Coronel Suárez cuenta con una nueva planta de biogás, un tipo de biocombustible que resulta del tratamiento de residuos orgánicos y se utiliza para la producción de energía eléctrica. De este modo, el estiércol de tres mil cabezas de ganado permite brindar energía eléctrica a dos mil personas.
Hernán Hougassian, director provincial de Transición Ecológica del ministerio de Ambiente provincial valoró el proyecto inaugurado y aseguró que “permite generar energía en lugares más aislados donde cuesta llegar con los métodos tradicionales”.
La planta contó con una inversión de alrededor de 3 millones de dólares amparados por el programa RenovAR lanzado en 2015, y solventados por el Banco Nación y el Banco de la Provincia de Buenos Aires. Hougassian afirmó que este proyecto es un ejemplo que fortalece una línea de pensamiento la cartera de ambiente de la Provincia de Buenos Aires encabezada por Daniela Vilar: “esto permite descentralizar la generación y eso es democratizar la energía”.
El funcionario remarcó el valor de estas iniciativas sobre energías renovables de baja o mediana escala. “Democratizar el acceso implica proyectos donde un panel solar, un molino o una planta de biogás son útiles para fortalecer el acceso de energía en distritos donde se dificulta el suministro, fortalece también la ruralidad y genera arraigo”, agregó. En este sentido, explicó que en una provincia amplia y heterogénea como la de Buenos Aires hay que considerar la potencialidad de cada una de sus regiones. “Si es una zona agropecuaria, aprovechar residuos del agro y si es un parque industrial utilizar sus desechos”, ejemplificó.
Hougassian destacó la posibilidad de inyectar la energía eléctrica producida en las redes locales. “Hoy en la Argentina tenemos un problema con el transporte y distribución de energía”, expresó y consideró que proyectos como el de BioDes posibilita “mejores condiciones de vida en donde nace cada bonaerense”. “Hay que pensar las energías renovables para que en los 135 municipios se puedan desarrollar actividades sin tener como limitante la energía”, dijo.
La nueva planta de biogás tiene un ciclo que, a través del estiércol de 3.000 cabezas de ganado nucleadas en un feed lot bajo techo, produce 300 metros cúbicos por hora de gas metano por medio de un biodigestor. Ese gas nutre a un generador de energía que provee 550 Kw/hora a la cooperativa eléctrica local. Según los datos expuestos por el ministerio de Ambiente y la empresa BioDes, esto equivale aproximadamente, al 25 por ciento de la electricidad suministrada por la cooperativa.
Entre los beneficios a destacar de esta iniciativa, está desarrollo de una economía circular que colabora con la sustentabilidad del ambiente: los desechos de las vacas ya no son vertidos a ninguna fuente de agua ni contaminan con gases de efecto invernadero; por el contrario, producen electricidad por la cual la empresa recibe una compensación al venderla. Y una vez finalizado el tratamiento de efluentes, los sedimentos líquidos y sólidos se utilizan como biofertilizantes en los campos de la región.
Cecilio De Souza, presidente de Agro De Souza, señaló que la nueva planta es un aporte para “demostrar que se puede mejorar la forma de producir y que, a futuro, la única manera será cuidando la sustentabilidad, los recursos naturales y el ambiente”. Destacó que esta iniciativa “es una producción 360 grados”, en relación a todo el ciclo que se cumple desde la recolección de los residuos hasta el fertilizante y aseguró que todo el proceso fue supervisado por el ministerio de Ambiente provincial.
“Es un claro ejemplo de una política de Estado bien diseñada y bien llevada adelante”, indicó el empresario agrícola. De esta forma, celebró el funcionamiento del vínculo público-privado y remarcó que la forma de financiar estos proyectos sólo puede ser con aportes estatales. De Souza relató que la mayoría de los insumos son nacionales, que lo importado no superó el 20 por ciento de la inversión, que tecnólogos del país llevaron adelante la obra y que “están altamente capacitados para desarrollar estos proyectos”. A su vez, indicó que hoy la planta genera 12 empleos directos.
Para la construcción de la nueva planta, De Souza detalló que se construyó un nuevo corral de feed lot techado y con suelo de hormigón en su totalidad. Esto posibilitó disminuir la cantidad de maíz necesaria para el engorde. “A su vez, la generación de la energía nos da ingresos, mejorando la ecuación de toda a empresa”, señaló. Con esta perspectiva, el productor adelantó que a futuro tienen la intención de embarcarse en proyectos vinculados a una planta de etanol y otra de biodiesel.
Reforzar el acceso de la energía
Hace semanas que una ola de calor afecta la vida de los bonaerenses y el Servicio Meteorológico Nacional mantiene el alerta roja por temperaturas extremas para la Capital Federal y sus alrededores. El Sistema Argentino de Interconexión (SADI) registró un nuevo máximo histórico de demanda de potencia con 29.089 Mw. Con más de 100 mil usuarios sin luz en el AMBA, la situación alrededor del acceso a la energía es materia discusión diaria. La provincia de Buenos Aires no está al margen y desde enero de este año cuenta con su propia Ley de Generación Distribuida.
La norma, en sintonía con la regulación nacional, apunta a fomentar el uso de fuentes de energía renovable que alivianen la carga de la red principal eléctrica. A su vez, otorga beneficios económicos para quienes produzcan para autoabastecerse e inyecten el excedente a la red. En este sentido, la planta de biogás inaugurada en Coronel Suarez avanza en esa dirección. “La particularidad de estas herramientas a nivel de lote, barrio o localidad es que permiten descentralizar y nutrir a escala comunitaria, con inversiones a esa escala”, señaló Hernán Hougassian.
Semanas atrás se conoció el proyecto de la empresa Barbieri S.A en el parque industrial de Almirante Brown. La firma realizó una inversión de capital de 900.000 dólares para la instalación de más de 1700 paneles fotovoltaicos y así generar 942 kWh de energía solar. Actualmente, esto representa el 5 por ciento de la potencia instalada en energías renovables del país y cerca del 20 por ciento de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires en conjunto.
“Existe una calidad del servicio heterogénea y dispar, y eso tiene un impacto en el desigual desarrollo regional de la provincia”, afirmó tiempo atrás Gastón Ghioni, subsecretario de Energía provincial, en el marco de la reglamentación de la Ley de Generación Distribuida. Al respecto, Hougassian reflexionó que “Argentina es uno de los países más centralizados del mundo, dónde el 93 por ciento de la población vive en centros urbanos”, algo que atenta contra las posibilidades de desarrollo de otros puntos del territorio.
En lo que respecta a la provincia, el funcionario bonaerense aseguró que “la ministra Daniela Vilar habla de que la principal problemática ambiental es la desigualdad y la pobreza”, y lo enlazó en que uno debe partir de su lugar de origen en búsqueda de otros destinos porque hay regiones que no pueden crecer por falta de energía. Construir el buen vivir es que la gente pueda preservar su identidad cultural, que la gente pueda decidir dónde vivir, cómo vivir, donde trabajar y pueda desarrollarse”, apuntó. En ese sentido, condenó que haya “variables del sistema que obliguen a una familia a decidir entre tener que sobrevivir en su propio territorio o verse obligada a migrar a buscar otras alternativas”.