Unos 190 agentes de las fuerzas especiales de Brasil llegaron al estado de Rio Grande do Norte luego de una serie de ataques contra edificios públicos, sedes de la policía, comercios, transporte público y bancos en 19 ciudades. Las autoridades estatales suspendieron las clases y actividades comerciales.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, confirmó la decisión de enviar tropas federales luego del pedido hecho por la gobernadora Fátima Bezerra. Durante la madrugada llegaron agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad, una policía especial de acción rápida.
Hasta el momento las autoridades registraron una persona muerta en un tiroteo con la policía y confirmaron la detención de 18 personas.
Según los medios locales, los ataques que se extendieron durante dos horas son responsabilidad del Sindicato del Crimen, la mayor organización criminal y narco en el estado de Rio Grande do Norte. La cúpula de esta organización criminal surge como una disidencia del Primer Comando de la Capital (PCC).
Según el secretario regional de Seguridad Pública, Francisco Canindé, los perpetradores del ataque están disconformes con el tratamiento que reciben sus integrantes en las prisiones.
"El sistema penitenciario es rígido, no hay comunicación vía telefónica y ellos quieren que esa situación se flexibilice", apuntó Canindé. Además, dijo que entre las motivaciones detrás de los ataques están las operaciones impulsadas recientemente para combatir la criminalidad.
La Secretaría de Seguridad regional afirmó en una nota que monitorea desde la noche del lunes "el aumento de acciones delictivas" y también amplió el número de efectivos policiales que cuales "permanecen movilizados" ante la posibilidad de nuevos ataques.