Ruta de la Seda para potenciar los vínculos con el resto del mundo.
Argentina firmó el memorándum el año pasado y Brasil será el próximo. El Ministerio de Economía estará encargado de coordinar todos los acuerdos para inversión en infraestructura y financiamiento a partir de allí. Además se apunta a acelerar desembolsos para proyectos por más de 30 mil millones de dólares de financiamiento como las represas de Santa Cruz y el parque de energía solar Caucharí, el ferrocarril Belgrano Cargas, entre otros.
Por otra parte, se espera la adhesión de Argentina al banco de desarrollo de los BRICS, que será presidido este año por Dilma Rousseff. Paralelamente avanza en la incorporación al bloque ampliado de los países que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.