Cuando uno piensa en deportes de contacto los primero que se vienen a la mente son el boxeo, el judo, el taekwondo, o las artes marciales mixtas, pero jamás pensaría en una pelea a cachetadas. Sin embargo, esta práctica, que empezó a popularizarse en los últimos tiempos - con su origen en Rusia y su posterior extensión hacia Estados Unidos-, apuesta a convertirse en una competencia importante y tendrá su primer campeonato en Latinoamérica.
La pelea a cachetadas (o slap fight, por su denominación en inglés) sorprende por la rudeza de los golpes y las consecuencias que dejan en los rostros de los contrincantes, quienes suelen tambalear e incluso caer desplomados ante el "schiaffo" (como decían los inmigrantes italianos).
Sin escenario, protección, ni guantes: una sencilla mesa separa a los oponentes, que se van turnando para recibir a cachete limpio los potentes sopapos.
En 2019, se disputó en Rusia el primer campeonato mundial de cachetadas: el ganador, Vasily Kamotskiy, de 142 kilos, se llevó como premio 30 mil rublos (unos 450 euros).
A fuerza de videos que se popularizan en redes, esta práctica cruzó la cortina de hierro y llegó a Estados Unidos, donde rápidamente se vio que podía ser terreno fértil para los negocios. Antes, se había arraigado también en países como Polonia y Rumania.
En ese sentido, en octubre de 2022 la Comisión Atlética Nevada (NAC) aprobó la slap fight como deporte, por lo que emitió autorización para que se pudieran desarrollar veladas similares a las del boxeo o las MMA.
Con ese paso, se fijaron las reglas deportivas: una moneda al aire define quién da el primer sopapo; sólo se permiten golpes con la mano abierta; quien recibe el cachetazo tiene 30 segundos para recuperarse.
"Es la prueba definitiva de resistencia", fue la definición del magnate Dana White, dueño de la Ultimate Fighting Championship (UFC) y de Power Slap, la firma con la que organiza peleas de cachetadas. Pero, al igual que sucede en el boxeo, hay distintas ligas y asociaciones, por lo que el negocio está repartido entre diferentes actores.
Estos duelos no son exclusivos para contrincantes masculinos, sino que también las mujeres han incursionado en este deporte.
Pero si el fanatismo en redes sociales no fuera suficiente, la difusión de esta práctica contó con el apoyo de figuras del deporte (y de los medios) como el fisicoculturista, actor y exgobernador de California Arnold Schwarzenegger, quien incluyó a la slap fight en la edición 2022 de su popular "Arnold Sports Festival"; el influencer ruso Hasbulla y el actor Mark Wahlberg formaron parte de la promoción de algunas peleas; y el exboxeador Mike Tyson, quien días atrás asistió a una velada y lo difundió en sus redes sociales.
Los cuestionamientos están a la orden del día por parte de aquellas personas que consideran que no se trata de un deporte, pero pese a ello la pelea a cachetadas gana terreno (y dólares): ahora busca aterrizar en Latinoamérica y Colombia será el primer test para la región, según anunció la liga SlapFIGHT Championship.