"Nos encontramos en una situación de crisis", dijeron a este diario representantes de los centros de estudiantes de la Ciudad de Buenos Aires que este martes realizaron un "faltazo" a las aulas porteñas. En un nuevo día de intenso calor, estudiantes de más de veinte escuelas secundarias, con el apoyo de las comunidades educativas, se organizaron para quedarse en sus casas y denunciar la falta de ventilación en las escuelas públicas. Ventiladores rotos, clases en pasillos, sobrepoblación en las aulas, estudiantes descompensados y falta de agua, son algunos de los puntos que denunciaron los centros de estudiantes, que en muchos casos son los mismos que ya habían levantado reclamos similares en el proceso de tomas de septiembre de 2022. En paralelo al "faltazo", el gremio Ademys realizó un paro de 24 horas.
Ya este lunes había sido un día de "faltazos" en algunas secundarias porteñas. Muchos de los centros de estudiantes votaron, por caso, llevar a cabo la medida por 48 horas durante el lunes y el martes. Sin embargo, en el segundo día de la semana escolar el "faltazo" se profundizó en más escuelas ante la decisión del Ministerio de no considerar siquiera la posibilidad de suspender las clases por un día o reducir la jornada en las horas de mayor calor. Según el relevamiento que realizaron los propios centros de estudiantes, este martes se sumaron nuevos colegios al "faltazo" y llegaron a ser 22.
"A dos semanas del arranque de clases y en medio de una ola de calor sin precedentes nos encontramos en una situación de crisis: con las clases dictándose en pasillos y subsuelos, y pibes y docentes descompensándose. Estamos en un contexto en el que no se deberían estar dictando clases en estas condiciones", dijo a Página/12 Federico Lavagnino, presidente del centro de estudiantes de la Escuela de Música Juan Pedro Esnaola, del barrio de Saavedra. Ese centro fue uno de los que realizó el "faltazo" por 48 horas y Lavagnino contó que la medida fue "acompañada por la comunidad educativa".
Las denuncias se repiten en todas las escuelas que hicieron el "faltazo" y que, además, ya vienen reclamando desde el comienzo del ciclo lectivo: ventiladores que no alcanzan para mitigar el calor o que directamente no funcionan, sobrepoblación en las aulas, y falta de provisión de agua fría para mantener hidratados a los y las alumnas. Las 170 mil botellitas de medio litro de agua que envió el Ministerio de Educación la semana pasada no tuvieron el menor efecto para un estudiantado que se acerca a los 400 mil alumnos y alumnas.
"Dijeron que iban a mandar botellitas de agua y no llegaron ni cien", advirtió en este sentido Isabella, integrante del centro de estudiantes de la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas N° 2 Mariano Acosta, de Balvanera, que también hizo el faltazo este martes. Según denuncia, solo ese número llegó al colegio para todo el alumnado. En buena parte de los casos, además, el agua llegó ya tibia o perdió el frío en los colegios que no cuentan con heladeras para refrigerarlas. Por todas estas cuestiones, en paralelo al "faltazo", el gremio Ademys también realizó un paro este martes "ante la falta de infraestructura escolar en plena ola de calor".
"Los ventiladores son viejísimos y están pegados al techo, por lo que solo remueven aire caliente. En muchos casos ni siquiera andan. Además, en general se meten más chicos por curso de la capacidad que está permitida en las aulas", alertó por su parte Julia Mirabelli, presidenta del centro del Colegio N°3 Mariano Moreno de Almagro. "En el Moreno las aulas son muy chiquitas y por curso son siempre más de 20 personas. Tanto a estudiantes como a docentes les baja la presión y las autoridades no quieren suspender las clases", agregó. Pese a que el Ministerio podría tomar la decisión centralizada de suspender, también los equipos directivos están autorizados a hacerlo por el Artículo 51 del reglamento escolar que prevé la suspensión por "razones sanitarias".
"Con esta ola de calor que no se ve hace muchísimo tiempo a los pibes les baja la presión. Por el calor, porque no llegan las viandas o porque mandaron esa poca cantidad de agua. Para nosotros la prioridad es la salud", agregó Isabella en este sentido. La integrante del centro del Acosta contó, además, que "hace unos días dijeron que iban a arreglar ventiladores y la escuela hizo un relevamiento con el centro de estudiantes". "Dio que había que arreglar 28 y arreglaron solo cuatro", denunció Isabella y recordó que "como escuela pública estamos pidiendo por las condiciones edilicias desde hace un montón de tiempo".
En efecto, el Acosta fue el colegio que el año pasado dio el puntapié inicial del proceso de tomas de secundarios que se extendió entre septiembre y octubre. Entre otros puntos, como las deficiencias en la alimentación escolar, las irregularidades de las pasantías o la prohibición del uso del lenguaje inclusivo, el reclamo por las condiciones de infraestructura de los colegios fue uno de los principales ejes de las tomas. Los centros de estudiantes aseguran que no recibieron ninguna respuesta del Ministerio más que las causas judiciales contra las familias o los sumarios administrativos que abrieron, por ejemplo, al vicerrector del Mariano Acosta por apoyar los reclamos de los y las chicas.
"La situación en muchísimos colegios está complícadisima. Hace mucho calor y nadie hace nada al respecto, también se está cortando la luz y el agua en varias escuelas", indicó por su parte Marabelli. Lavagnino refirió el caso de dos escuelas en las que este martes se prendieron fuego los medidores. Se trata de los colegios 20 y 27 del barrio de Barracas, donde los y las alumnas, contó, debieron ser evacuados. La Escuela N°13 del D.E N°20, en tanto, solo tuvo un día de clases la semana pasada por falta de luz y agua mientras que, en el Polo Educativo Villa 21-24, la Escuela N°12 está con una fase eléctrica sin funcionar.
"El desfinanciamiento es el causante de este gran problema de infraestructura, pero también de alimentación, de condiciones dignas de trabajo para los docentes y de estudio para los pibes", sostuvo Lavagnino sobre la situación en las escuelas. El estudiante sintetizó su postura en que "no puede haber clases en un colegio en el que están fumigándose alacranes", en referencia a lo ocurrido la semana pasada en el Lengüitas.